Tal y como le ocurría a Don Quijote, las organizaciones ecologistas empiezan a ver peligrosos gigantes donde antes sólo había inofensivos molinos de viento. Según un estudio de mortalidad en parques eólicos, realizado por la investigadora de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) Manuela de Lucas, los aerogeneradores mal ubicados actúan como una guillotina para las aves que se acercan a sus aspas.
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