domingo, febrero 28, 2010

Bañobre


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sábado, febrero 27, 2010

Vanessa Perroncel



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miércoles, febrero 17, 2010

El maestro invita a un concierto (Conciertos para jóvenes)





Leonard Bernstein (1918-1990) fue un famoso compositor y director de orquesta, además de tener otras muchas facetas, entre ellas la pedagógica.
Al público más alejado del mundo de la música clásica le sonará el nombre, al menos, por la banda sonora de West Side Story. Aunque antes de ésta ya obtuvo gran popularidad por sus “Conciertos para jóvenes”. Fueron una serie de conciertos retransmitidos por la televisión que Bernstein ofreció con el objetivo de acercar la música clásica a la gente joven, a los que menos la escuchan y más les asusta. Bernstein realizó nada menos que 53 conciertos repartidos entre los años 1958 y 1971 en los que el director explicaba diferentes conceptos o aspectos musicales, se centraba en algún compositor, etc. todo con un lenguaje muy sencillo, apenas tecnicismos, alternando las explicaciones con ejemplos musicales en los que incluyó no solo música clásica sino también Jazz o Pop/Rock del momento (hace ya algunos añitos), como por ejemplo Elvis, The Beatles, The Kinks o Cole Porter.

El libro que reseño es una transcripción al papel 15 de estos conciertos.
Debo decir que no tengo conocimientos musicales, aunque sí mucho interés, y el libro me ha resultado muy ameno y muy fácil de entender. Realmente es una manera estupenda de acercarse a la música clásica (aunque Bernstein discute el concepto de “música clásica” en el libro, no entremos en camisas de once varas).
Sólo cabe una objeción, que es un libro y no trae CD así que los fragmentos musicales los han transcrito a solfeo de la forma más sencilla posible para que pueda ser tocado en un piano.
Los 15 conciertos transcritos a este libro son:
1. ¿Qué significa la música? (concierto del 18/01/58)
2. ¿Qué hace que la música suene “Americana”? (concierto del 1/02/58)
3. ¿Qué es la orquestación? (Concierto del 8/03/58)
4. ¿Cómo se hace la música sinfónica? (Concierto del 13/12/58)
5. ¿Qué es la música clásica? (Concierto del 24/01/59)
6. El humor en la música (Concierto del 28/02/59)
7. ¿Qué es un concierto? (Concierto del 28/03/59)
8. Música folclórica en la sala de conciertos (Concierto del 9/04/61)
9. ¿Qué es el impresionismo? (Concierto del 1/12/61)
10. ¿Qué es una melodía? (Concierto del 21/12/62)
11. ¿Qué es la forma sonata? (Concierto del 6/11/64)
12. Un homenaje a Sibelius (Concierto del 19/02/65)
13. Átomos musicales: un estudio de los intervalos (Concierto del 29/11/65)
14. ¿Qué es un modo? (Concierto del 23/11/66)
15. El “viaje” de Berlioz (Concierto del 25/05/69)


De todos estos capítulos me gustaron especialmente el 1º, el 5º y el 10º porque muchas veces o nos perdemos en los conceptos o los conceptos nos acotan demasiado lo que es la música. En estos capítulos Bernstein intenta hacer que sepamos qué son estos conceptos pero no porque nos aprendamos un significado teórico sino por disfrutar de lo que se intenta definir.
En el 8º, el 9º y el 11º disfrutas escuchando el tipo de música que trata.
Los que hacen los números 13 y 14 son los más técnicos, en ellos se dedica a explicar los intervalos, escalas, modos, etc. Es por esto que son un poco más complicados para los que no tenemos conocimientos teóricos, pero muy interesantes.
Comento estos por comentar algunos, pero son todos magníficos.

Recomiendo vivamente este libro a todo amante de la música.
Aunque yo me quedo con las ganas de ver los vídeos de estos conciertos. 25 de ell os se editaron en DVD, a ver si se pueden conseguir subtitulados al español.

domingo, febrero 14, 2010

Fijo para siempre, pero ¿inamovible?

El empleo público, altamente protegido, sigue en expansión - Ser más o menos productivo no tiene consecuencias - El reto es evaluar al funcionario
El mundo ha cambiado una barbaridad, ni el matrimonio es ya para siempre; pero el empleo del funcionario, sí. Hasta que la muerte o la jubilación los separe. En tiempos de paro y déficits si las cuentas públicas no cuadran, ¿para qué seguir aumentando el empleo público? En el reino del empleo temporal, del ERE y la congelación salarial, ¿por qué el funcionario tiene trabajo fijo y hasta le suben el sueldo?

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El empleo vitalicio ha evitado que los gobiernos pongan y quiten funcionarios

Expertos abogan por mecanismos de control del trabajo transparentes

"El empleo de por vida es la mejor garantía de profesionalidad", dice Domingo Fernández, presidente del sindicato de funcionarios CSI-CSIF. El profesor Francisco Longo disiente: "Por razones de interés general, la hiperprotección laboral del empleo público debe acabar. Cuando la Administración pública no puede mantenerse debe ser lógico que elimine servicios y puestos de trabajo, como sucede en la empresa privada".

Históricamente, el empleo vitalicio fue una prueba de salud democrática: un cuerpo de funcionarios permanente para evitar que el Gobierno entrante pusiera a sus funcionarios y despidiera a los anteriores, como aún sucede en países latinoamericanos. "Eso era necesario en trabajos ligados a los servicios de autoridad, donde el bien público dominante es la imparcialidad", explica Longo, profesor de recursos humanos en ESADE. "Con el tiempo, la protección extraordinaria del empleo público se ha extendido a otros que nada tienen que ver con la autoridad, como profesorado, médicos o servicios sociales, es decir, a la inmensa mayoría. Parecería lógico que estas personas, aparte del examen de entrada, tuvieran que superar de tiempo en tiempo unas evaluaciones para seguir en el empleo".

Así será en Cataluña. Los futuros funcionarios estarán a prueba 90 días y pasarán pruebas anuales. "No nos asusta la evaluación", advierte el dirigente sindical Fernández, "pero con recompensas si es positiva; y sin que signifique el despido, si sale negativa". Fernández recuerda que ya existe el periodo de prueba, pero la novedad de la ley catalana es su carácter obligatorio y universal.

Al catedrático de Sociología Salvador Cardús le gustaría renegar de su condición de funcionario, "porque mi remuneración no depende de mis méritos, sino de mis años de antigüedad". Para Cardús el empleo de por vida es "difícilmente justificable; pero si hay que hacerlo, que dé cuenta de la calidad de su trabajo con mecanismos de control transparentes".

Mientras los países de la Unión Europea recortan funcionarios, España los aumenta (un 32% entre 2000 y 2008). La masa salarial del empleo público por habitante ha aumentado un 60% en España, casi el doble que en la UE. El pago del empleo público se lleva la quinta parte del presupuesto del país.

"A las ocho de la mañana, una persona ficha por todos, y a las tres, otra hace lo mismo". Enrique Cejudo cuenta su experiencia como secretario sustituto del Juzgado número 1 de El Ejido (Almería). "No se trabaja ni cuatro horas al día. Se puede verificar muy fácilmente pues todos los fichajes se hacen en el mismo ordenador". No es el caso general, pero el sistema lo permite.

Belén Marina, profesora de Derecho Administrativo en la Universidad de Alcalá, no cree que haya empleo de por vida. "El derecho de inamovilidad de los funcionarios no es ilimitado. Su régimen disciplinario contempla las faltas de asistencia, el incumplimiento de la jornada, la falta de puntualidad o de rendimiento... con sanciones que pueden llegar a la separación del servicio".

¿Cuántas infracciones, sanciones o despidos de funcionarios hay? La profesora lo desconoce, también el Ministerio de Justicia, y el de las Administraciones Públicas. "Llevo más de 30 años en la universidad", dice Cardús, "y no he conocido ninguno, pese a que hay casos, pocos, de irresponsabilidad absoluta. El procedimiento es dramáticamente complicado".

Los sindicatos también desconocen estadísticas disciplinarias que serían, por otro lado, lógicas en un colectivo tan grande. "Sólo hay datos de absentismo", dice Fernández. "Similar al de las grandes empresas privadas".

Para evitar el absentismo camuflado, Cejudo eleva a su ente superior, la Subcomisión Provincial de Coordinación y Cooperación de la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía, una posible mejora de su juzgado. "Sólo con implantar la huella digital para que fichen los empleados, el tiempo de trabajo aumentaría un 50%".

Longo reparte culpas. "Hemos vivido épocas de vacas gordas todos, familias, empresas y también la Administración. Es cierto que una parte del aumento es por mejora de servicios: hay más profesores por alumno, más médicos por enfermo, pero la Administración pública del futuro debe de ser menos voluminosa y más cualificada. El Gobierno sigue contratando demasiado trabajo poco cualificado. Son unas rutinas de comportamiento muy difíciles de romper por los gobernantes. Tienden a seguir haciendo lo mismo".

Y, en consecuencia, el gasto público se va hinchando. Hoy son 2,7 millones de personas trabajando para la Administración, de ellos 1,7 millones funcionarios. "El tamaño del sector público ha experimentado un acelerado crecimiento en esta última década", dice Mario V. González, autor de El coste de la Administración pública española. Según sus cuentas, en 2008 cada español dedicó a pagar a los funcionarios 2.560 euros, 1.000 euros más que ocho años antes. "En España, el coste salarial por empleado público excede en más del 20% el coste del privado".

El presidente del sindicato CSI cree que el aumento se debe a la convergencia con Europa y al desarrollo de las autonomías. Sin embargo, no achaca a la crisis económica las voces que se levantan para cambiar el estatus del funcionariado. "Obedece más a las exigencias de los ciudadanos y a la incorporación de las nuevas tecnologías".

El Gobierno catalán intenta cambiar las viejas estructuras con una ley que reduce la maraña de cuerpos a sólo cuatro, que facilitará la movilidad entre administraciones. Se acabará también con la selección por cuerpos y escalas, que permitía que un abogado ganara, por ejemplo, plaza en un trabajo de gestión económica. "El objetivo es que las administraciones puedan actuar con más flexibilidad; pero también garantizar la idoneidad de las personas para el puesto de trabajo que han de ocupar", explica Jordi Ausàs, consejero de Gobernación. Y otra novedad no menos importante: se exigirá examen para el empleo público temporal, argucia contemporánea para colar gente a dedo que, con el tiempo, accedía a la plaza fija.

El sindicalista Fernández a nada dice que no. "En estos días estamos negociando con la vicepresidenta Fernández de la Vega una ley de la función pública donde se desarrollan sistemas de evaluación, promoción, la movilidad -hasta ahora muy pequeña y complicada-, y la función directiva, que tampoco existía".

Efectivamente, hay funcionarios y jefes puestos a dedo por los políticos, pero no funcionarios-directivos. "No tiene sentido que cambie el presidente de una comunidad autónoma y cambien los gerentes de los hospitales públicos, como está pasando", recuerda Longo.

"La Administración española tiene un gran déficit de gestión. Hay pocos gestores profesionales de la cosa pública, que introduzcan los valores de costes, gastos e inversiones". Longo recuerda los males que acarrea un cuerpo de funcionarios de por vida. "Su hiperprotección conlleva la falta de riesgo del colectivo con unas consecuencias anómalas para la sociedad, como el encarecimiento de los servicios y la distorsión de la labor sindical". "El sindicalismo público es de confrontación", explica, "mucho más agresivo que el privado, porque no existe la amenaza del despido".

El economista Manuel Balmaseda cuantificó en un 4,7% del PIB la diferencia de productividad entre el sector público y el privado en 2003. A caballo entre Estados Unidos y España, Balmaseda recuerda en su Libro Marrón (2006, Círculo de Empresarios) que la productividad de los sectores público y privado era prácticamente idéntica en 1980; pero en 2003 la situación había cambiado: "La productividad del sector privado superó los 35.000 euros, pero la del público no llegaba a los 28.000".

El socialista Tony Blair implantó en la Administración británica el principio de que la eficiencia y productividad de cualquier tarea de cualquier organismo público es medible al igual que en una empresa privada. Y, en función de ello, suprimir, ampliar o reducir.

A partir de entonces han proliferado organismos de evaluación, incluso en España. Veamos uno, la rimbombante Agencia de Evaluación de las Políticas Públicas y Calidad de los Servicios en España. Creada hace tres años, sólo se mueve a iniciativa del Gobierno y escribe informes como Trámites administrativos para la creación de empresas. Sus conclusiones: "Es imposible recoger en un solo modelo toda la casuística de la tramitación administrativa". Otra: "El primer paso de una política de simplificación de los trámites para la creación de empresas debe ser impedir que se establezcan nuevas trabas". Y no lo firma Perogrullo.

Como escribe el consejero del Tribunal de Cuentas Lluís Armet en la Revista Española de Control Externo: "La creación de una burocracia para luchar contra los aspectos burocráticos no es la mejor forma de actuar".

¿Qué diferencia hay en la Administración pública española entre un buen trabajador y un vago? ¿Cuál entre el juez que dicta 200 sentencias anuales y el que no dicta ninguna? ¿Y entre el catedrático que acude a sus clases y el que se refugia en supuestas investigaciones? ¿O, simplemente, entre el funcionario que llega tarde y se va pronto y el que cumple su horario? Aparte de la moral, ninguna.

"La falta de evaluaciones no es el mejor hábitat para fomentar la productividad, que es un problema de España en general, y la productividad del funcionario es aún inferior al del empleo privado", recuerda Longo.

Mientras en los países anglosajones cuesta atraer a la juventud al funcionariado, en España se hace cola. "Da pena que el objetivo del universitario sea sacarse una oposición", se lamenta Mario González. "Es una situación racional, por supuesto, porque te da empleo fijo de por vida y aumentos salariales del 2%, pero mata el espíritu emprendedor de un país, que es lo que hace progresar a la sociedad".

Tras 15 meses como secretario de juzgado, Cejudo volvía a escribir a su ente superior, la Subcomisión Provincial de Coordinación y Cooperación de la Consejería de Justicia de la Andalucía: "Desde el otro lado del espejo que he traspasado, como abogado, como profesor de universidad y como gerente de empresa, la realidad no parecía tan penosa como se aprecia desde dentro. El directivo que aterrizó en la corte de su señoría ha comprobado que no podrá ejercer sus habilidades directivas; lo más que puede llegar a ser es un virtuoso castratti, un capón sin atribuciones que ha de limitarse a firmar y a firmar, y a ser amable".

El Mundial se anima: Melissa Satta vs Abbey Clancy vs Bethany Dempsey vs Sara Brandner






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La revista americana Sports Illustrated se ha encargado de caldearlo con un espectacular reportaje con mujeres y novias de futbolistas de cuatro países participantes en el máximo evento futbolístico.

Las escogidas han sido la italiana Melissa Satta (novia de Vieri, actualmente sin equipo), la inglesa Abbey Clancy (novia de Peter Crouch, delantero del Tottenham), la americana Bethany Dempsey (esposa de Dempsey, centrocampista del Fulham) y la alemana Sara Brandner (novia de Schweintseiger, centrocampista de Bayern de Munich), cuatro bellezas que se sometieron a una paciente pero impactante sesión de ‘bodypainting’, que consistió en pintar su cuerpo con los colores de sus respectivos países. La artista de tan laborioso y brillante trabajo fue Joanne Gair y en la web de SI (www.sportsilllustrated.cnn.com) se pueden visionar los vídeos de las largas sesiones a las que fueron sometidas las modelos.

¡Parece que lleven camisetas cuando en realidad son pinturas! Una técnica asombrosa que no descuida ningún detalle y que resalta el escultural cuerpo de las cuatro Wags. Luego se sometieron a una sesión fotográfica a cargo del fotografo Yu Tsai en los Milk Studios de Nueva York. En la web de la revista están colgadas una treintena de cada una de ellas y, como veis en la muestra, son obras de arte.

Objeto ginecológico no identificado. REPORTAJE: En busca del punto G

Esta supuesta zona erógena de la anatomía femenina ha dividido a la comunidad científica en los últimos años. ¿Existe? ¿Lo tienen todas las mujeres? ¿Está en la vagina o en el cerebro? Recientes estudios calientan aún más el debate.
LUIS MIGUEL ARIZA 14/02/2010
Desde que en 1950 el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg lo describiera como “una zona erógena muy definida” en la pared anterior de la vagina, la búsqueda del punto G femenino ha polarizado a la comunidad científica. Los detractores han llegado a afirmar que su geografía es tan borrosa como la de un OVNI ginecológico. Los partidarios defienden su identidad como un Sangri-La del placer. Después de sesenta años, el rastreo de esta estructura biológica en el cuerpo femenino no ha arrojado resultados concluyentes para que haya consenso entre expertos. El británico Tim Spector, profesor de epidemiología genética, y la psicóloga Andrea Burri, ambos del King’s College de Londres, enviaron un cuestionario sobre costumbres sexuales por correo y validaron las respuestas de 1.804 voluntarias. Una de las preguntas era: ¿cree tener en la pared anterior de su vagina una pequeña superficie del tamaño de una moneda de 20 peniques sensible a la presión? El cuestionario fue dirigido a mujeres mellizas –con un 50% de los genes– y gemelas idénticas, cuyo genoma es igual en un ciento por ciento. Si el punto G es real, y si una gemela idéntica cree tenerlo, sucederá lo mismo con su hermana. Pero esto no fue lo que encontraron estos expertos. En líneas generales, “la mitad de las mujeres respondió que pensaba que poseía este punto G, mientras que la otra mitad creía que no”, explica Spector, en conversación telefónica desde su casa en el Reino Unido. Ahora bien, al comparar las respuestas entre los dos grupos –las gemelas idénticas y las mellizas– el equipo de Spector no encontró diferencias estadísticamente significativas. “Coincidían o estaban en desacuerdo sin que importara cuánto material genético compartían, lo que nos dice que, sea lo que sea (el punto G), no implica influencia genética. Fue muy sorprendente. Esperábamos encontrar algo”.

Concha Velasco
Vinila von Bismark
Lucía Etxebarria
Rosa Díez
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Sería responsable de un orgasmo muy intenso, distinto del clitoriano

“La sexualidad femenina no debe generalizarse, reducirse a un sí o un no”

Anteriormente, en trabajos con gemelos idénticos, Spector había mostrado que el orgasmo femenino tiene componentes genéticos en un 40%. El nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Journal of Sexual Medicine (JSM), concluye que del punto G no hay ni rastro. “Si hubiéramos realizado este trabajo hace diez años, nadie nos habría creído. Pero ahora sabemos que si medimos correctamente las variables, sabremos si tienen o no base genética”, asegura este experto. “Las mujeres que afirmaban que sí lo tenían experimentaban más orgasmos con más facilidad y disfrutaban de una mejor vida sexual. Dado que los medios de comunicación están pregonando que el punto G es mejor para su vida sexual, ellas podrían relacionar ambas cosas. Pero no hablamos de una entidad fisiológica. Las diferencias encontradas no se explican mediante la presencia de una zona del tamaño de una moneda, es algo más genérico. Podría ser que existieran un centenar de puntos G y que cada mujer tuviera el suyo propio. Creo que es mucho más útil hablar sobre esto que centrar el debate a la antigua sobre una zona que nadie ha probado anatómica o fisiológicamente”.

El término punto G, o punto de Gräfenberg, fue adoptado por los doctores John Perry y Beverly Whipple en 1981 para describir esa zona erógena de la vagina, situada a mitad del recorrido entre la parte posterior del hueso púbico y el cérvix, a lo largo de la uretra femenina. En su libro La Ciencia del Orgasmo (editorial Paidós, 2008) Whipple detalla la forma de estimularlo: la mujer tumbada sobre su espalda, introduce sus dedos presionando la superficie interna de la vagina con un movimiento de “ven aquí” hasta dar con la región, situada en la posición de las 12 en punto con respecto al cuerpo. Su hallazgo venía a añadir una complejidad asombrosa a la sexualidad femenina. El punto G sería el responsable de un tipo de orgasmo muy intenso, diferente del que surge al estimular el clítoris (orgasmo clitoriano). A veces estos dos tipos de orgasmos se combinan. Sara Nasserzadeh, psicoterapista sexual y autora de la obra Orgasm Answer Guide (John Hopkins University Press, 2009), describe para El País Semanal el caso de Addler, una paciente suya de 43 años. “Vino a verme ya que sufría de anorgasmia [falta de orgasmos] pero progresó bastante bien al explorarse a sí misma, y después de una sesión de masturbación junto con la estimulación de su zona G, lo describió como “algo que se fortalecía...nunca he experimentado una sensación así”. Nasserzadeh admite que “los informes sobre la estimulación del punto G mediante la penetración son todavía controvertidos”. Sin embargo, Beverly Whipple detalla en su obra las posturas más convenientes durante el coito, como la del perrito, o con la mujer a horcajadas sobre el varón. Por lo visto, permiten que el pene estimule con eficacia esta zona vaginal de la pared anterior. Así las cosas, no es de extrañar que el trabajo de Spector y Burri publicado en JSM haya caído como una bomba. En la misma revista se vierte la polémica, con titulares como ¿Quién teme al punto G?, donde los expertos se tiran literalmente los trastos a la cabeza.

La primera crítica al estudio de Spector proviene de la propia Whipple, profesora emérita de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey en Estados Unidos. “Tienes que preguntarte el método que usaron para llegar a esta conclusión”, explica mediante correo electrónico. “Ellos han eliminado a las mujeres que usan la estimulación con los dedos, que resulta la forma más fácil de excitar esta zona. Y tampoco preguntaron acerca de las posturas de coito que usaron las mujeres, es decir, ella a horcajadas o por detrás, ya que estas posturas permiten al pene estimular la zona del punto G”. Para Whipple, “no es lo mismo preguntar si se experimenta un orgasmo durante el coito o examinar la respuesta a la estimulación del punto G”.

Pero sin duda, la andanada más potente proviene del científico italiano Emmanuele A. Jannini, del Departamento de Medicina Experimental de la Universidad de L’Aquila, en la región del Abruzzo, en los Montes Apeninos. “¿Cómo puede un científico serio asegurar en una revista científica, al igual que en los medios, que una parte anatómica no existe basándose en un CUESTIONARIO VOLUNTARIO ENVIADO POR CORREO?”, reza su contundente correo electrónico a consultas de El País Semanal (resaltando en mayúsculas la última parte de la frase). Los dardos hacia sus colegas británicos son variopintos. “¿Formaron su opinión a partir de imágenes médicas, a preguntas sobre el sexo cara a cara con los pacientes con un profesional certificado, a cuestionarios validados, a exploraciones ginecológicas, autopsias, o al uso de marcadores bioquímicos o moleculares para estudiar muestras de tejido? Nada de eso. Se limitaron a enviar un cuestionario por correo”.

Jannini fue quien publicó en 2008 un estudio en JSM en el que sugería que era posible encontrar el punto G en las mujeres mediante una simple ecografía. Su equipo escaneó dos grupos de mujeres, nueve que afirmaban experimentar orgasmos vaginales y once que no. En el primero, las ecografías mostraron que el espacio donde presumiblemente se ubica el punto G está más engrosado, lo que explicaba los orgasmos. El estudio tuvo sus críticas, pues hay una corriente de investigadores que creen que ese espacio, rico en fibras, vasos sanguíneos, músculo y nervios, es en realidad una parte interna del mismo clítoris. El propio Spector indicó a la revista New Scientist que otras explicaciones “eran posibles, como el tamaño real del clítoris, que aunque no era objeto del estudio, sí es altamente variable”. El contraataque de Jannini al nuevo estudio de su colega británico no sólo se refiere a la metodología. Va más allá. “De forma sorprendente, los resultados de esa encuesta se han inclinado dramáticamente en favor del punto G, ya que un 56% de las mujeres lo admiten. Creo que la gente del King’s College no se fía de sus propios resultados. La explicación a su comportamiento es su ideología, que hace que se cieguen ante sus propios resultados”.

Andrea Burri, psicóloga del King’s College y coautora del trabajo, indicó en una nota de la respetada institución británica que los resultados del estudio “tendrán importantes implicaciones no sólo para la educación sexual futura y los tratamientos psicosexuales”, sobre todo en referencia a las mujeres “que no sean capaces de alcanzar el clímax a través de la penetración vaginal”, y que sientan que no están a la altura. “Hablamos de variación sexual. Algunas mujeres pueden alcanzar el orgasmo con la penetración, mientras que otras no. Es bastante irresponsable clamar por la existencia de una estructura cuya existencia nunca se ha probado, y presionar por ello a las mujeres y también a los hombres”. Y Jannini responde de esta forma a Burri: “Andrea Burri es una guapa psicóloga que declaró que realizó esta investigación para liberar a las mujeres de la esclavitud que implica buscar el punto G. Podría estar de acuerdo con este noble intento, ya que soy hijo de una feminista radical que es además una periodista italiana. Pero me temo que no hablamos de ciencia, sino de prejuicios”.

Con respecto a las posturas de los grupos feministas ante el punto G, Jannini es explícito. “Es una vieja historia. Una parte importante y ya clásica del archipiélago feminista basó su acción política en la guerra contra la penetración vaginal. Recuerdo muy bien el uso frecuente del adjetivo fascista conjuntamente con penetración. La idea era (y frecuentemente sigue siendo) que, ya que el clítoris está en el exterior, la penetración vaginal no es útil para el placer femenino, e incluso resulta peligrosa, ya que coloca a la mujer en un comportamiento de sumisión”. Para este doctor, el descubrimiento del punto G y su relación con el orgasmo vaginal resultó un golpe muy duro para el feminismo radical. Ambas cosas están conectadas por un puente sólido. “El orgasmo clitoriano es algo que está virtualmente garantizado en todas las mujeres saludables si saben cómo estimularlo. Pero el vaginal no es tan frecuente. Y en muchos casos, la culpa es de dos cuerpos, o mejor dicho, dos almas, que no interaccionan bien. Pero en otros casos, la ausencia de este orgasmo se debe precisamente a la ausencia del punto G, un instrumento anatómico”. ¿Cómo explicar, se pregunta este experto, el hecho de que una mujer sana, muy contenta con su sexualidad, que tiene múltiples compañeros de distintas razas, que se masturba regularmente y experimenta estupendos orgasmos clitorianos, nunca haya experimentado un estúpido y pequeño orgasmo vaginal? En su opinión, este tipo de mujeres, que carecen de un punto G activo, tienen una vida sexual plena, y no son tan raras en la sociedad actual.

El último contraataque al estudio de Spector procede de Francia, precisamente de una nueva reunión de expertos en ginecología celebrada en París. En lo que parece una declaración solemne, por lo visto el 60% de las mujeres sí que tienen un punto G. Los científicos del King’s College, al parecer, no han mostrado el “respeto debido” a lo que expresan las propias mujeres que están convencidas de su punto de la discordia. Así lo expresaba el cirujano francés Pierre Foldes al diario británico The Independent: “Las conclusiones del estudio son completamente erróneas debido a que estaban basadas sólo en observaciones genéricas”. Foldes, quien ha desarrollado una técnica quirúrgica para la reconstrucción de los clítoris de las mujeres que sufren mutilación genital en sus países de origen, cree que “la sexualidad femenina no puede generalizarse, reducirse a un sí o a un no, hay una variabilidad”. Y la ginecóloga Odile Buisson, del Centre d’Échographie en Saint Germain (Laye, Francia), va un poco más allá. Su disparo lo recoge el citado medio. “Creo que el carácter protestante, liberal y anglosajón significa que uno es demasiado pragmático, y que tiene que haber una causa para cada cosa, un gen para todo. Y esto es algo totalitario”.

Buisson es una científica de renombre, y publica a menudo en Journal of Sexual Medicine. Al igual que Sheryl A. Kingsberg, profesora del departamento de biología reproductiva de la Universidad Case Western (EE UU). Sólo que Kingsberg cree lo contrario. Dice que la controversia que rodea al punto G reside precisamente en que esta estructura ha eludido los esfuerzos de los científicos por encontrarla a lo largo de más de medio siglo. “La mayoría de la gente cree que existe el punto G”, responde para El País Semanal. La culpa de ello, asegura, es el famoso best seller de 1982 publicado por Alice Ladas, John Perry y su colega Beverly Whipple. Y eso, en resumidas cuentas, ha convertido al punto G en algo que define literalmente como un “cliché cultural”, una perogrullada. En su opinión, los grupos feministas no tendrían por qué sentirse ofendidos si el punto G realmente existiera. “Cuantas más zonas erógenas, mejor. La penetración no es algo antifeminista. Mu-

chas mujeres, hetersexuales, lesbianas y bisexuales, disfrutan de la penetración mientras que otras mujeres, heterosexuales, lesbianas y bisexuales, no se estimulan en particular con la penetración y estimulación vaginal. Las mujeres son muy variadas”.

Para Kingsberg, el aura que rodea al punto G como una fuente intensa de placer sólo es un placebo. Las mujeres que disfrutan de sus orgasmos lo asocian a ese punto, consciente o inconscientemente. El placebo es una sustancia inocua, sin ningún efecto farmacológico, pero en los voluntarios que participan en estudios clínicos produce efectos beneficiosos constatables precisamente por la creencia en su poder curativo. En un estudio llevado a cabo por el médico D. C. Goldberg en 1983, en el que examinó a 11 mujeres, informó que cuatro de ellas se sentían estimuladas cuando el médico palpaba su vagina con sus dedos realizando movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj. ¿Dio con el punto G, o tocó otras zonas circundantes? Como escribe Kinsberg en JSM, la localización del punto G debería situarse en el cerebro, no en la vagina. “Creo que el término punto G es inadecuado, y debería rebautizarse como el punto P, de placebo”.

Exista o no, la polémica del punto G deja algo en lo que casi todos los expertos consultados coinciden. “Las investigaciones de la sexualidad femenina carecen de fondos suficientes y por ello no hemos avanzado mucho en cincuenta o sesenta años”, asegura Spector. “Es algo que no se ha tomado en serio. Basta echar un vistazo al número de publicaciones en PubMed (siglas en inglés del Servicio Nacional de Literatura Médica de EE UU que recoge millones de citaciones médicas) y se verá que es muy pequeño, apenas un 10% con respecto a la sexualidad masculina. Hemos recibido comentarios de que no deberíamos gastar el dinero de los contribuyentes en este tipo de investigaciones. Mucha gente cree que los problemas sexuales de las mujeres no merecen ser estudiados”. Para Emmanuele A. Jannini, esta falta de interés y el hecho de que el punto G no se haya estudiado suficiente obedece a las mismas razones por las que “descubrimos el tamaño y forma real del clítoris humano en una época tan reciente como 1998. Fue en ese año cuando un ginecólogo australiano casi anónimo, el doctor O’Connell, usó las técnicas más sencillas y banales empleadas por los anatomistas durante siglos para estudiar la macroanatomía de un órgano que nunca se había estudiado antes”. Jannini se escandaliza ante la falta de interés mostrada por los ginecólogos y sobre todo por el hecho de que ni siquiera se hayan empleado ecografías para estudiar el tema. “No se trata de que el punto G haya eludido los esfuerzos de búsqueda de muchos científicos. Lo cierto es que no ha habido tantos científicos interesados en su estudio”.

La otra conclusión es el marketing que baila alrededor del punto G, espolvoreado regularmente en las páginas en las revistas femeninas. Gran parte de su público “lo da por hecho”, dice Spector. “En Estados Unidos hay muchos cirujanos plásticos que realizan operaciones para tratar de mejorar el punto G mediante silicona, y eso puede ser peligroso”. Sara Nasserzadeh lo advierte: “Hay gente que se está aprovechando económicamente de esto. Prometen a las mujeres que mediante determinados procedimientos, como inyecciones de colágeno o de botox, pueden intensificar la estimulación sexual de esta zona, por lo que obtendrán más placer”.

Concha Velasco
Actriz

“He sabido dónde lo tenía desde los siete años (yo es que he sido muy adelantada), cuando vi a Tarzán saltar por las lianas. Vivía en Marruecos… seguramente el clima, el cielo y el Zoco Chico tuvieron algo que ver”

Por Javier Heras

Vinila von Bismark
Cantante y bailarina de ‘burlesque’

“Me sorprende la diversidad de opiniones científicas. ¡El punto G no es un mito! Sólo deben darse muchos factores para despertarlo. Como siempre, sobre asuntos que sólo afectan a la mujer, hay deficiencias de investigación”

Lucía Etxebarria
Escritora

“Existe. Al menos en mi experiencia. Pero estas cosas son peligrosas porque cualquier mujer que me lea y diga ‘Uy, yo no he conocido eso’ va a sentir como si le faltara algo, cuando la verdad es que hay tantas mujeres como formas de vivir el sexo. Creo que el orgasmo reside en la cabeza, no en un punto concreto de la anatomía”

Rosa Díez
Política

“El debate sugiere que la sexualidad en las mujeres ha sido un tabú. La necesidad de demostrar su existencia enmarca un resabio machista que quiere justificar el disfrute sexual de las mujeres catalogando su origen y ubicación”

Sophie Evans
Actriz de cine X

“He probado con un juguete curvo especial, pero aún no lo he encontrado. Siempre he disfrutado del sexo sin él, pero dicen que es una pasada... No hay que obsesionarse. La sensibilidad

de cada cuerpo es diferente”

Lorena Berdún
Periodista y presentadora

Es algo etéreo, no se puede asegurar que exista. Pero si sólo se encontrara en el cerebro, cada una lo viviría de manera diferente, mientras que todo el mundo experimenta similares sensaciones al estimularlo”

Irene Visedo
Actriz

Es un orgasmo para el alma, algo muy poderoso que trasciende lo físico. Conecta con algo ancestral que se remonta al taoísmo o al tantra. Lo más importante es estar dispuesto a ese desafío que es dar y recibir placer”

viernes, febrero 12, 2010

Adriana Karembeau



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El poder de la entrega

El Centro de Restauración Neurológica de La Habana consigue mejoras del 60% en sus pacientes gracias a siete horas diarias de rehabilitación, frente a las tres semanales que se aplican en Europa

Músculo que no se mueve, se atrofia, y en el cerebro también. Por eso, con mucha dedicación al paciente, con siete horas de rehabilitación diarias, se pueden recuperar funciones neuronales perdidas y mejorar la calidad de vida. Estos avances pueden conseguirse incluso en enfermedades como el parkinson o el alzheimer", subraya el subdirector ejecutivo del Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren) de La Habana, Emilio Villa, que ha visitado España para conocer instalaciones médicas e intercambiar experiencias con colegas de Madrid, Valencia o Pamplona. "El tejido nervioso es redundante. Tenemos más que el que necesitamos y podemos emplear esa reserva en ayudar a los pacientes con trastornos neurodegenerativos".

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"Creemos que se pueden recuperar funciones perdidas" (Dr. Villa)

Fátima no abría la boca y aprendió a masticar y a beber con pajita

Las familias con sus seres queridos en sillas de ruedas, tetrapléjicos, parapléjicos o gravemente discapacitados apenas encuentran motivos para la esperanza cuando se les comunica que sus casos no tienen remedio. "Te enseñan un poco cómo vivir. A la gente le enseñan a cargar con su dolencia y que se logre incorporar a la sociedad con lo poquito que pueda hacer, aunque las sillas de ruedas sean cada vez más sofisticadas", agrega Villa, responsable de un centro que no ha descubierto la pólvora -pues la comunidad médica internacional sabe qué hacer con estos enfermos-, pero que "es el único en el mundo que aplica un sistema de rehabilitación intensiva de hasta siete horas diarias, contra la hora y media o dos horas semanales de promedio en la mayoría de los hospitales públicos del mundo". En el mejor de los casos, incluyendo clínicas privadas, la terapia ronda las dos horas, dos o tres veces a la semana, dependiendo del tipo de lesión.

¿Y los resultados? El médico cubano asegura que las personas tratadas en el Ciren, más de 40.000 de 83 países desde 1989, experimentan una mejoría del 60% al 70% respecto a como llegaron al centro. "Trabajamos con el convencimiento de que se pueden recuperar funciones perdidas. Por las características del sistema cubano, el médico sólo trabaja en un sitio. Es posible, por tanto, que un equipo multidisciplinario, dirigido por un neurólogo, trabaje siete horas diarias con un paciente. Las horas de rehabilitación son fundamentales, pero cuando las plantillas médicas trabajan en varios sitios no se puede".

Paralelamente a la rehabilitación, una de la cirugías aplicadas en el Ciren se denomina Estereoflex, que permite la resección de lesiones intracraneales y el acceso a las afecciones relacionadas con los trastornos del movimiento. "Es totalmente cubana porque Estados Unidos nos impide el acceso a tecnología punta", afirmó Villa en un seminario. También se efectúan trasplantes neuronales a partir de células madre para segregar dopamina, cuya ausencia está relacionada con el parkinson.

No obstante, la neuroplasticidad a través de la rehabilitación intensiva, desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde, es el banderín de enganche de un centro que ha abierto representación en España (www.auroramultiservice.es) y que anualmente atiende a cerca de 700 pacientes extranjeros, fundamentalmente de México, Argentina, Venezuela, Chile, Brasil, Portugal, Italia y España.

La sevillana Conchi Linares compartió en un foro el tratamiento de su hijo Carlos, de 11 años, en la isla. "Mejoró mucho, pero menos que otros niños que estuvieron allí porque ya tenía 11 años (...). Me gasto 500 euros para que mi hijo reciba tres horas semanales de fisioterapia, y eso que mi marido es albañil y gana 1.200 euros mensuales". El matrimonio formado por Ángeles Montalván y Antonio Murillo hizo un tremendo esfuerzo económico para poder atender a su hija, que babeaba, no mantenía la cabeza erguida, no abría la boca, tenía los puños cerrados y pesaba nueve kilos con año y medio. "Fátima aprendió a comer sólido, a masticar y a beber en vaso con cañita", explicaron.

Pero no todos los pacientes, sin embargo, son aceptados o reciben garantías de mejora. "Sería criminal prometer a las familias avances imposibles. Primero evaluamos el historial clínico y después informamos sobre las posibilidades de recuperación", dice Villa. "La clave de todo es no abandonar al enfermo, no regatear en esfuerzos para activar la reserva de tejido nervioso que tiene el ser humano".

jueves, febrero 11, 2010

"El mundo occidental será otro en siete años"

ENTREVISTA Oleg Deripaska El oligarca más ambicioso de Rusia
La crisis puso a prueba al magnate ruso Oleg Deripaska, de 41 años, que por haber sido uno de los más arriesgados fue también uno de los más castigados cuando se desplomaron la industria del aluminio, la construcción y el automóvil, alguno de los sectores de su imperio Basic Element (Basel), con más de 250.000 personas en plantilla. De ser la primera fortuna del país en 2008, según el baremo de Forbes, que le atribuía 28.000 millones de dólares, Deripaska se deslizó hasta el puesto décimo, de resultas de la compra del 25% de Norilsk Nikel por 13.000 millones de dólares, justo antes de que esta empresa minera -la mejor de Rusia- se hundiera en Bolsa. Los pronósticos de bancarrota no se confirmaron. Al contrario. El empresario fue socorrido por el Estado con un préstamo de 4.500 millones de dólares, redujo sus ambiciosos planes de compra y ha logrado un acuerdo para reestructurar 7.400 millones de dólares de deuda con los bancos internacionales. Mientras, el valor de Norilsk Nikel remonta y el empresario Deripaska, más seguro y con una situación financiera más estable, planea la salida de Rusal, la primera empresa de aluminio del mundo, a la Bolsa de Hong Kong.


Rusia
A FONDO
Capital: Moscú.
Gobierno:República.
Población:140,702,094 (est. 2008)
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"Yeltsin fue un constructor con una experiencia fenomenal, que entendía el país y hacia donde iba éste"

"Putin trabaja intensamente. Es una simplificación creer que él y Medvédev nos indican cómo respirar"

"Nuestro país es mucho más libre que otras democracias. Si quieres, puedes irte a conquistar Siberia..."

"No estoy afiliado a ningun partido político. Si quiero cambiar algo, lo hago sin partido político"

Relacionado por su matrimonio con la familia de Borís Yeltsin -el primer presidente de Rusia-, Deripaska se crió en un pueblo cosaco al norte del Cáucaso, estudió física en Moscú y tiene fama de duro y obseso por el trabajo. El magnate asegura haber luchado "muy duramente" para "restablecer la ley y la justicia en torno al sector del aluminio y del automóvil" y acabar con "el mundo criminal vinculado con asesinos" que planeaba sobre esas industrias en la última década del pasado siglo. "Así eran los años noventa, pero pudimos restablecer el orden", afirma Deripaska, que niega tener algo que ver con una trama de lavado de dinero por la que Fernando Andreu, juez de la Audiencia Nacional, le citó en Madrid. De España no tiene buen recuerdo. "Hay muchas medusas", exclama en una entrevista a medianoche rodeado de mapas de la madre Rusia en la sede del grupo Basel de Moscú.

Pregunta. ¿Cómo le afectó la crisis?

Respuesta. En lugar de crecer, Rusia ha experimentado una caída de la producción y nosotros tuvimos que congelar y frenar abruptamente muchos programas e inversiones concebidos en función del crecimiento, en el sector del automóvil, en la metalurgia, en la construcción; porque producíamos con exceso para la demanda de fines de 2008 y principios de 2009. Ahora la situación se ha estabilizado. Redujimos gastos, rebajamos precios y nos sentimos bastante seguros.

P. ¿Cuánto durará la crisis?

R. Tres años como mínimo. La crisis lo ha cambiado todo, y en primer lugar el modelo anglosajón de consumismo. La gente calculará de otro modo sus gastos, cuántos metros cuadrados de vivienda, cuántos coches. El mundo occidental será otro dentro de siete años.

P. ¿Ha tocado fondo el paro en Rusia?

R. Creo que el paro continuará aumentando medio año como mínimo, siendo optimista y si la producción se estabiliza, lo que parece ser el caso. Las empresas eficaces, capaces de responder al desafío de la crisis, ya han encontrado el modelo con el que pueden trabajar.

P. En su empresa de producción de componentes de cemento en Pikalevo, en la región de Leningrado, encerraron a una sindicalista en un despacho para que no hiciera preguntas molestas al jefe de Gobierno, Vladímir Putin, cuando éste protagonizó un programa en directo en televisión. ¿Por qué?

R. [Llama por teléfono, aparentemente para enterarse]. La gente simplifica y cree que vendrá un buen zar y decidirá por ellos. Yo intento explicarle que nadie va a decidir por ellos. Estoy en contra de las organizaciones colectivas (como los sindicatos) porque considero que en nuestras condiciones hacen disminuir la responsabilidad y la gente, en lugar de aceptar su propia responsabilidad, intenta utilizar estas instituciones para transferirlas a otros. Se ha simplificado el paso del socialismo a la economía de mercado. En una época muy bella y alegre, [Ígor] Gaidar (el economista y político ruso que lideró la transición a la economía de mercado) acabó con el sistema planificado en un día y no creó nada para sustituirlo, y lo que entonces parecía una ingenuidad se ve ahora como una idiotez. En China se puede ver cómo se hacen las cosas y cómo se crea sin destruir. Cuando recordamos a los líderes de los noventa desde la perspectiva actual, comprendemos que no pudieron crear nada y que apartaron a la gente del analisis sobrio y de la búsqueda de las soluciones correctas. Hablo de los populistas, de los que sin experiencia alguna llegaban al poder y destruían la infraestructura creada durante décadas. La transición se hizo de forma irreflexiva. Toda la perestroika, comenzada por Gorbachov y los dirigentes comunistas, fue una aventura. Primero tendrían que haber modificado las relaciones económicas, porque la gente sufrió mucho y sufre hasta ahora.

P. ¿Acaso no tiene responsabilidad Borís Yeltsin?

R. Yeltsin fue un constructor con una experiencia fenomenal, que entendía el país y hacia donde iba éste. Creo que pasarán 10 años antes de que la gente comprenda lo que se hizo y valore que la transición se hizo sin sangre.

P. ¿En qué se diferencia la economía rusa de otras en Occidente?

R. El mercado financiero es muy débil y el alto coste de los capitales y recursos crediticios frena el desarrollo.

P. Usted reprocha al Gobierno ruso no invertir en infraestructuras.

R. El Gobierno tiene una política presupuestaria muy severa y lucha contra el déficit. Es un error, porque el desarrollo de la infraestructura, carreteras, aeropuertos, ferrocarriles, crearía empleo y nos permitiría un alto ritmo de crecimiento. Tenemos muchas posibilidades de atraer inversiones a estas ramas. El mundo viaja y las rutas entre Corea o Japón y Occidente son hoy muy largas. Hay que desarrollar infraestructura a través de Rusia, reforzar el ferrocarril, aumentar la velocidad.

P. ¿Qué piensa del fomento de la emigración interna para combatir el paro en Rusia?

R. Estoy a favor, pero hay que construir primero. Aquí no hay movilidad regional porque faltan viviendas vacías y la gente no puede desplazarse de una región a otra. Primero hay que estimular la construcción de viviendas, sobre todo en aquellas regiones donde los recursos laborales son deficitarios. Construimos un nuevo complejo industrial en Bogushán, en Siberia, donde hay trabajo para decenas de miles de personas y dentro de 12 años tendremos una nueva ciudad de 70.000 habitantes. Es un proyecto complejo con una inversión de más de 12.000 millones de dólares. En Francia o España es más fácil.

P. ¿Representan los chinos un peligro de expansión demográfica para Siberia?

R. A los chinos les gusta el Sur. No les atrae el frío de Siberia.

P. ¿Frena la corrupción el desarrollo económico de Rusia?

R. No se puede vencer la corrupción con palabras. Hay que mejorar la calidad del funcionariado estatal, crear un funcionariado de carrera, hacer que la gente pueda alcanzar puestos directivos con concursos de ascenso. El mejor sistema es el francés. Con la Universidad de Moscú, la Academia de Ciencias y la Escuela Nacional de Administración de Francia (ENA), hemos creado una escuela que preparará cuadros nacionales. Lo primero debe ser la responsabilidad y un sistema moral de obligaciones. Ningún sistema de castigo dará resultado positivo. Se necesita tiempo. No se puede vencer la corrupción en uno o dos años con una campaña. Además, para luchar contra la corrupción habría que trasladar la capital a Yekaterinburg, a Novosibirsk. Pedro I tuvo que huir de Moscú porque los gastos de la burocracia, incluso en su época, eran una carga para el desarrollo.

P. Antes de la crisis, usted era muy expansivo en sus compras internacionales. ¿Revisará esa estrategia?

R. Para acelerar los ritmos de desarrollo necesitamos acceso a la tecnología y asociarnos con compañías occidentales. Todo lo que hacemos lo hacemos por Rusia, nuestras inversiones en el extranjero son para resolver nuestros problemas internos. Como grupo industrial podemos desarrollarnos durante cien años sin salir de Rusia.

P. ¿Qué cualidades aprecia en Putin, y en el presidente ruso Dmitri Medvédev?

R. Putin persigue objetivos y trabaja intensamente. A Medvédev lo conozco menos, pero es una simplificación creer que Medvédev y Putin nos indican cómo respirar. Nuestro país es mucho más libre que otras democracias desarrolladas. Si quieres, puedes irte a conquistar Siberia, puedes trabajar y realizarte.

P. ¿Está afiliado a algún partido político?

R. No. Si quiero cambiar algo, lo hago sin partido político.

P. ¿Tienen rasgos comunes los oligarcas rusos?

R. Crecí en un pueblo del sur de Rusia y mis profesores me enseñaron el amor a las matemáticas, la física, la literatura, a pensar y a desarrollarme. Fui a la universidad, hice el servicio militar. Jodorkovski (el ex dirigente de la petrolera Yukos, hoy en prisión), por ejemplo, no hizo el servicio militar y me gustaría saber por qué, y tampoco tenía muy buenas notas. Al volver de la mili, me dijeron que no podían financiar mis investigaciones fundamentales y que me buscara la vida.

Un oligarca es el que utiliza a las instituciones de poder, pero yo a estas instituciones sólo las ayudo y no les pido nada. Si hay que resolver un problema en una fábrica o desarrollar una región, lo hago. Lo único que quiero es que el país se desarrolle y cuanto antes mejor, porque la gente nota que la vida desde la desintegración de la URSS ha empeorado, aunque eso tiene que ver con ellos mismos, porque hasta ahora viven en un mundo paternalista pensando que las cosas les tienen que caer del cielo.

La prensa occidental mide con el mismo rasero a los oligarcas y los asocia con villas y yates, pero hay quien trabaja y hay quien, siendo miembro de las Juventudes Comunistas, buscó el amparo de un buen tío que se lo regaló todo. La prensa no diferencia entre los que trabajan 20 horas al día y tratan de crear algo, y los que lo recibieron todo hecho.

P. Dicen que a usted le gusta la filosofía japonesa.

R. Me gusta el enfoque japonés de la vida y su constante anhelo de perfeccionamiento. El modelo norteamericano está basado en el logro del beneficio a cualquier precio y Rusia es un país cristiano por donde el comunismo pasó con los tanques. En el siglo veinte mi país perdió casi 80 millones de personas, las más activas, pero dos décadas después del fin del comunismo, aún se le hacen constantes reproches. Veremos qué pasa dentro de 30 años, aquí y en Occidente. El tiempo dirá si Rusia puede reencontrarse a sí misma y esto depende en gran parte del éxito económico y de la rapidez en crear condiciones para una vida cómoda.

El 'tatarabuelo' de los toros

Descubren en África el cráneo de un antepasado de los astados
Compartió su evolución con los humanos hace un millón de años
Bienvenido Martínez-Navarro y Francesco Landucci, junto al cráneo del antepasado de los toros. | IPHES

Difícilmente Enrique Ponce podría haberse enfrentado a un toro con una cornamenta de dos metros y casi 1.000 kilos de peso, pero el torero, sin saberlo, está detrás del hallazgo del antepasado de los miura con los que se pelea en el coso. Y es que fue viendo una corrida del matador cuando el paleontólogo Bienvenido Martínez-Navarro, uno de los mayores expertos de fauna primitiva en este país, se percató de las similitudes morfológicas entre el astado que se debatía con el capote y el cráneo de un búfalo de hace un millón de años que había encontrado en Eritrea.

El investigador, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), se topó con los fósiles de este antepasado taurino, bautizado como 'Bos buiaensis', mientras excavaba en el yacimiento de Buia, cerca del Mar Rojo, en 2003. Ocho años antes, paleontólogos italianos hallaron en ese lugar un cráneo humano de hace un millón de años y llamaron a Martínez-Navarro para que les ayudara a analizar la fauna.

El cráneo del animal estaba hecho añicos, más de 100 fragmentos muy deteriorados que pacientemente, con ayuda del restaurador Francesco Landucci, de la Universidad de Florencia, pudo reconstruir en su totalidad. «Se trata de una pieza espectacular que vino a confirmar la hipótesis que ya había lanzado yo dos años antes, cuando llegué a la conclusión de que los toros modernos tienen una estrecha relación con los búfalos de Olduvai [la garganta del Valle del Rift, en Tanzania, que se considera la cuna de la Humanidad]», explica el especialista español.

Rasgos primitivos y modernos

El 'Bos buiaensis' de Martínez-Navarro sería, como publica en la revista 'Quaternary International', un eslabón entre esos búfalos africanos, que hoy están extinguidos y se conocen como 'Pelovoris', y el 'Bos taurus primigenius', es decir, el toro salvaje de Europa.

«Aunque la estructura craneal tiene rasgos primitivos de los búfalos, su anatomía es la de un toro moderno, muy robusto y adaptado a una dieta de pastos, que vive en unos espacios abiertos porque con su cornamenta, de dos metros, no podría moverse entre la vegetación», explica el paleontólogo.

Pero este fósil no sólo conecta a los toros europeos con sus antepasados africanos (que son de un linaje diferente al de los búfalos que ahora recorren el Serengueti), sino que sitúa su origen en el mismo espacio y al mismo tiempo que los primeros humanos: «Lo que nos está contando este cráneo es que hace dos millones y medio de años, ambas especies compartimos el mismo entorno ecológico en el este de África.

Y no sólo eso, sino que también juntas se dispersaron fuera de ese continente, hace entre 800.000 y 600.000 años, hacia Eurasia, en el caso del 'Homo ergaster' con sus utensilios achelenses de piedra. Fue el cambio climático lo que hizo que buscaran nuevas tierras, y lo mismo les ocurrió a otros animales, como los elefantes».

Futuras excavaciones

Martínez-Navarro asegura que los representantes del linaje de los toros forman parte de la dieta de los humanos desde que estos existen como tales. Como se hacían con animales de estas dimensiones, sin tener un capote a mano, es un misterio. «Es probable que carroñearan las piezas que cazaban otros animales carnívoros», explica. Otra posibilidad es que los cazaran con lanzas, como defienden algunos de sus colegas.

Hace en torno a medio millón de años, ya había en Europa toros primitivos ('Bos taurus primigenius'), que con el tiempo llegarían a ser objeto del arte del Cuaternario (Altamira, hace unos 14.000 años). Se cree que esas pinturas tenían como finalidad mágica aumentar su caza y su reproducción. Su domesticación ocurrió hace unos 8.000 años.

El paleontólogo, descubridor del tararabuelo de los toros, está convencido de que en Buia aparecerán más restos de esta especie. «Este toro estaba casi en la superficie, pero aún no se ha hecho allí una excavación sistemática», explica. Desde su restauración, la pieza, con sus cuernos apuntando hacia delante y arriba, ha estado guardada en el Museo de Eritrea, a la espera de su publicación. En breve, podrá ser vista en el país africano.

Brooklyn Decker vs Alexander McQueen



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miércoles, febrero 10, 2010

El universo de la música y Comprende y ama la música

Pérez Gutiérrez, Mariano (1932-1994)
Editor: Musicalis
Fecha de pub: 2008
Descripción física: 672 p.
ISBN: 9788493006013


Pérez Gutiérrez, Mariano (1932-1994)
Editor: Musicalis
Fecha de pub: 2004
Descripción física: 190 p.
ISBN: 8493006084

martes, febrero 09, 2010

CUSCUS CURSO DE COCINA

AUTOR: WITZ, BENOIT
EDITORIAL: BLUME
ISBN: 978-84-96669-57-4
PRECIO: 12.5 €
AÑO: 2010

lunes, febrero 08, 2010

Bahia Bakari, la niña milagro



Su historia es única. Esta francesa de 14 años fue la única superviviente del Airbus que se estrelló en junio en el Índico. Cayó al mar desde el cielo y sobrevivió agarrada a un trozo del fuselaje. Éste es su relato.
ANTONIO JIMÉNEZ BARCA
El 30 de junio de 2009, a las cuatro de la mañana, un avión a punto de aterrizar que viajaba desde Yemen a las islas Comoras se estampó contra el océano Índico, a una treintena de kilómetros del aeropuerto de la ciudad de Moroní, con 153 personas a bordo. Sólo hubo una superviviente: Bahia Bakari, una adolescente francesa que ahora tiene 14 años, muy tímida, buena estudiante, fan de los Jonas Brothers, habitante de la periferia parisiense, que segundos antes de que el avión se despedazara al estrellarse contra el agua, buscaba, inclinada sobre la ventanilla de su asiento, las luces de la costa.

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"Oí gritos de varias mujeres que pedían socorro cerca de mí. Me fijé por si venían a rescatarlas y luego a mí"

"Oí que me gritaban 'ven' o 'por aquí', pero yo no podía hacer nada, no tenía fuerzas ni para levantar la mano"

"No pensé demasiado al principio. Por la noche no reflexioné mucho. Tan sólo tenía miedo de una cosa: de los tiburones"

Ella sonríe de forma triste y esconde la cara porque todo le recuerda a su madre, cuyo cadáver nunca ha sido encontrado

"Todo se quedó en silencio. Vi cuatro trozos del avión. Elegí uno que tenía una ventanilla por ser el más grande"

"Creí que era la única en salir del avión. Que al mirar para ver cómo aterrizaba me había caído por la ventanilla"

-Hubo una turbulencia y miré a mi madre, luego sentí una descarga eléctrica por todo el cuerpo y perdí el sentido. Después me vi ya dentro del agua.

Bahia, delgada, aparentemente frágil, cuenta su milagrosa historia con un hilo de voz, pero sin titubeos, sentada en la lavadora de la cocina de su casa de Corbeil-Essonnes, una localidad situada a una veintena de kilómetros de París. Al principio no tiene ganas de volver a recordar el accidente, el rescate a manos de un pescador, la muerte de su madre, las largas horas en soledad pasadas en medio del océano agarrada a un trozo de avión que se balanceaba peligrosamente al ritmo de las olas... Pero luego se anima explicándose cosas a sí misma y acaba sonriendo a veces. Su padre, Kassim Bakari, de 42 años, se encuentra al lado, atento a lo que dice su hija, a las reacciones de su cara, protegiéndola de todo, como ha hecho desde el día en que se enteró por un telefonazo urgente de que, tras haberla dado por muerta junto a la madre, su hija había sobrevivido al accidente.

-Acuérdate, papá, de que hoy tenemos un cumpleaños y hemos dicho que vamos a ir.

-Sí, Bahia.

El piso, de tres habitaciones, es modesto, está cuidado y limpio. Al fondo se escuchan las voces de los juegos de los tres hermanos de Bahia, todos más pequeños que ella. El padre, que ha trabajado toda la vida de transportista, acaba de llegar en autobús de hacer la compra en el centro comercial de la ciudad. Mira a su hija y escucha su relato en silencio, sin intervenir apenas, con un punto de orgullo en los ojos.

Todo empezó el 29 de junio pasado, cuando Bahia y su madre Aziza salieron de casa en dirección al aeropuerto parisiense de Charles de Gaulle para acudir a una boda muy lejana. El destino final del viaje era las islas Comoras, la tierra de origen de la familia, el lugar en el que nacieron el padre y la madre de Bahia en la década de los sesenta. Los 1.300 euros de cada billete obligaron a seleccionar y el padre decidió que volaran sólo su mujer y su hija mayor en representación de los Bakari para acompañar a un tío suyo que se casaba en una semana.

Llenaron una maleta entera con regalos franceses; otra con ropa de verano. Desde París volaron hasta la ciudad de Marsella; de Marsella, en otro avión similar, a Sanáa, en Yemen. Allí, la compañía Yemenia Airlines les cambió de nuevo de avión para la última parte del viaje. El aparato, un viejo Airbus 310, sin permiso desde 2007 para volar en Europa por determinadas irregularidades detectadas por las autoridades aeronáuticas francesas y confinado a trayectos africanos menos exigentes, constituía lo que los comoranos, acostumbrados a esa compañía aérea, denominan "aviones basura" o "aviones ataúd". Bahia lo describe a su manera:

-Olía mucho a váter. Y había moscas dentro.

En un principio, a Bahia le correspondió un asiento situado lejos de su madre. Tras hablar con las azafatas, pudo cambiarse y sentarse junto a ella, al lado también de la ventanilla.

-No noté nada especial en el vuelo. Estaba muy cansada, muy aburrida. Llevábamos más de 14 horas de viaje desde París, en tres aviones distintos. Tenía muchas ganas de llegar. Recuerdo que me levanté para ir al servicio, que volví, que me senté y que las azafatas dijeron entonces que nos preparáramos, que íbamos a aterrizar ya. Ellas se sentaron en sus sitios y se ataron los cinturones. Las noté tranquilas. Yo me até el mío. Recuerdo perfectamente que me lo até. Miraba por la ventanilla, muy inclinada sobre el cristal, para descubrir las luces del puerto...

Entonces oye un ruido insoportable parecido al que hace una tela al rasgarse. Siente una suerte de aspiración gigante y una descarga eléctrica en su sistema nervioso que la deja inconsciente. El avión acaba de estrellarse en el mar sin que aún se sepa exactamente por qué. Nadie ha dado aún con las causas de este accidente, todavía con un juicio pendiente.

Bahia despierta en el agua. Bucea, sale a flote. Tose, escupe, grita. Nada unos cuantos metros gracias a los conocimientos de natación de las clases de piscina del instituto. No recuerda el momento de caer, no recuerda el golpetazo contra el mar. Tan sólo el hecho de verse de pronto debajo de las olas.

-Oí gritos de varias mujeres que pedían socorro cerca de mí. Me fijé por si venían a rescatarlas y luego a mí. Pero no pude orientarme. Luego todo se quedó en silencio. Vi cuatro trozos del avión a mi lado. Elegí uno que tenía una ventanilla porque era el más grande.

Trata de subirse a él, pero la plancha de metal no tiene superficie suficiente y se desliza por debajo de ella o acaba hundiéndose. Se resigna a quedarse recostada, con la cabeza y el torso apoyados en la plancha pero con las piernas sumergidas. Nota que el mar sabe a gasolina. No repara en el queroseno que la rodea, liberado por el avión tras el accidente. No hay fuego, ni llamas, ni luces cerca o lejos, ni luna en el cielo. Bahira recuerda una noche cerrada y silenciosa en la que acaba de ingresar de golpe sin comprender aún cómo. Imagina tontamente la maleta llena de regalos para los parientes de la boda hundida en el mar. Siente que le duele el ojo izquierdo, que le pesan las piernas, que los pantalones vaqueros y los botines se han convertido de pronto en una condena, que no puede mover el cuello hacia la derecha, que le duele la cadera.

-Al principio no pensé demasiado en lo que me había pasado. Por la noche no reflexioné mucho. Tan sólo tenía miedo de una cosa: de los tiburones.

Trata de no dormirse porque también tiene miedo de soltarse de la plancha y hundirse. Pero no puede evitarlo y se adormece, brutalmente agotada, sin haber pensado aún mucho en lo que le acaba de ocurrir.

Es entonces, mientras su hija flota de noche en medio del océano subida a un trozo del avión con ventanilla, cuando su padre, Kassim, recibe la primera de las llamadas angustiosas de esas horas. En París son entonces las tres de la madrugada, dos horas menos que en las islas Comoras. Una amiga francesa le pide que ponga la televisión en ese momento. Él obedece. Cambia de cadena, una detrás de otra, al no encontrar nada interesante: entonces repara en la leyenda roja de alerta que luce un canal de noticias, que informa en un teletipo escueto de que un vuelo de Yemenia Airlines con destino a Moroní ha desaparecido de la pantalla de los radares hace poco más de una hora. Permanece imantado a la televisión hasta que amanece. Entonces decide llevar a sus tres hijos pequeños a casa de su hermana y encerrarse en su domicilio a la espera de noticias. Hay familiares que acuden al aeropuerto, bloqueado por un grupo de hombres indignados también originarios de las Comoras que protestan por el estado de los aviones en que les obligan a viajar a Moroní.

Mientras, en la parte del mundo en la que Bahia vaga a la deriva, entre las islas Comoras y el continente africano, ha amanecido hace tiempo. Milagrosamente, Bahia, la adolescente delgada y de apariencia frágil, no se ha desprendido del trozo de avión que le sirve de balsa a pesar de su semiinconsciencia. No sabe cómo lo hizo, cómo lo consiguió: pero sigue viva, abrazada a la plancha metálica con ventanilla. Aún tiene en la boca el sabor metálico de la gasolina. Siente que hace mucho frío, cada vez más.

Entonces, a la luz de la mañana, auxiliada por cierta lucidez que le aporta el haber dormido y descansado algo, Bahia descubre lo sola que se encuentra en medio del océano.

-Pensé que yo era la única que había salido del avión. Que tal vez por inclinarme tanto para ver cómo aterrizaba me había caído, no sé cómo, a través de la ventanilla. Pensé que mi madre debía de estar muy preocupada en el aeropuerto, con los otros pasajeros, sin saber dónde estaba yo, por dónde andaba. Cuando recordé las voces de las mujeres que pedían socorro, que yo había oído por la noche, pensé que las había soñado, que eran una pesadilla. Era difícil saber lo que era un sueño y lo que no.

Con el amanecer, las islas Comoras se han movilizado para acudir al rescate de las víctimas del accidente. También Francia que, desde la cercana colonia de la isla de Mayotte, ha enviado aviones de reconocimiento. Hay buques militares, viejos barcos de pescadores que salen en ayuda de las víctimas a pesar de que el mar se encrespa cada vez más, a cada minuto. Los patrones llevan anotadas las coordenadas servidas por los aviones que ya han rastreado la zona y aseguran haber visto restos del Airbus. Todos saben que no hay mucho tiempo: las corrientes marinas, lejos de avanzar hacia la costa de las islas Comoras, lo empujan todo en dirección contraria, hacia Tanzania, a una velocidad constante de 80 kilómetros en un día. Esto significa que la carrera no es sólo contra el temporal que parece echárseles encima, sino contra el reloj.

Bahia, a su manera confusa e instintiva también se da cuenta de eso: comprueba que la costa verde que al principio de la mañana descubrió al frente se aleja cada vez más sin que pueda hacer nada por impedirlo. Ya ni siquiera bracea. Las piernas se le han vuelto de plomo y comienzan a dolerle. El ojo izquierdo no ha dejado de dolerle en ningún momento. Le empieza a doler también la cadera a cada movimiento. Sigue sin poder torcer el cuello. Tiene sed, debido a que cada vez traga más agua salada con sabor a queroseno por la creciente envergadura y violencia de las olas. Y hambre: su última comida fue un pollo indigesto y una ensalada de muy mala pinta que les ofrecieron en ese avión de saldo y que su madre le obligó a comerse por entero. El balanceo de la plancha en la que vaga sujeta es más pronunciado. Cada hora que pasa es más difícil evitar que el mar la devore debido a su propia debilidad creciente.

-Oía aviones. Luego me he enterado de que siempre era el mismo avión, que recorría la zona en busca de supervivientes. Pero yo no lo sabía. Creí que eran aviones diferentes, que simplemente pasaban por ahí.

Hay decenas de barcos que buscan por el área acotada. Algunos encuentran cadáveres, restos del avión que flotan a la deriva. A bordo del pesquero Hishima, un marinero llamado Líbouna Selemaní descubre algo encima de una plancha de metal que navega a unos centenares de metros de su posición. El potente oleaje le despista, pero luego vuelve a verlo. Da la voz de alarma, grita al cuerpo que se balancea a lo lejos. Le arrojan un salvavidas que se queda flotando cerca sin que la persona que permanece encima de la plancha se moleste en mirarlo. Da la impresión de que está muerta.

-Oí gritos, vi el barco de unos pescadores. Era ya después de mediodía. No recuerdo bien, porque yo me dormía y me despertaba agarrada a la plancha. Oí que me gritaban "ven" o "por aquí", pero yo no podía hacer nada, no tenía fuerzas ni siquiera para levantar la mano. Me encontraba casi desmayada.

Selemaní no se lo piensa mucho y se arroja al agua con un cabo de cuerda en la mano. Llega nadando, no sin dificultad, hasta Bahia, que no recuerda muy bien el momento en que el marinero consigue agarrarla poniéndole una mano en el hombro. Le habla: "Tranquila, no te muevas. Te vamos a sacar de aquí".

La arrastra hasta el barco. La izan. La refugian en el camarote del patrón. La ayudan a despojarse de los botines, de los pantalones vaqueros, de la sudadera empapada y fría. La envuelven en cuatro mantas. Tirita. Siente escalofríos. El patrón le hace una cura de urgencia en el ojo herido. Le ayuda a vomitar varias veces el agua salada y el queroseno que almacenaba en el estómago y que funciona como un veneno. Ella da su nombre y el de su ciudad a los pescadores. Pregunta por su madre, convencida aún de ser la única persona que se ha caído del avión y no la superviviente de un avión destrozado. Sin precisar mucho, le contestan que la espera en el aeropuerto. Le dan algo de comer y algunos vasos de agua azucarada. Después se duerme, exhausta, sin saber todavía lo que le ha ocurrido, después de haber flotado más de ocho horas a la deriva completamente sola y en silencio, aterrorizada por los tiburones de su imaginación y por la amenaza real de ahogarse.

La noticia de que existe un superviviente del monstruoso accidente de avión da la vuelta al mundo, al principio con un error de bulto. Alguien desde el barco comunica que han rescatado a una niña y alguien en el puerto entiende que se trata de un bebé. Han de pasar aún varias horas hasta confirmar que la milagrosa superviviente es una adolescente de 13 años, delgada, con nombre y apellidos, que vive en las afueras de París.

Ése es el segundo telefonazo de urgencia que recibe el padre de Bahia en menos de diez horas. Un amigo de las islas Comoras que acaba de enterarse, le pregunta a bocajarro, casi sin saludar:

-Kassim, ¿cómo se llama exactamente tu hija, la del accidente?

Bahia llega a un hospital de Moroní. Los médicos la diagnostican heridas en un ojo, quemaduras en la mejilla, quemaduras en las piernas y una clavícula y una cadera rotas. A falta de hemorragias internas, nada grave. El coronel Maurice Mauplot, que participó en las labores de rescate, afirmó tras conocer el parte médico que él había visto gente que se había caído de una bicicleta con más heridas que ella.

Bahia todavía cree que ella sola se cayó del avión, que éste aterrizó sin problemas hace horas, que su madre vive. Por eso no entiende qué hace allí, a su lado, una psicóloga. Ésta le explica que hay muchas probabilidades de que se sienta culpable después de haber sobrevivido a un accidente de avión. Sorprendida, confusa, extrañada de esa frase algo enigmática, Bahia le pregunta por qué no está ahí su madre, y la psicóloga le responde, brutalmente, que no hay más supervivientes, que ella es la única persona viva que ha salido de ese avión.

Bahia habla poco de su madre. No quiere que le pregunten por ella. Su familia, durante mucho tiempo, tampoco lo hizo. Era, según cuenta, una manera de conjurar su ausencia, de sufrirla cada uno por su lado. Hasta que una vez, meses después del accidente, su hermano Badway, de tres años, se arrojó al suelo aferrado a un ramo de flores que había encontrado en casa, gritando que eran para su mamá. La adolescente lo cuenta en un libro publicado recientemente, titulado Bahia, la miraculé, en el que relata toda la historia al periodista Omar Guedouz. Ahí también explica que el golpe de enterarse de que su madre había muerto en el accidente fue mucho más grande y más doloroso que el que sintió al desintegrarse el avión, peor que la noche pavorosa que padeció a la deriva en medio del mar.

El resto de la historia es simple: regresó en el avión de un ministro francés que acudió a interesarse por ella y a hacerse la foto, se reencontró con su padre, dividido entre la angustia de haber perdido a su mujer y la alegría de haber recuperado a su hija mayor; convaleció durante varios meses en un hospital de París, la visitó de forma meteórica el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, se le cerraron de nuevo los huesos de la clavícula y de la cadera, se le curó el ojo, las quemaduras leves de la mejilla y las graves de las piernas. Volvió a su casa y recuperó la vida cotidiana: su instituto, sus amigos, sus notas brillantes de alumna modelo. Sigue siendo tímida, como recuerda el padre, que también resalta el inmenso deseo de vivir y el instinto de superviviente y la tenacidad que demostró en las horas sufridas después del accidente y en los días y meses que siguieron. En algún lugar de la casa guarda el teléfono de varios psicólogos especializados que le dieron en el hospital para ayudar a Bahia, pero no los ha utilizado por ahora.

Ella sonríe de una manera tristísima y esconde la cara porque todo esto le recuerda a su madre, cuyo cadáver nunca fue encontrado. Asegura que casi todos los días se acuerda del accidente, de la noche agarrada a la plancha con la ventanilla. Pero necesita terminar ya de contarlo. Hay cosas más importantes que hacer para una chica de 14 años: el futuro, que esta tarde tiene forma de un amigo que llama, que espera abajo y que les mete prisa a ella y a su padre para que salgan de casa. Se levanta de la lavadora de un salto.

-¡Papá, vámonos ya, tenemos que irnos al cumpleaños, lo prometiste!

domingo, febrero 07, 2010

pie sentado vs Larry Miller vs Intermediación crítica del conocimiento vs Hermógenes






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Camps se compromete a 'escribir, terminar y defender' una tesis doctoral

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, se ha comprometido este miércoles a "saldar una deuda pendiente" y ha manifestado que "escribirá y defenderá una tesis doctoral" sobre sistemas electorales adaptados al servicio de los ciudadanos.

Así lo indicó Camps durante su intervención en la presentación del libro 'Estudios de Derecho Constitucional y Ciencia Política' en homenaje a Juan Ferrando Badía, acto en el que estuvo acompañado por el rector de la Universitat de València, Francisco Tomás, el presidente del Consell Juridic Consultiu, Vicente Garrido, y los profesores Carlos Flores y Enrique Álvarez.

El presidente afirmó que Ferrando Badía, quien le indicó que debía dirigir su carrera profesional hacia la política, "tenía la ilusión de que defendiese una tesis doctoral".

En ese sentido, Camps apuntó que hace años comenzó a desarrollar esa tesis pero nunca la acabó, y señaló que "se compromete a escribirla, terminarla y defenderla".

Según añadió, en esa tesis investigaría sobre "todos los sistemas electorales, en su intensidad y extensión, adaptados a las democracias para que supieran regenerarse y situarse al servicio de los ciudadanos".

De Ferrando Badía, Camps aseguró que fue un hombre que "disfrutó de la enorme suerte de ser reconocido todos los días, tanto por su vertiente académica como por sus opiniones", ya que consiguió "concitar el cariño y respeto de los ciudadanos".

"Le he querido y respetado muchísimo", afirmó el presidente, quien dijo que fue "una persona que siempre creyó en la estructura democrática y marcó el camino de la identidad valenciana".

Cultura 'express'

He aquí, por fin, un regalo para el que lo tiene todo: un tour de 18 días por 11 ciudades con visitas privadas a 43 museos, viajando en jet privado y hospedándose en los mejores hoteles del mundo. ¿Le tienta? Son 800.000 euros.

Como todos los años, la revista Robb Report dedica su numero de diciembre a los 21 regalos Navidad más exclusivos, una lista en la que la estrella es, en esta edición, un pack bastante difícil de envolver con papel de regalo: un Airbus 380 y un yate de lujo con interiores decorados por el diseñador Patrick Knowles, todo por 500 millones de dólares. Millón arriba, millón abajo, dependiendo de los muebles que se escojan.
Enterrado entre las opciones más baratas de la lista, con un precio de solo 1,25 millones de dólares, es decir, unos 800.000 euros, y junto a una sala personal de cine IMAX (1,8 millones de dólares) y una botella de whisky de 50 años con visita a la destilería y una semana de lujo en Escocia incluida (2 millones de dólares), hay un viaje increíblemente interesante: 18 días visitando las mejores ciudades del planeta y sus museos.
Nueva York, Roma, Atenas, Paris, Londres, Shangai, Tokio o Los Ángeles son algunas de las paradas de este viaje organizado, probablemente muy distinto de cualquiera que haya realizado hasta ahora. Durante esos 18 días de vuelos en jet privado (nada de líneas regulares) y hoteles de ensueño (la lista incluye St. Regis, Shangri-la y Peninsula) los viajeros, sedientos de cultura, entran en 43 museos diferentes, algunos de ellos fuera del horario de apertura al público.
Hay visitas nocturnas, por ejemplo, al MOMA de Nueva York, la galería Tate de Londres, el Pasillo de Vasari (normalmente cerrado al público), la Capilla Sixtina, Versalles o el Louvre, todas acompañadas por un guía personal altamente cualificado.
La segunda mitad del viaje puede ser un poco agobiante debido al número de desplazamientos. Una vez se abandona Grecia y se pasa a Qatar, el viajero puede personalizar su itinerario para no tener que pasar el día en aviones saltando por toda Asia.
Lo más interesante del viaje, sin duda, es que puede servir para comenzar a crear una colección de arte propia. El tour comienza en Nueva York pero antes de poner el pie en un museo hay una reunión con Judith Walsh, historiadora y fundadora de Art Smart, la peculiar agencia de viajes que organiza este evento, para entender cómo funciona una colección de arte privada y qué pasos hay que dar para empezar una. Durante el tour, Walsh ayuda a los viajeros a elegir obras que supongan una buena inversión en arte.
Como obsequio de despedida, y para comenzar la colección, el viajero recibe una valiosa litografía de 1896 firmada por Henri de Toulouse-Lautrec, La payasa, de la que sólo se editaron 100 copias, algunas de las cuales han quedado destruidas para siempre.