La FAES combina en sus cursos de verano posiciones 'neocon' extremas con nombres ilustres como Vargas Llosa
La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el think tank que controla el expresidente del Gobierno José María Azmar y que impulsa los planteamientos sin complejos que a este le gustan, concluye hoy un ciclo de conferencias y mesas redondas sobre Occidente vs. Occidente, Europa frente a sus fantasmas y Neoconservadurismo y la nueva Europa, entre otras. Títulos que indican los intereses que predominan en el foro que, a través de multitud de documentos, libros y propuestas, marca orientaciones a la cúpula del PP. Mariano Rajoy clausurará hoy esas sesiones, en Navacerrada, y tendrá que mostrar cuál es su posición.
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Muchos intervinientes en los debates lamentan que la izquierda apueste por el multiculturalismo
En varias conferencias se ha reprochado el abandono de la esencia cristiana de Europa
Jon Juaristi: "El islam tiende a destruir todas las culturas que no sean la árabe; el cristianismo a veces sirve de motor al nacionalismo"
Mark Stein: "Europa va a acabar bajando por el desagüe de la Historia", señala sobre la caída de natalidad suplida con inmigrantes
Valentí Puig: "Hoy se culpa a Occidente de todos los males. El multiculturalismo ha contribuido decisivamente a esta erosión"
Alejandro Muñoz Alonso: "Europa avanza de manera acelerada hacia Eurabia ya que el islam ha ocupado el espacio que ha dejado vacío"
Mikel Azurmendi: "Hay que pedir a los inmigrantes una asimilación de los valores fundamentales. El que la acepte bien; el que no, puerta"
En las jornadas, auspiciadas por Aznar, y en las que él ha participado muchos días, se combinan personajes ilustres como el escritor Mario Vargas Llosa y el científico Nicholas Negroponte, promotor del ordenador a 100 euros, con dirigentes de la izquierda como el secretario general de Comisiones Obreras, José María Fidalgo, y representantes de los neoconservadores españoles, políticos del PP y personajes sin adscripción partidista concentrados en la defensa de los valores occidentales y de una política global agresiva contra el islamismo radical, uno de los ejes del pensamiento neocon.
La dureza con la que algunos de estos últimos han planteado sus ideas en los cursos ha dejado perlas que reflejan el tipo de reflexiones que gustan en el think tank que orienta la política del PP. La integración de los inmigrantes ha centrado muchos de los debates, según los resúmenes que FAES coloca en su web. El antropólogo Mikel Azurmendi ha sido de los más tajantes: "No me preocupa la pigmentación de mis nietos, lo que importa es que no desaparezca la democracia". La determinación de hacer planteamientos sin complejos que dominan el discurso público de Aznar es compartida por Azurmendi: "Hay que pedir a los inmigrantes una integración y una asimilación de los valores fundamentales. El que la acepte, bien, y el que no, puerta". En su opinión, la inmigración no puede resolver el problema de la demografía europea, "porque si no se integran, van a tener muchos hijos, pero si se integran, no tendrán muchos hijos".
El escaso índice de natalidad de los europeos en comparación con el de los inmigrantes, asunto del que Aznar se ha ocupado varias veces en tono dramático, ha centrado muchos de los discursos. El escritor canadiense Mark Stein ha llegado a decir: "Europa va a acabar bajando por el desagüe de la historia", por el descenso de natalidad de los oriundos. "Si no se tienen niños, no se puede criar a un pueblo", añade. En su opinión, el riesgo del terrorismo islamista es superior al de otros, como el del IRA o ETA, porque el primero "se ampara en poblaciones que crecen tres veces más rápido que el resto del país". "La dependencia masiva de inmigrantes siempre va a conllevar una debilidad estructural. Hay que cambiar si no queremos que nuestros hijos acaben en un mundo miserable. Por eso hacen falta niños".
En relación con el control de la inmigración, el líder de Comisiones Obreras, José María Fidalgo, señaló: "Yo no quiero un país de puertas abiertas a la explotación". Además, reclama "una ordenación de la inmigración".
Otros van mucho más lejos. La idea de que Europa vive una lucha contra el islam que trata de dominarla, y la necesidad de combatir a quienes, en la izquierda europea, apuestan por el multiculturalismo, ha dominado muchas de las charlas. En el diálogo sobre Europa frente a sus fantasmas, el senador del Partido Popular Alejandro Muñoz Alonso llegó a decir: "Europa avanza de manera acelerada hacia Eurabia, ya que el islam ha ocupado el espacio que ha dejado vacío una Europa que en el siglo XXI se ha replegado sobre sí misma a causa de un intenso complejo de culpabilidad e inferioridad, lo que ha desencadenado la crisis de identidad en la que se encuentra inmersa. En Europa hay signos graves de rendición y resignación". En esa idea coincide Rafael Bardají, una de las personas más influyentes de FAES y miembro del Grupo de Estudios Estratégicos, corazón de los neocon españoles, quien se preguntó si Europa "está avanzando hacia Eurabia o Europeistán".
La tesis de que el abandono de la esencia cristiana de Europa por parte de la izquierda está en el origen de todos los males también recorrió los cursos. Así lo expuso el escritor y premio Cervantes José Jiménez Lozano: "Una vez ausente la conciencia cristiana, aparecen pensadores como Marx, Nietzsche o Freud, que abandonan la dimensión humanista que reconoce la igualdad de todos los seres humanos. Esa nueva concepción del hombre surge en la revolución francesa. Esta fiesta de la modernidad ha degenerado en una falta de juicio y de criterios en la que ya no hay distinción entre el bien y el mal, lo justo y el crimen".
La comparación entre el islam, incompatible con la democracia para la mayoría de los intervinientes, y el catolicismo, lleva al escritor Jon Juaristi a concluir que "el islam siempre ha tendido a destruir todas las culturas particulares que no sean la árabe, la del propio profeta", mientras el cristianismo "ha tenido históricamente relaciones importantes con grupos e ideologías de corte nacionalista e incluso ha servido de motor a éstas".
La crítica al relativismo también ha sido otro eje de las jornadas. Douglas Mourray, un neocon director del Centre for Social Cohesion británico, que sorprendió por su radicalidad incluso a algunos directivos de FAES, afirmó que "el pensamiento relativista que se viene desarrollando desde los años 60 es el que nos ha conducido a la situación actual, en la que dominan principios como la empatía". Murray, que intervino junto a la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, se mostró muy crítico con la forma en la que se ha alcanzado la paz en Irlanda del Norte. "Que nadie les dé lecciones y, por favor, no sigan nuestro ejemplo. Los asesinos de hoy son los líderes políticos del mañana", señaló en referencia a los dirigentes del Sinn Fein. "La paz no se encuentra escondiendo la cabeza. Hay que enfrentarse a las amenazas".
En la misma línea, el escritor Valentí Puig sentenció: "Hoy se culpa a occidente de todos los males. El multiculturalismo ha contribuido decisivamente a esa erosión. La solución pasa por la reafirmación de los valores occidentales"."Hoy se culpa a Occidente de todos los males. El multiculturalismo ha contribuido decisivamente
a esta erosión"
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