Su origen es incierto, aunque parece que su predecesor lo encontramos en el sur de España, en una época en la que convivían moros con cristianos y en la que el hambre obligaba a agudizar la imaginación. La gente humilde recurría a este invento, fusión de cocinas hispanomusulmanas, para aprovechar el pan duro, que se remojaba en agua, aceite de oliva, vinagre, ajo, sal y pepino. Con la llegada del tomate y el pimiento de las Américas, el gazpacho se convirtió en lo que hoy conocemos, una fórmula magistral que se ha perpetuado hasta hoy y que todos consumimos.
El gazpacho es uno de nuestros mayores patrimonios gastronómicos y culturales, y los chefs de todo el mundo lo adoran. Además, sin el pan, es una opción muy ligera para comer de dieta. Aunque lo venden preparado en el súper, aún somos muchos los que lo hacemos en casa.
¿Cuál es vuestra receta especial de gazpacho?
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