domingo, junio 24, 2007
La imagen puede ser el nuevo opio del pueblo
Su formación fue literaria y filosófica. Dice Marc Augé (Poitiers, 1935) que la antropología a finales de los cincuenta no tenía un programa académico bien definido. A ella accedió en la década siguiente, cuando se sumergió en el continente africano. Luego le llegó el turno a Suramérica y hoy este profesor y ex director de l'École des Hautes Études en Sciences Sociales de París sonríe al afirmar, en perfecto castellano, que él ha ido cambiando "con la mundialización misma". Su perspectiva actual le ha llevado a destilar conceptos de la vida contemporánea como el de los no lugares para referirse a aeropuertos o autopistas. Su último libro, El oficio de antropólogo (Gedisa), emprende una defensa apasionada y argumentada de su vocación.
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