sábado, octubre 25, 2008

'El sueño americano ha muerto por exceso de riesgo, ingenuidad y avaricia'

NUEVA YORK.- Profeta en Europa antes que en su propia tierra, considera que la globalización ha tocado techo en la crisis financiera. El economista que más ha hecho por las energía renovables ondea estos días la bandera de la tercer revolución industrial, entre las ruinas neoliberales y en vísperas de unas elecciones en EEUU que tienen en vilo al planeta.

PREGUNTA.- Usted lleva años anticipando el advenimiento de la Tercera Revolución Industrial. ¿Hasta qué punto la crisis del sistema financiero y la recesión pueden retrasar los planes?

RESPUESTA.- Nos ha tocado vivir tres crisis simultáneas que pueden crear el escenario de una tormenta perfecta. Estamos sentados al borde del abismo y existe el riesgo de un cataclismo global (...) Las tres crisis a las que me refiero son la financiera, la de la energía y el cambio climático. En estos momentos se alimentan entre ellas y están creando la partida final de la segunda revolución industrial.

P.- ¿Qué le parece la respuesta de la Administración Bush a la crisis financiera?

R.- La crisis crediticia ha estado gestándose desde hace 18 años: la deuda acumulada es de billones y billones de dólares, así que poco se va a tapar dándoles 700.000 millones a los bancos... Salimos de la recesión de los años 80 endeudándonos hasta el cuello, principalmente con tarjetas de crédito y luego también con las hipotecas que no podíamos pagar. Las economías de China, la India y otros países crecieron sobre los hombros de nuestros consumidores (...)

P.- ¿Y qué cabe esperar para los próximos meses?

R.- La crisis crediticia va a actuar como un tsunami. Las instituciones financieras y los mecanismos de crédito están tan interconectados que no va a haber escapatoria, ni en Europa ni en Asia.

P.- ¿Qué le recomienda a Zapatero cuando hablan de energía nuclear?

R.-< No se puede crear una globalización sostenible con tecnología de la Segunda Revolución Industrial... Las 443 plantas nucleares que funcionan hoy en el mundo producen apenas el 5% de la energía. Muchas de ellas son realmente viejas y necesitarían reemplazarse en los próximos 25 años. Para tener un impacto real en la lucha contra el cambio climático (para llegar, digamos, al 20% de las renovables) haría falta construir 4.000 plantas nucleares, y eso teniendo en cuenta que en el 2035 puede existir ya un déficit de uranio.

P.- ¿Cómo ve a Zapatero en esta crisis?

R.- Creo que Zapatero es un buen líder, pero está en una posición difícil, todos los países lo están. Como otros líderes, va a tener que remangarse, dejar a un lado las diferencias políticas y sentar en la misma mesa a los empresarios y a la sociedad civil para trazar un plan económico. España es líder mundial en energías renovables, tiene a empresarios visionarios como Entrecanales y un potencial muy grande, pero necesita urgentemente un plan. Y hablo de tres a seis meses como máximo. En momentos de crisis, uno puede dedicarse a apagar fuegos todos los días o a intentar ver más allá del bosque.La cuestión

* ¿Estamos asistiendo al fin del sueño americano?

Lo que hemos visto estos días ha sido efectivamente el colapso del sueño americano. No sólo han caído las instituciones financieras, ha caído el sueño basado en la fe ciega en el mercado, la creencia de que si cada uno persigue su riqueza individual el mercado se encargará del resto... El sueño ha muerto por exceso de riesgo, autoindulgencia, ingenuidad y avaricia. A los estadounidenses nos gusta seguir pensando que somos el mejor país, que todos se miran en nuestro espejo. Pero lo cierto es que el sueño americano empezó a romperse en los años 60.

viernes, octubre 24, 2008

Los promotores se lamentan ahora de la excesiva urbanización de la provincia

Un informe coordinado por la Cámara y la Universidad de Alicante culpa al Consell y a los ayuntamientos del caos urbanístico

El presidente de la Cámara de Comercio, Antonio Fernández Valenzuela, presentó ayer junto a la consellera de Turismo, Angélica Such, el informe sobre las primeras jornadas empresariales del turismo en la Costa Blanca desarrolladas a lo largo de este año y que, entre sus conclusiones, responsabiliza al Consell y a los ayuntamientos de haber permitido el desarrollo caótico del turismo residencial en la provincia -construcción de miles de viviendas de segunda residencia- causante ahora, en gran parte, del cataclismo que sufre el sector de la construcción, de la presión sobre la oferta hotelera y hasta de la aparición de "guetos" de residentes extranjeros en urbanizaciones dispersas por el territorio, cuya población únicamente genera riqueza en forma del pago del Impuesto de Bienes Inmuebles.
Las críticas a la política urbanística se extrajeron de la mesa de trabajo en la que participaron, entre otros, la organización Provia y los colegios oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Alicante y la Marina Baixa. Los promotores admitieron durante las reuniones que se debería haber actuado de otra manera para evitar la delicada situación actual "evitando la excesiva urbanización del territorio", aunque fuera prácticamente inevitable al tratarse de un macrociclo económico.
El informe se muestra especialmente crítico con la actitud que tomaron los ayuntamientos durante el "boom" urbanístico, "basada en la búsqueda de financiación para el municipio que terminó teniendo importantes consecuencias negativas. El trabajo cita como un de falta de planificación la construcción de campos de golf sin oferta hotelera asociada en Pilar de la Horadada o la especialización excesiva de algunos municipios "en turismo residencial y venta de viviendas sin apostar por otros atractivos que diversificaran y atrajeran nuevas inversiones".
Los promotores, que en su día participaron activamente en estas políticas, censuran ahora en el informe la construcción en exceso, los precios que el mercado no pudo absorber y hasta el hecho que las tarifas se inflaran por la especulación. El informe advierte, por otro lado, de que el traslado de una parte de la población de la costa al interior, buscando precios inmobiliarios más baratos, está fomentando la dispersión de las urbanizaciones con un gran consumo de suelo "injustificado".
Entre las amenazas que sufre el sector, el informe alerta de la excesiva dependencia del urbanismo de las finanzas de los ayuntamientos; de la crisis de confianza del mercado nacional, que se encuentra expectante ante una posible caída de los precios; de la falta de planificación de infraestructuras viarias y de la propia ley urbanística "que inicialmente fue positiva y favorable para el desarrollo de muchas zonas, pero acabó siendo nefasta porque aunque pretendía abaratar el precio del suelo, el resultado fue el contrario".
Las conclusiones, recogidas en un libro coordinado por la Cámara de Comercio y la Universidad de Alicante, alertan también sobre el aumento de la inseguridad ciudadana en algunas zonas de la provincia "que reduce las posibilidades de venta" o la incompatibilidad del modelo de desarrollo turístico creado con la captación de potenciales propietarios con rentas muy altas.
Por otra parte, los promotores que participaron en la mesa de trabajo sobre el turismo residencial aprovecharon también para reflejar en el informe de conclusiones la falta de respaldo institucional para afrontar la crisis. "No existe una política clara de apoyo al sector empresarial en forma de financiación o ayudas ahora que se venden menos propiedades".

Soluciones
Los empresarios y agentes del sector inmobiliario de la provincia plantean en sus conclusiones la necesidad de abrir nuevos nichos de mercado con compradores de alto poder adquisitivo, la búsqueda de fórmulas de obtención de financiación externa para los ayuntamientos sin que dependan tanto del ladrillo, aprovechar los vuelos de las compañías de bajo coste para atraer compradores y la agilización de la llegada de la Alta Velocidad ferroviaria a la provincia, "pero acompañada de una red de infraestructuras viarias asociada que potencie la comunicación entre la ciudad y los destinos turísticos", según recoge el texto entregado ayer.

Dave Chameides vs Danielle Burgio






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lunes, octubre 20, 2008

Stenella coeruleoalba 3 vs coeruleoalba






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Stenella coeruleoalba 2






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Publicidad and Stenella coeruleoalba






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viernes, octubre 17, 2008

Fabio Bórquez






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jueves, octubre 16, 2008

Las b�squedas en Internet mantienen en forma el cerebro a medida que se envejece

Las b�squedas en Internet mantienen en forma el cerebro a medida que se envejece, seg�n sugiere un estudio de la Universidad de California en Los �ngeles (Estados Unidos) que se publica en la revista 'American Journal of Geriatric Psychiatry'.

Los cient�ficos han descubierto que para los mayores y los adultos de mediana edad que navegan por internet, buscar en la Red activa los principales centros del cerebro que controlan la toma de decisiones y el razonamiento complejo. Los descubrimientos demuestran que la actividad de buscar en la Red podr�a ayudar a estimular y quiz� a mejorar el funcionamiento cerebral.

Seg�n explica Gary Small, el investigador principal del trabajo, "los resultados del estudio son alentadores, las tecnolog�as informatizadas podr�an tener efectos psicol�gicos y posibles beneficios para la mediana edad y los mayores. La b�squeda en Internet supone una complicada actividad cerebral, que podr�a ayudar a ejercitar y mejorar el funcionamiento cerebral".

En el estudio participaron 24 voluntarios con funciones neurol�gicas normales de entre 55 y 76 a�os. La mitad de los participantes del estudio hab�an ya experimentado con las b�squedas en Internet y la otra mitad no ten�an experiencia. Aspectos como la edad, el nivel educacional y el g�nero eran similares entre ambos grupos.

Los participantes realizaron b�squedas web y tareas de lectura de libros mientras que pasaban por esc�neres para tomar im�genes de resonancia magn�tica funcional (IRMf), que registraban los cambios sutiles en el circuito cerebral durante estas actividades. Este tipo de esc�neres sigue la intensidad de las respuestas celulares en el cerebro al medir el nivel de flujo cerebral durante las tareas cognitivas.

Todos los participantes del estudio mostraron una actividad cerebral significativa durante la tarea de lectura, demostrando el uso de regiones que controlan el lenguaje, la lectura, la memoria y las habilidades visuales, que est�n localizadas en las �reas temporal, parietal, occipital y otras regiones del cerebro.

Las b�squedas con Internet revelaron una importante diferencia entre los dos grupos. Mientras que los participantes demostraron la misma actividad cerebral que se observaba durante las tareas de lectura de libros, el grupo que ten�a experiencia con la Web tambi�n registr� actividad en las �reas frontal, temporal y cingulada del cerebro, que controla la toma de decisiones y el razonamiento complejo.

"Nuestro descubrimiento m�s sorprendente fue que la b�squeda en Internet parece involucrar una mayor extensi�n del circuito neural que no se activa durante la lectura, pero s�lo en aquellos con experiencia anterior en Internet", se�ala Small.

En realidad, los investigadores descubrieron que durante las b�squedas por Internet, los voluntarios con experiencia anterior registraron un aumento dos veces mayor en la activaci�n cerebral cuando se comparaba con aquellos con poca experiencia navegando por la Red.

La unidad de medida de actividad cerebral m�s peque�a registrada por la IRMf se llama voxel. Los cient�ficos descubrieron que durante la b�squeda por Internet, aquellos con experiencia generaban 21.782 voxels, en comparaci�n con los 8.646 voxels de aquellos con menos experiencia.

En comparaci�n con la lectura simple, la abundancia de alternativas en Internet requiere que las personas tomen decisiones sobre qu� v�nculo pinchar para conseguir m�s informaci�n, una actividad que involucra a importantes circuitos cognitivos en el cerebro.

Small se�ala que la activaci�n cerebral m�nima descubierta en el grupo menos experimentado con Internet podr�a deberse a que los participantes no captan las estrategias necesarias para participar con �xito en una b�squeda en la Red, lo que es com�n mientras se aprende una nueva actividad. "Con m�s tiempo en Internet, estas personas podr�an demostrar los mismos patrones de activaci�n cerebral que el grupo experimentado", concluye Small.

martes, octubre 14, 2008

Papá dame un respiro

Los adultos han secuestrado la infancia de los niños. El impulso de modelar a los hijos con un celo sobrehumano, la llamada "hiperpaternidad", evidencia el fracaso del modelo infantil actual. Es lo que el autor de 'Elogio de la lentitud' defiende en su nuevo libro, 'Bajo presión'. Y se pregunta, en este texto para 'El País Semanal', qué significa ser niño y padre en el siglo XXI.

Todo comenzó durante una reunión de padres en una escuela de Londres. La opinión que los profesores me dieron sobre mi hijo era buena, pero cuando entramos en la clase de arte, los halagos aumentaron a niveles inesperados. Uno de sus trabajos, un boceto de un mago realizado al estilo de Quentin Blake, estaba colgado en la pared con chinchetas como modelo para los demás alumnos. Por debajo del retrato, mi hijo había pintado la cabeza de un hombre desde diferentes ángulos. La profesora de arte lo descolgó para enseñármelo.

La noticia en otros webs

"Es increíble que un niño de siete años, por iniciativa propia, haya representado la perspectiva de esa forma", me decía entusiasmada. "Su hijo, verdaderamente, destaca en clase. Es un joven artista superdotado".

Y ahí estaba, la S de esa palabra de 11 letras que produce taquicardia a cualquier padre: superdotado.

Aquella noche me puse a buscar en Google cursos y profesores particulares de arte para cultivar el don de mi hijo. En mi mente desfilaban las imágenes del que podría ser el próximo Picasso. Hasta la mañana siguiente. "Papá, yo no quiero un profesor particular, sólo quiero dibujar". Me confesó mientras desayunábamos. "¿Por qué los adultos siempre tienen que controlar todo?".

su pregunta me impresionó bastante. A mi hijo le encanta dibujar. Puede pasar horas inclinado sobre un trozo de papel inventando extrañas formas de vida, diseñando complicados libros de cómics o haciendo bocetos de Ronaldo dando patadas a un balón. Dibuja bien y se siente feliz con ello. Pero, por alguna razón, esto no era suficiente. Una parte de mí quería aprovechar esa felicidad, pulir y sacar partido de su talento, convertir su arte en un éxito. Mi hijo tenía razón: estaba intentando controlar todo.

Aquella conversación a la hora del desayuno resultó ser uno de esos momentos reveladores que le cambian a uno la vida. Me hizo darme cuenta de que, como padre, estaba perdiendo el equilibrio. También me inspiró para escribir Bajo presión: cómo educar a nuestros hijos en un mundo hiperexigente.

Para realizar la investigación del libro pasé dos años viajando por toda Europa, América y Asia analizando la situación de la infancia en la actualidad. Visité colegios, guarderías, clubes deportivos, laboratorios y ferias de juguetes; me entrevisté con profesores, entrenadores, concejales, publicistas, policías, terapeutas, médicos y cualquier experto en desarrollo infantil. Hablé también con cientos de padres y de niños, y seleccioné las últimas investigaciones científicas.

Lo que descubrí es que los adultos han secuestrado la infancia de los niños de una manera nunca vista hasta ahora. Bajo presión explora el porqué del fracaso del modelo infantil actual y ofrece propuestas de todos los rincones del mundo para ayudarnos a encontrar una solución. El libro no es un manual para padres. Mi intención va más lejos: redefinir lo que significa ser niño y padre en el siglo XXI.

Desde luego, el impulso de controlar al milímetro a los niños no es nuevo. Hace 2.000 años, un maestro llamado Lucius Orbilius Pupillus identificó a los padres con demasiadas ambiciones para sus hijos como gajes del oficio en las aulas de la antigua Roma. Cuando el joven Mozart hizo prodigios que se pusieron de moda en el siglo XVIII, muchos europeos educaron a sus propios chicos con la esperanza de conseguir niños prodigio. Hoy día, sin embargo, la presión por conseguir lo mejor de nuestros niños parece que consume todo el tiempo disponible.

Como padres, sentimos el empeño de empujar, modelar y educar a nuestros hijos con un celo sobrehumano para darles lo mejor de todo y hacer de ellos los mejores para todo. Pensemos en la colección de DVD de Baby Einstein o en la de yoga para niños; en el último modelo de iPod; o en los GPS con dispositivo de localización para las mochilas; clases de ballet, de fútbol, de cerámica, de yoga, tenis, rugby, piano, yudo. Sentimos que fracasamos si nuestros hijos sufren de algún modo y no brillan como artistas, profesores o atletas.

En todo el mundo, esta forma de controlar al milímetro la educación de los niños es conocida con diferentes nombres. Algunos la llaman "hiperpaternidad". Otros se refieren a ella como padres helicóptero, porque siempre están vigilando. Los canadienses bromean con los padres quitanieves, que marcan un camino perfecto en la vida de sus hijos. Incluso en los países nórdicos, donde se supone que viven gloriosamente relajados, se habla de padres curling: mamá y papá despejando frenéticamente el hielo por delante de su hijo.

Está claro que no todas las infancias son iguales. No se encuentran muchos niños superprotegidos en los campos de refugiados de Sudán o en las chabolas de Suramérica. Incluso en los países desarrollados hay millones de jóvenes, sobre todo entre familias humildes, que tienen más probabilidades de padecer poca protección que de estar sobreprotegidos. Seamos honestos: la mayoría de los padres helicóptero proceden de la clase media. Aunque esto no significa que este aspecto cultural afecte solamente a la gente acomodada.

A medida que un cambio social se produce, la clase media en general marca el camino a seguir. Y, además, el exceso de protección de los niños está minando la solidaridad social, ya que cuanto más obsesionadas están las personas con sus propios hijos, menor es el interés por el bienestar de los demás.

Los padres también forman parte de esta ecuación. Fuera de casa, todos, desde los gobiernos hasta la industria publicitaria, tratan de manipular la atención de los niños para ajustarla a sus propios planes. Recientemente, un grupo de parlamentarios ingleses advirtió de que hay muchos niños cuyo sueño es crecer para ser hadas, princesas o estrellas de fútbol. La solución que plantearon: aconsejar a los niños de cinco años sobre la profesión que querían ejercer de mayores.

El consumismo ha entrado sigilosamente en cada rincón de las vidas de los niños, algo que parecía intocable. Sólo el simple hecho de dormir en casa de una amiga se ha convertido en estos momentos en una oportunidad para empresas publicitarias como la Agencia de Inteligencia Infantil, que patrocina fiestas en las que las adolescentes prueban nuevos productos y rellenan cuestionarios. Los trabajadores de McDonald's visitan los hospitales para entregar a los niños juguetes y globos, así como folletos para promocionar su comida. Juntando estos datos, estimamos que muchos niños ven hoy día unos 40.000 anuncios al año.

Al mismo tiempo que permitimos que nuestros hijos se entreguen al consumismo, les protegemos entre algodones y les prevenimos ante riesgos que realmente les harían bien. En muchos países, los gobiernos han prohibido actividades peligrosas tales como las canicas, el juego de corre que te pillo o las peleas de bolas de nieve. Casi la mitad de los niños ingleses con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años nunca se han subido a un árbol porque sus padres piensan que es muy peligroso. No importa que en la mayoría de los países el delito de pedofilia sea menos frecuente de lo que era hace una generación (ocupa más espacio en las portadas de los medios). Tenemos tanto pánico a que nuestros hijos puedan convertirse en un caso similar al ocurrido con Madeleine McCann, que les encerramos en casa como a las gallinas.

Veamos lo que ha sucedido con la educación. Los niños reciben cada vez más pronto clases particulares y hacen evaluaciones una y otra vez con el fin de que las notas sean más importantes que el aprendizaje en sí mismo. Hoy día, más que nunca, muchos niños toman medicamentos como el Ritalin para ayudarles a concentrarse en los estudios. Al fin y al cabo, ¿qué son los medicamentos? El no va más del control al milímetro.

En la actualidad, mires donde mires, el mensaje que recibimos es el mismo: la infancia es demasiado preciosa para dejársela a los niños, y los niños son demasiado preciosos para dejarlos solos. Pero ¿esto es malo? Tal vez sea este control al milímetro de resultados. Tal vez estemos formando a los niños más sanos, más brillantes y más felices que nunca antes hayamos visto. O tal vez no.

Desde luego, deberíamos tomar con cierta precaución los informes sobre que el concepto de infancia se muere. Son muchas las ventajas de crecer en un mundo desarrollado de principios del siglo XXI: los niños tienen menos probabilidades de padecer desnutrición, abandono, violencia o muerte que en ningún otro momento de la historia. Están rodeados de comodidades impensables hace una generación. Legiones de profesores, políticos y empresas utilizan todos sus esfuerzos para procurarles nuevas fórmulas de alimentación, educación, moda y entretenimiento. La ley internacional protege sus derechos. Son el centro del universo de sus padres.

Y aun así, algo sigue mal. Todo este control al milímetro, aunque bien intencionado, está fracasando. Los niños necesitan mucha orientación y un firme empujoncito de vez en cuando, pero cuando los adultos mandan, cuando cada situación es programada, supervisada o estructurada, hay que pagar un precio.

Comencemos por la salud. Los niños, encerrados en casa y sentados en el asiento trasero del coche mientras conducimos, están creciendo más gordos que nunca. La Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad calcula que en el año 2010, el 38% de los niños menores de 18 años de Europa y el 50% de los de América del Norte y del Sur serán obesos. Más aún, los kilos de más les están condenando a padecer enfermedades coronarias, diabetes tipo 2, arterioesclerosis y otros desórdenes en otro tiempo típicos de adultos.

Los niños deportistas también sufren. Los jóvenes que realizan mucho ejercicio acaban agotados. Lesiones como rotura del ligamento cruzado anterior, antes muy comunes entre atletas profesionales y universitarios, abundan ahora entre los estudiantes de secundaria y son tremendamente frecuentes entre los niños de 9 y 10 años.

Y tal como funciona el cuerpo, así lo hace la mente. La depresión y la ansiedad infantil -y el abuso de drogas, autolesiones y suicidio que a menudo los acompañan- no son hoy día más comunes en los guetos urbanos, sino en los elegantes barrios del centro de las ciudades y en las arboladas zonas residenciales de las afueras donde la emprendedora clase media ejerce su presión sobre los niños.

Los niños controlados al milímetro pueden pasarlo muy mal para valerse por sí mismos. Los servicios de orientación psicopedagógica de las universidades reconocen que hay cifras récord de estudiantes con depresión. Y los profesores comentan que algunos jóvenes de 19 años, en el transcurso de una entrevista, les entregan su teléfono móvil con estas palabras: "¿Por qué no habla usted todo esto con mi madre?".

El cordón umbilical permanece intacto incluso después de terminar la carrera. A la hora de contratar titulados recién salidos de la universidad, importantes empresas como Merrill Lynch han comenzado a lanzar lo que llaman "paquetes para padres", o jornadas de puertas abiertas compartidas para que mamá y papá puedan visitar sus oficinas. Muchos padres incluso les acompañan a las entrevistas de trabajo para ayudarles a negociar las condiciones de sueldo y vacaciones.

Algo precioso y difícil de valorar también está perdiéndose en el camino. El poeta inglés William Blake resumía la magia y lo maravilloso de la infancia de este modo:

"Para ver el mundo en un grano de arena

y el firmamento en una flor silvestre,

coge el universo en la palma de tu mano

y la eternidad en una hora".

Hoy día, los niños están demasiado ocupados corriendo de un lado para otro con clases de violín o clases particulares de matemáticas para coger el universo en la palma de sus manos. Y esa flor silvestre parece que da un poco de miedo. ¿No será que tiene espinas o que el polen provoca reacción alérgica?

La realidad es que los niños necesitan tiempo y espacio para explorar el mundo por sí mismos: así es como aprenden a pensar, a imaginar y a tener relaciones; a tomar gusto por las cosas; a saber qué quieren ser en lugar de ser lo que nosotros queremos que sean. Cuando los adultos controlan al milímetro la infancia de los niños, éstos pierden todo lo que da satisfacción y sentido a la vida: pequeñas aventuras, disfrutar del sentimiento anárquico, viajes secretos, juegos, contratiempos, momentos de soledad e incluso de aburrimiento. Sus vidas se convierten en extrañamente sosas, sin logros personales y en cierta medida aburridas y artificiales. Pierden la libertad de ser ellos mismos, y lo saben. "Soy el gran proyecto de mis padres", dice Ana Placente, una niña de 13 años de Madrid. "Incluso cuando estoy a su lado, hablan de mí en tercera persona".

Y no olvidemos lo que toda esta presión produce también en los adultos: cuando el cuidado de los hijos se convierte en un cruce entre el desarrollo de un producto y un deporte de competición, la paternidad pierde su mágico sentido.

pero no todo son malas noticias. La buena noticia es que el cambio ya se está produciendo. En Europa, Asia y América, la gente está haciendo cosas para cambiar la situación, para dar a los niños más libertad para explorar el mundo a su ritmo, para permitirles ser niños de nuevo. Los colegios están poniendo freno a la obsesión de hacer exámenes y reducen los trabajos que tienen que hacer en casa -se han dado cuenta de que los alumnos reflexionan, estudian por sí mismos y aprenden mejor cuando tienen más tiempo para relajarse-. Hace poco tiempo, el colegio Cargilfield, un centro privado de Escocia, prohibió los deberes a los alumnos de entre 13 y 15 años. En un año, las notas de los exámenes de matemáticas y de ciencia mejoraron cerca de un 20%. Los niños también tienen más tiempo para disfrutar y jugar. "Es mucho mejor que se diviertan cuando son pequeños y no dediquen el día a hacer deberes", dice John Elder, director del Cargilfield. "Estamos aquí para divertirnos y nunca más tendremos la oportunidad de volver a ser jóvenes". Toronto se ha convertido este año en la primera ciudad de Canadá y América del Norte en suprimir por completo los deberes a los niños de cualquier edad.

Con el fin de dar un respiro al apretado programa de los niños, numerosas ciudades en todo el mundo les permiten tomar días libres cuando las actividades extraescolares se suspenden. Muchas familias se sienten liberadas por no tener que ir a kárate o a fútbol y tener que salir corriendo de casa, lo que reduce sus planes durante el resto del año. Las universidades más selectas también están lanzando un mensaje similar. El Instituto Tecnológico de Massachusetts ha cambiado recientemente la solicitud de ingreso, poniendo menos énfasis en el número de actividades extraescolares en las que un aspirante se puede inscribir y más en aquellas otras que realmente le interesen. Incluso la reconocida Harvard insta a los estudiantes de primer año a que comprueben su apretado programa antes de matricularse. En una carta publicada en la página web de la universidad, el antiguo decano Harry Lewis advierte a los estudiantes de que enriquecerán más sus vidas si se dedican a hacer lo que despierta verdaderamente su interés y no concentran todo su tiempo y esfuerzo en numerosas actividades. "Es más probable que consigan los objetivos que requiere el intenso ritmo de estudio si se permiten de vez en cuando tener tiempo libre, diversión y momentos de soledad, en lugar de llenar su agenda de actividades programadas que les impedirán pensar qué es lo que realmente quieren hacer". Lewis también hace hincapié en la idea de los jóvenes de conseguir un mejor puesto de trabajo si presentan un currículo perfecto. "Conseguirán un mayor equilibrio en sus vidas si realizan actividades puramente por entretenimiento y no con el objetivo de obtener un liderazgo que pudiera ser una credencial para conseguir empleo. El tiempo libre que pasen con sus amigos o compañeros de habitación podrá tener mayor influencia en sus vidas que el contenido de muchos de los cursos en los que se inscriben". El título de la carta es un mensaje claro y directo contra la cultura de la programación excesiva. Dice así: "Tranquilos: cómo sacar más provecho de Harvard haciendo menos".

Ya hay muchas familias en todo el mundo, como los Kessler en Berlín, Alemania, que están haciéndose cargo de esta situación. Para ellos, el momento crucial llegó cuando sus hijos -Max, de siete años, y Maya, de nueve- empezaron a pelearse. Su madre, Hanna, se dio cuenta de que el gran número de clases extraescolares que tenían -violín, piano, fútbol, tenis, esgrima, voleibol, taekwondo, bádminton y clases particulares de inglés- les estaba distanciando. "Cuando era pequeña, tenía mucho tiempo libre para estar con mis hermanos; nos llevábamos, y nos seguimos llevando, muy bien". "Cuando observé el repertorio de actividades de mi familia, me di cuenta de que Max y Maya no tenían casi tiempo para estar juntos porque uno u otro siempre salían de casa corriendo para ir a alguna de sus clases". Decidió reducir a tres el número de actividades extraescolares por niño. Los niños no echan de menos los cursos que eligieron dejar y la armonía entre los hermanos ha vuelto al hogar de la familia Kessler. "Ahora nos llevamos muy bien", dice Maya. "Nos divertimos mucho juntos". Max pone los ojos en blanco. Maya le fulmina con la mirada y parecería que, por un momento, las viejas hostilidades podrían reanudarse. Aunque los dos se ponen a reír. Hanna sonríe. "Nunca más volveremos a estar tan ocupados", reconoce.

con el objetivo de que los jóvenes vuelvan a disfrutar haciendo deporte, las ligas deportivas están tomando medidas drásticas contra los padres que dan alaridos desde los banquillos, y están haciendo hincapié en que lo importante es aprender y disfrutar jugando, y no el hecho de ganar a toda costa. Un equipo de hockey sobre hielo de Toronto compuesto por niños de 10 años ha dejado de hacer estadísticas sobre sus resultados personales garantizando que cada niño, independientemente de su capacidad, juega el mismo tiempo. El resultado: los niños han vuelto a interesarse por el hockey, han mejorado su juego y han ganado casi veinte torneos en tres años.

Incluso los padres defensores a ultranza del deporte están aprendiendo a relajarse. Vicente Ramos, un abogado de Barcelona, tenía por costumbre controlar desde los lados del campo a su hijo Miguel, de 11 años, mientras jugaba al fútbol. La mayoría de las veces le gritaba: "¡Corre hacia el centro! ¡Pasa la pelota! ¡Recupera la posición!". Después, cuando volvían a casa en el coche, le comentaba el partido y le ponía muy poca nota. Un día, Miguel, un chico fuerte, ágil y con una habilidad increíble para tirar con el pie izquierdo, le dijo que no quería jugar más al fútbol. "Me quedé anonadado", dice Ramos. "Nos peleamos y discutimos gritándonos, y al final me reconoció que estaba enfadado conmigo porque siempre le estaba controlando".

Ramos decidió tomárselo con calma. Ahora, lleva a Miguel algunas veces al campo y se queda esperándole tomando un café en un bar cercano. Si decide quedarse en el banquillo, le hace muy pocos comentarios. Cuando vuelven a casa, no le corrige y a menudo los dos hablan de muchas otras cosas que no son fútbol. Ramos se siente sorprendido y aliviado al comprobar que su humor ha cambiado al no pensar si su hijo ha tenido suerte o no en el campo. Y lo más importante es que Miguel ha redescubierto su amor por el fútbol y siente que juega mejor. "Ahora sólo pienso en el juego y en lo que voy a hacer con la pelota en vez de sentirme agobiado esperando los gritos de mi padre", reconoce. "Es un gran alivio".

otra de las situaciones que también está cambiando es nuestra tendencia a envolver entre algodones a los chicos para protegerles del más mínimo riesgo. Los niños de tres años de un jardín de infancia de Escocia pasan el día en el campo soportando el riguroso frío, haciendo hogueras y conociendo las setas más venenosas. Seguro que se hacen arañazos o se queman, pero vuelven al colegio más felices y seguros de sí mismos, y menos propensos a enfermedades y alergias. Y si no, hojeen el éxito mundial El libro peligroso para niños, un práctico manual lleno de ideas para que los chicos se diviertan con todo tipo de juegos de alto riesgo, desde carreras de karts hasta cómo hacer tirachinas o catapultas.

Todos estos cambios implican un menor control en la atención hacia los niños y en permitir que las cosas sucedan por sí mismas en lugar de forzarlas. Pero todavía queda mucho por hacer. Necesitamos colegios, deportes, publicidad, tecnología y planes urbanos más adaptados a las necesidades infantiles. Tenemos que volver a la idea de que una parte esencial de la salud infantil es que jueguen solos, sin metas y objetivos. Una buena idea para empezar sería dejarles una o dos horas al día entretenerse ellos mismos sin la ayuda de adultos o de ordenadores.

Aunque para conseguir los objetivos, los padres tienen que aprender a relajarse. Pero ¿cómo sabemos si estamos forzando demasiado a nuestros hijos? No siempre es fácil, porque la línea entre los padres que se ocupan y los que se ocupan en exceso puede ser muy fina, aunque, con todo, hay señales indicadoras de peligro. Puede que se extralimite si le hace los deberes a su hijo o que le grite hasta quedarse ronco mientras juega en un acontecimiento deportivo; tal vez le espía mientras navega por las páginas de MySpace o no le permite arriesgarse, tal y como usted hacía a su misma edad; o quizá comprueba que se ha quedado dormido en el coche de camino a una de sus actividades extraescolares o a lo mejor le recita palabra por palabra lo que ha hecho mal.

El primer paso para relajarse sería dejar de lado el perfeccionismo. No hay una receta mágica para ser padres. La ansiedad y las dudas son una parte natural de la educación y no una señal para comenzar a controlarles al milímetro incluso con más firmeza. La infancia no es una carrera que sólo pueden ganar los mejores, los niños alfa. Cada niño es diferente. Observe a las personas de su entorno social que más admira: comprobará que han seguido varios caminos hasta llegar a ser adultos. Muchos de ellos probablemente hayan madurado tarde. Y la mayoría han prosperado en la vida gracias a no haber sido controlados al milímetro desde su nacimiento.

Aun así, una menor atención no es siempre la mejor solución. Tenemos que actuar con mano dura si queremos proteger a nuestros hijos del consumismo. Por eso, muchos padres de todo el mundo han emprendido una campaña para impedir a las empresas poner anuncios publicitarios en los colegios. Hay también una reacción contra la tendencia a celebrar fiestas de cumpleaños por todo lo alto. Son numerosos los padres que están poniendo límite al importe de los regalos e incluso eliminándolos por completo. Otros acuerdan con los invitados un importe máximo. En otras palabras, los padres están aprendiendo de nuevo el arte olvidado de decir "no".

hay muchos niños hoy día que realmente necesitan escuchar con más frecuencia la palabra "no". Aunque, al mismo tiempo que invertimos tiempo, dinero y energía en ayudar a nuestros chicos a tener un currículo impecable, tendemos a titubear cuando se trata de impartir disciplina. Parece más fácil decir sí a jugar una hora más con la Nintendo o a que dejen su cuarto desordenado. Pero los niños necesitan disciplina y firmeza de vez en cuando. Los límites les ayudan a sentirse seguros y a estar preparados para la vida en un mundo construido a base de compromisos y reglas. A veces, los niños necesitan que les digamos "no".

El resultado final es que cuando se trata de la educación de un hijo, tenemos que aprender cuándo hacer más y cuándo hacer menos, cuándo ser blandos o cuándo ser duros. Por desgracia, los padres no podemos comprar o alquilar esa sabiduría: nos sale de dentro. Conocemos a nuestros hijos como nadie, lo que significa que lo mejor para un padre es confiar en nuestros instintos. Escribí Bajo presión para dar a los lectores confianza para poner límites a la presión social y a los mensajes confusos de la industria publicitaria y de los medios de comunicación a fin de encontrar el equilibrio que mejor convenga a su familia.

En cuanto a mí, bueno, me siento mejor porque logré encontrar ese equilibrio. Hace poco, mi hijo me dijo que tenía intención de matricularse en un centro para dar clases de dibujo. Conseguí mostrar mi satisfacción sin decir "te lo dije". Es su decisión y sé que tiene que ser así. Sólo espero recordar aquella lección cuando vaya a organizar su primera exposición.

Traducción de Virginia Solans. 'Bajo presión', el último libro de Carl Honoré, editado por RBA, está ya a la venta.

Una generación de niños entre cuatro paredes

REPORTAJE

Los menores ya no juegan solos en la calle - Todas sus actividades están bajo control - Y el salto a la autonomía adolescente es demasiado radical

I. DE LA FUENTE 14/10/2008


Prohibido el paso a los niños. El cartel no existe, pero no hace falta. Se sobrentiende: hace tiempo que han sido expulsados de las calles de las grandes urbes. La ciudad no acaba de llevarse bien con los niños. Más aún: le estorban. Ellos han aprendido la lección y desertan de las avenidas surcadas de tráfico. Aunque tienen sus islas, sus pequeños trozos de asfalto al abrigo de coches. Los padres asumen el veto y saben que sus hijos sólo pueden salir con adultos. Pocos son los que van solos al parque o por el barrio antes de los 12 años, o como mucho a los 10. Guillermo, de 11, ya puede acercarse al parque contiguo, en los alrededores de la plaza de Oriente de Madrid. Se le ve recorrer su manzana en patines con otros chicos, paseando el perro o con su hermano menor, de nueve años. Su madre controla visualmente gran parte de sus movimientos desde la terraza. "Si van juntos me da más confianza. El pequeño sale gracias a su hermano; solo, no. Y a la vez, acompaña al mayor", explica. De dos en dos, sí; uno, no, demasiado riesgo. En algunos distritos apenas se ven niños. En todo caso, niños en coche, en autobuses escolares o en espacios definidos, sean parques, centros comerciales o de ocio. O con el móvil en el bolsillo, como Blanca, de 12 años. Acude a clase de flauta e inglés en una calle perpendicular a la suya y resuelve pequeños recados por el barrio. Su madre suele llamarla para saber por dónde va y si ya llega a casa. Como Blanca, uno de cada dos niños entre los 6 y los 11 años usa móvil.

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La ciudad es más agresiva y ha expulsado al menor de sus espacios

La salida es vigilada y difícilmente coincide con la de primos y amigos

Son invisibles, afirma la socióloga Lourdes Gaitán, coordinadora del curso experto en Políticas Sociales de Infancia de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Complutense. Invisibles a pesar de que los menores de 14 años sobrepasan la cifra de 6.619. 000. El tráfico es el gran enemigo, la gran barrera. "La ciudad parece estar al servicio de adultos que se mueven en coche", reconoce Gaitán. Los niños, como otros peatones vulnerables, "viven en la sombra", señala. Aun así, los parques son "espacios conquistados" para el juego. Los niños necesitan el contacto con sus iguales y llenan cualquier plaza o simulacro de espacio verde que vislumbran. Llenan sobre todo su cuarto de amigos invisibles, de juegos inventados en los que ellos mismos se preguntan y responden. "Juegan lo mismo que antes. La naturaleza de la infancia lleva al juego porque es su forma de relacionarse con el mundo", afirma Fernando Vidal, profesor de la Universidad Pontificia de Comillas. "Los niños son capaces de jugar y crear su mundo incluso en condiciones extremas", recuerda. Vidal y la profesora Rosalía Mota son los autores de una reciente encuesta sobre el estado de la infancia en España en 2008.

Así pues, juegan. "Quizás menos, al tener más actividades extraescolares. Éstas se han disparado", sostiene el profesor de Comillas. "Un tipo de juego menos social (con poca calle, menos vecindad y menos hermanos)", continúa. Los hijos únicos o los que pasan parte de la tarde en casa solos (estos últimos, un 17%, según la citada encuesta) recurren con frecuencia al videojuego. Y bañan y alimentan a perros virtuales que se mueven a través de su voz ("Sultán, ven, bonito"), o vuelan con maravillosos o insólitos personajes de los manga japoneses a los que humanizan hasta límites obsesivos. Un personaje de la televisión o de la videoconsola les resulta más familiar que esos primos a los que prácticamente nunca ven. "Su acceso a Internet no está suficientemente extendido como para decir que la Red ha sustituido a la calle", matiza Vidal. Pero el mundo virtual crece en sus cabezas y puede llegar a pesar demasiado en sus vidas. "Hay que tener precaución con los chats y foros: en ellos uno se encuentra todavía más violencia (verbal) que en la calle por los numerosos trolls (provocadores o saboteadores adultos que se hacen pasar por niños) que los recorren", agrega Vidal.

No hay muchas alternativas en una sociedad que camina hacia el hijo único. En España, todavía, más de la mitad de los niños cuentan con un hermano con el que compartir juegos y peleas. Sin embargo, entre el 14% y el 15% de los niños de 6 a 14 años no tiene hermanos. Y un 5% de los que sí tiene alguno, no convive con él. Eso significa que un 19% vive únicamente con sus padres o con otros adultos. Si carecen de primos y los amigos de sus padres no cuentan con hijos de edades similares a la suya, su círculo social se estrecha. Son reyes y reinas de hogares donde los juguetes pueden llegar a ser excesivos y a la vez nunca suficientes. Para contar con compañeros de juegos tienen que recurrir a sus padres o abuelos, encontrarlos en el colegio o salir al parque en su búsqueda. Allí, en el parque, suelen estar los amigos del barrio, a condición de que padres o niñeras coincidan.

"A tapar la calle, que no pase nadie...". Hay niños que todavía entonan esta vieja canción, pero no pueden poner en práctica su letra. Esa calle imaginaria ya no existe, y la real constituye un espacio escaso y disputado. "La experiencia de la calle que vivieron los chicos de los setenta y ochenta estuvo marcada por una fuerte crisis económica que la volvió insegura", recuerda Vidal. "Por otra parte, una generación de nuevas violencias contra los niños, como el secuestro y la muerte de Mari Luz, junto con la difusión amarillista por televisión de los sucesos de Alcàsser o la desaparición de Madeleine, nos ha hecho extremadamente precavidos. Se trata, ante todo, de una cuestión de seguridad y es difícil que se revierta, excepto en lugares vigilados de urbanizaciones", añade el experto.

"La ciudad es muy agresiva para los niños, pero el juego forma parte de su desarrollo social", indica José Luis Linaza, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid. "Los niños siempre encuentran una pared o una pequeña plaza para jugar. Yo he visto a un grupo jugar a las chapas junto a la iglesia de la Madelaine, en París, ajenos a la gente que acude al templo o que transita alrededor", explica. Juegan a lo de siempre, opina Linaza: hay juegos que se repiten desde siglos, algunos desde el Renacimiento. Pueden surgir nuevas versiones pero siempre es el mismo: el pilla-pilla, esconderse, policías y ladrones, la rayuela. "Por ejemplo", anota Linaza, "hay un juego secular, un tanto cruel, el de la peste, que en algunos colegios hemos visto sustituido por el del sida... No entienden qué es exactamente, pero les basta con saber que es algo negativo, una enfermedad, y se la adjudican a la víctima o a quien quieren aislar o molestar".

Fernando Vidal cree que las nuevas generaciones "tienden más a construir su propio mundo en su habitación. Primero porque al ser más frecuente el hijo único, éste es el propietario único de su cuarto. Segundo, porque las habitaciones tienen dotaciones hasta hace poco impensables: el 40% tiene televisión en su cuarto, equipos de música, ordenadores e Internet por wi-fi", enumera. Según los datos manejados en la encuesta, 6 de cada 10 niños prefieren estar en su cuarto. En Japón ya ha aparecido el fenómeno del rooming, la patología por la cual el niño se enclaustra en su habitación todo el tiempo que puede, hasta el punto de merendar y cenar allí.

En el universo urbano, el patio del colegio cobra para José Luis Linaza un papel protagonista, "por ser un espacio vital para relacionarse". No andan descaminados los pequeños que todavía creen que van al colegio a jugar, y no sólo a aprender. Las actividades extraescolares en el centro o en los polideportivos próximos, todavía insuficientes, compensan la tendencia al sedentarismo de unos niños abocados a condensar su ocio bajo cuatro paredes.

"Algunos juguetes han dejado de usarse pero los juegos suelen permanecer en su principal estructura", opina Vidal. La revolución de los videojuegos, al final de los ochenta, cambió en parte las reglas. Pero también en ese campo, "las tecnologías multijugador favorecen la sociabilidad. Lo que un niño hacía antes con soldaditos de plástico hoy lo hace con soldaditos de píxeles". Después de todo, "a no aburrirse se aprende", sigue Vidal. "Tienen muchos recursos para divertirse pero les falta aprender a construirse sus propias herramientas. El videojuego es divertido pero crea una intensa adicción y pasividad. Con tanto aparato les hacemos más ricos pero menos autosuficientes", concluye.

"Me voy un rato por ahí". Si un niño dice esta frase es que vive en un pueblo. A ningún menor de 10 años residente en una gran ciudad se le ocurre bajar a la calle a explorar sin un motivo concreto. ¿Adónde ir? Gaitán, sin embargo, se asombra de cómo los niños recobran espacios. "Los adultos solemos tener una visión nostálgica de nuestra infancia y creemos que los niños de hoy gozan menos de ella, pero lo cierto es que se las arreglan para jugar y apoderarse de zonas de paso o de poco uso. Autora del estudio La ciudad y los niños, centrado en Madrid, Gaitán ha visitado de la mano de los pequeños algunos de sus espacios secretos y ha descubierto que en verano unas niñas vecinas del parque madrileño del Retiro salen de casa con bañador y toalla y se refrescan en la fuente; que en una pequeña plaza los propios niños organizan partidos de fútbol o que en otro parque los chavales se han apropiado para sus juegos de un escenario que no se utiliza... Es la lucha por hacerse notar en una ciudad que les ignora. "En ese sentido, hay que alentar las intervenciones urbanas que devuelven el espacio a vecinos y pequeños", defiende la socióloga.

La psicóloga Silvia Álava cree que la calle fomenta la participación. "Antes de jugar tienen que negociar y decidir entre todos a qué van a jugar, cuáles son las normas... Se dan procesos de atención y de aceptación de unas reglas previamente acordadas por el grupo, un aprendizaje muy valioso para su futuro", observa. "Los juegos que se celebran en la calle", añade, "permiten una mayor movilidad de los niños: además de hacer ejercicio, se trabaja la psicomotricidad, la coordinación (con juegos de saltar a la comba, o a la goma) o el desarrollo de las destrezas finas, como puede ser jugar con la arena. Eso sí, no les llevemos al parque con una consola portátil", advierte.

"Las contradicciones abundan. Hay padres que apelan a la seguridad para que no jueguen en la calle, pero a veces terminan dejándoles para evitar que pasen toda la tarde con los videojuegos. Por otra parte, es tan infrecuente ver niños solos que cuando algunos pasan mucho tiempo en la calle, los primeros en criticar a los padres son los vecinos", apunta Gaitán.

El muro protector se rompe en la adolescencia, cuando los chicos reclaman libertad total para quedar con los amigos. El contraste es fuerte. Algunos pasan en el mismo año del parque a la discoteca juvenil o al botellón. "Es un error hacer las cosas de golpe", opina Álava. "Conviene hacer a los niños autónomos y responsables desde pequeños, y que al llevarlos a la calle o al parque dejemos que se desenvuelvan ellos para darles una mayor seguridad; que sepan que estamos ahí, pero que ya son mayores para jugar solos. Conviene que los hagamos prudentes, pero no miedosos. Dejémosles que hagan cosas dentro de lo que resulta acorde con su edad. Quizás es pequeño para ir solo a por el pan, pero el adulto puede esperar en la puerta de la panadería y que el niño pida y pague el pan, de esa forma se sentirá importante, aunque el adulto controle la situación", asegura. "Si aprenden a ser autónomos, llegarán a la adolescencia en mejores condiciones", sostiene.

viernes, octubre 10, 2008

Frank Herholdt






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jueves, octubre 09, 2008

Y más allá..a la mierda. ZENIT

Empresarios incompetentes que son como buitres,mc´s que necesitan chuletas bajo pupitres,
verdaderos artistas en el rap español ni tres,preguntas sin respuesta?pues zenit responde,di
donde se esconde el clon de zenit hombre don de donde se deduce que el cruce entre rap y
perfeccion solo en zenit hombre es donde se esconde,lo ves no?España es una mierda con
paletos de mierda y analfabetos de mierda que no saben una mierda y que votan a gobernantes
de mierda,que aprueban leyes de mierda y que encima tratan a los extranjeros como mierda
que tratan a las mujeres como mierda que tratan a los ancianos como mierda y que a los jovenes
nos tratan como mierda luego te dicen: España va bien. Y tu te lo crees no? a la mierda.
Por que sera que siempre va bien para los mismos?por que sera que parecemos tontos los mas
listos?por que sera que en este 2002 han vivido mejor que nunca folclóricas,toreros,futbolistas,
curas,empresarios y ministros?por que sera que a Aznar se le da mejor ladrar que hablar en ingles
o en aleman?un reflejo claro de su nivel cultural,de su preparacion para gobernar un pais cuya
mayor preocupacion es Eurovision o el mundial,y cuyo record de venta musical,el disco de Bisbal,
y del rap mejor ni hablar,por que en serio te gusta esa mierda de rap y el frances no?¿suicidate yo
para rato tengo cuerda,de acuerdo? aun tengo a la brigada en el recuerdo pero el playback del yanki
de cuyo nombre ni me acuerdo,joder en madrid no actuan grupos extranjeros xq entonces en Barcelona
no ponen la excusa esa de que:-No es que aqui, con un concierto asi pierdo dinero- por que en formato
profesional tanto tonto ladra?Tamara en un sello de rap,no me cuadra,asereje exito en verano,esto
se desmadra,dj Kun super raper a imitar a la mierda.Anuncian conciertos de lujo en Leganes te timan,
artistas extranjeros no ven pasta pues no riman,conciertos suenan como el culo encima yo tuve que ir
hasta Huesca pero ya puedo morirme visto kenaton y a freeman sabes? xq intentas hacer rap si no
sabes?xq intentas subirte a un escenario si no sabes?xq intentas grabar si no sabes?deja de intentar
entrar en el rap que no cabes!paleto.... ocupas paginas en las revistas siendo analfabeto seremos
primeros los ultimos del alfabeto los hijos de tus hijos algun dia oiran el rap que hara mi nieto xq te
tengo a ti rap de amuleto que me das suerte y tantas cosas que agradecerte quiero tenerte agradecer
a Dios o a quien sea el conocerte cuidarme y cuidar de los mios hasta la muerte y firmar autografos
como estrellas de cine alcanzar la cima del rap pues de la cima vine y lograr ser idolo en Zafia estando
en madrid con contratos multimillonarios como Zinedine Zidane viajar con T K Fran hasta perpiñan
y actuar en escenarios que dan miedo de grandes que son y de bien que suenan como la cancion
verdad, verdad que suena bien?dime la verdad resuena de verdad la busqueda de la verdad y la paz
en tu sien?paz para quien?haciendo rap pierda, y de verdad, quien quiera vencer jodediendo al rap

martes, octubre 07, 2008

Las doce enfermedades del cambio climático

INFORME REALIZADO POR EXPERTOS EN MEDIOAMBIENTE

Elaboran una lista con los trastornos que se prevé que aumentarán su presencia

MADRID.- Glaciares derritiéndose, penosas sequías o lluvias torrenciales, pero también especies animales enfermando. La salud de la madre naturaleza se debilita y, tras ella, irán los humanos. Un informe enumera 12 de las muchas enfermedades mortales a las que nos exponemos por el cambio climático.

El drástico documento, conocido como 'Deadly Dozen' (o 'Docena Mortal') se ha dado a conocer durante el congreso mundial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, en sus siglas en inglés), que congrega en Barcelona a expertos de todo el mundo.

Los autores del trabajo, miembros de la Sociedad para la Conservación de la Flora y la Fauna, han analizado una docena de patógenos que, de seguir las tendencias actuales, afectarán a animales y personas y, cómo no, a las economías de todo el mundo. Como medida de defensa, quieren impedir que los cambios de la naturaleza pasen desapercibidos.

"Controlando la salud de la naturaleza podremos predecir dónde se centrará el foco de los problemas [...] y planear cómo prepararnos", ha declarado Steven E. Sanderson, presidente de la citada asociación.

Aunque los expertos se centran en 12 enfermedades, como el cólera, el Ébola o la gripe aviar, ellos mismos aclaran que sólo se trata de una muestra ilustrativa de las muchas patologías fruto de los 'atentados' contra la atmósfera. La lista recoge las que con más probabilidad pueden extender sus dominios, aunque advierten de que la clasificación puede cambiar con el tiempo.

Pero, ¿qué cambios se darán para favorecer la transmisión de estas enfermedades? William B. Karesh y su equipo lo tienen claro: Los patógenos proliferarán y sobrevivirán más y, al mismo tiempo, aumentará la susceptibilidad de contraer una infección. Además, los cambios de temperaturas y las alteraciones de los ritmos de las lluvias pueden llevar consigo una expansión de los patógenos que causan enfermedades que, hasta ahora, han estado más confinadas en determinadas áreas.

Una lista inquietante

  1. Tuberculosis: El Antiguo Testamento ya hacía referencia a una enfermedad que, cada año, afecta a 10 millones de personas. En la actualidad, se distribuye por todo el mundo, aunque es especialmente problemática en África, donde la introdujo el ganado europeo en el siglo XIX. Además de a los humanos, la patología también afecta a poblaciones salvajes, como los leones y búfalos del Parque Nacional Kruger, uno de los lugares más turísticos de Sudáfrica y parte esencial de la economía local. Los expertos temen que el cambio climático pueda favorecer el contacto entre el ganado y los animales salvajes y, así, aumentar la transmisión de la tuberculosis.
  2. Fiebre del Valle del Rift: Tal y como la define la Organización Mundial de la Salud (OMS) se trata de "una zoonosis vírica que afecta principalmente a los animales, pero también puede llegar al ser humano". Cuenta con una alta tasa de mortalidad y morbilidad. El virus que lo causa, que suele transmitirse por las picaduras de mosquito, continúa presente en África subsahariana y el norte de África (a finales del siglo XX, Kenia, Somalia y Tanzania sufrieron brotes). Aunque más aislados, también se han localizado casos en Arabia Saudí y Yemen, "con la consiguiente preocupación por su posible propagación a otras zonas de Asia y a Europa", según la OMS.
  3. Enfermedad del sueño: Conocida principalmente por el insecto que la transmite, la mosca tsé-tsé, la tripanosomiasis es endémica en algunas zonas de África subsahariana y, en total, afecta a 36 países. Los rebaños son los que más suelen infectarse por el protozoo 'Trypanosoma bruceipero', pero también los animales salvajes y las personas. "Los efectos directos o indirectos [...] del clima sobre la distribución de la mosca tsé-tsé -que suele encontrarse en la vegetación que rodea a los ríos y lagos, en los bosques y en la sabana- desempeñan un papel importante en la expansión de la enfermedad mortal", explican los autores del trabajo.
  4. 'Mareas rojas': Determinadas algas que florecen en las costas de todo el mundo, un fenómeno conocido como 'mareas rojas', generan toxinas que son peligrosas para los animales marinos y, también, para los seres humanos. "Las variaciones de temperaturas tendrán, sin duda, un impacto, de momento impredecible, en este fenómeno de la naturaleza", asegura el informe.
  5. Gripe Aviar: Las tormentas y las épocas de sequías ya no siguen los ritmos que históricamente tenían establecidos. Nadie sabe ahora a ciencia cierta cuándo descargarán las nubes o cuándo se quedarán sin agua los lagos. Esta alteración influye en los movimientos migratorios de las aves y, por tanto, en la expansión de la gripe aviar, una enfermedad que desde 2003 tiene en alerta a los gobiernos de todo el mundo por la posibilidad de que su cepa más mortífera, la H5N1, mute y sea capaz de transmitirse entre humanos, algo que, de momento, no ha sucedido.
  6. Babebiosis: Es el típico ejemplo de enfermedad que hasta hace poco tenía un impacto limitado pero que ha aumentado su presencia por el cambio climático. Del este de África ha pasado a ser cada vez más común en Europa y América del Norte. Se trata de una patología transmitida por garrapatas y que afecta tanto a animales domésticos y salvajes como a las personas. Aunque no causa problemas graves, sí hace que el afectado sea más susceptible a otras enfermedades.
  7. Cólera: La también conocida como 'enfermedad de los pobres' es un trastorno producido por la bacteria 'Vibrio cholerae', que se transmite con mucha facilidad por el agua y alimentos contaminados. Restringida a los países en vías de desarrollo, el aumento generalizado de la temperatura de las aguas hace prever un incremento de la incidencia de esta enfermedad, que se caracteriza por fuertes vómitos, calambres y diarrea y puede llegar a causar la muerte.
  8. Ébola: Famosa por la película a la que da título y por ser una amenaza constante para el continente africano, el virus del Ébola se contagia generalmente por estar en contacto con los fluidos corporales de alguien infectado o con monos enfermos. Al igual que ocurre con su pariente cercano, la fiebre de Marburg, el Ébola mata fácilmente a personas, gorilas y chimpancés y, en la actualidad, no existe cura. El informe destaca que existen evidencias significativas de que los brotes de ambas enfermedades están relacionados con las variaciones inesperadas de las épocas de lluvias. Como el cambio climático influye en estas alteraciones, es probable que los brotes sean más frecuentes y que se registren en nuevas localizaciones.
  9. Fiebre amarilla: Los mosquitos que transmiten este virus se concentran en distintas regiones africanas, de Centroamérica y Sudamérica. Los cambios de temperatura y las lluvias propician la llegada de estos insectos que suelen picar durante el día e infectar a monos y personas. Recientemente, Brasil y Argentina han registrado brotes con un gran impacto en la población de primates. El estudio de la infección de estos animales ha permitido dar con una vacuna que, hasta el momento, protege a los humanos que viajan a las zonas afectadas.
  10. Parásitos intestinales: Multitud de parásitos se transmiten a través de ambientes acuáticos. Los cambios en el nivel del mar y las temperaturas harán que muchos de ellos sobrevivan durante más tiempo y, como consecuencia, puedan infectar a un mayor número de individuos.
  11. Enfermedad de Lyme: Transmitida por una bacteria a través de las picaduras de garrapata, esta patología, al igual que otras transmitidas de la misma forma, puede ampliar sus fronteras debido al aumento de las temperaturas aptas para la vida de estos arácnidos. El trastorno toma su nombre de Lyme, Connecticut, donde se identificó por primera vez en la década de los 70. Se caracteriza por una erupción y síntomas similares a los de la gripe.
  12. Peste: La peste Yersinia, una de las enfermedades infecciosas más antiguas de la que se tiene conocimiento y que ha costado la vida a 200 millones de personas, todavía es causa de mortalidad en algunas localizaciones. La bacteria responsable de esta plaga tiene preferencia por las ratas y se extiende mediante las mordeduras de las pulgas que viven en estos roedores. Pero cuando estos animales escasean, no tienen ningún problema en morder también a las personas y, una vez que esto sucede, se contagian unos a otros por vía aérea. Si el cambio climático afecta a las poblaciones de roedores y a su distribución geográfica, también afectará a la distribución de la peste.

El 64% de los españoles no entiende las etiquetas de los alimentos

Una encuesta de la Ceaccu denuncia lo indescifrables que resultan los listados de ingredientes al dorso.


Los españoles no se paran a leer las etiquetas de los productos que compran, total, para qué, si no las entienden. Hay mucha letra pequeña para contar al consumidor los ingredientes, los valores nutritivos, y algunos optan por endiablar aún más la comprensión poniendo el símbolo del sodio (Na) en lugar de declarar abiertamente la sal que contiene una bebida isotónica, por ejemplo. Así que, la gente se ha quedado en la fecha de caducidad, que es lo que mira todo el mundo desde hace años y lo que no tiene pérdida.

En las encuestas los consumidores declaran un alto interés por la salud que les llega o que les quitan a través de la alimentación, pero en la práctica, son incapaces de reconocer dónde se ocultan los compuestos más nocivos. Un 63% todavía se engaña con las grasas vegetales que se encuentran en las conservas, las galletas, la bollería, en cientos de productos. Creen que son mejores que las animales, pero no saben que detrás de esa denominación no hay precisamente aceite de oliva, ni de girasol, sino que puede ocultarse una alta proporción de grasas saturadas de coco o palma, las peores para la salud.

Una encuesta de la organización de amas de casa y consumidores Ceaccu revela las muchas dudas que aún muestran los españoles con la cesta de la compra a la hora de descifrar el etiquetados de los productos. Un 60% se queja del exceso de información que ofrecen, algo que requiere demasiado tiempo, el 53% del tamaño de la letra y un tercio apunta además la dificultad para comprender el mensaje. El 64% de los consumidores no entiende prácticamente nada de lo que lee en las etiquetas donde se detallan los valores nutritivos y los ingredientes.

Y eso que un 40% de los encuestados declara la gran utilidad que le concede a los aspectos nutricionales. Pero la caducidad y la fecha de envasado es lo que más consultan. Así que el 60% de la gente no lee más información que esa. Y un 41% de los compradores está dispuesto a pagar más dinero por aquellos productos que venden valores añadidos para la salud aunque estos reclamos publicitarios la mayoría de las veces no tienen base científica. Curiosamente los más jóvenes, supuestamente la población más formada, es la más propensa a creer en muchas de estas falsas promesas saludables.

Para los responsables de Ceaccu es "urgente" que se regulen cuanto antes los llamados perfiles nutricionales, previstos en los reglamentos europeos, donde se advierta a los consumidores del exceso de grasas, sal o azúcar en aquellos productos que venden salud. Así lo demandan también los consumidores, a quienes les gustaría que las etiquetas de los alimentos fueran más claras (70%), que sólo llevaran información útil (60%) y que no haga falta utilizar la lupa para leer (55%).