Los batidos de frutas caseros constituyen un cóctel refrescante y nutritivo para tomar como postre o entre horas
Un gran reto para muchos padres es que sus hijos consigan tomarse un vaso de leche o una pieza de fruta. Pero, ¿dónde está el problema? En muchos casos la complicación es que a los niños no les agrada el sabor propio de estos alimentos. Otros no los comen porque la forma en la que se les ofrece la leche o la fruta no les atrae lo suficiente como para disfrutar comiéndolos.
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