domingo, junio 10, 2007

Paga los impuestos, ¡coño!

A los neocon, ni agua

Ahora eres un pensador liberal. Pero no un liberal cualquiera, no. Tú eres mucho más que eso. Tu eres un neocon, una especie moderna de Mesías salvador. Eres, en tu nueva imagen, un ardiente defensor de la individualidad y del egoísmo a ultranza. Dicho de otro modo: a ti los demás te importan tres pimientos; existes sólo tú y tus circunstancias, aunque ni sepas cuáles son.

A ti los impuestos te parecen un abuso. O todavía peor, un robo. Ya puestos, es incluso una forma de terrorismo. Sabes muy bien que con ellos se financian todos los servicios públicos, pero también sabes que hay un sistema impositivo de naturaleza progresiva, que hace que los individuos con mayores rentas paguen más. Y eso a ti, que tienes una renta bastante simpática, no te hace ninguna gracia.

Además, pensándolo bien, ni siquiera la existencia de servicios públicos te merece un comentario positivo. Tú, que llevas a tus hijos a colegios privados, preferiblemente católicos, y que recomiendas al resto que haga lo mismo. Tú, que tienes capacidad económica suficiente para pagar un servicio privado de sanidad, y que sientes arcadas cuando te montas en un medio de transporte público, viajando con los demás.

Les quieres convencer, a todos, de que los impuestos son eso: un robo. Y que aunque sea más “robo” para ti, ellos también son víctimas. Que pueden ahorrarse de entre 200-300 euros al año de sus rentas, les dices. Te da igual que con esa cantidad añadida no puedan afrontar un nuevo panorama donde lo privado reine sobre lo público. A ti no te importa porque tú has salido ganando; la liberación de esa pesada carga te permitirá esos caprichitos que estabas deseando desde hace tiempo.

Con el tiempo has conseguido engañar a unos y otros. A los políticos les has presionado para que disminuyan las cargas fiscales que recaen sobre ti, honrado ciudadano. A la prensa les has vendido mentiras, ocultando en todo momento cuál es tu verdadero afán: el de lucro. Y al resto les has incitado al fraude y a la evasión fiscal, donde tú eres experto, mintiéndoles sobre un prometedor futuro.

Lo que no sabes, o no quieres ver, es que toda esa pobreza y exclusión que has generado no es gratuita.

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