sábado, septiembre 22, 2007

El PP está haciendo una campaña indecente con las banderas y los símbolos

Iñaki Anasagasti, Senador del PNV
-¿Hacia dónde va ahora el PNV?
Primero, hay que ver de dónde venimos: somos un partido con 112 años de vida, que ha sufrido guerras y persecuciones, que gobierna en Euskadi desde 1980, que tiene representación parlamentaria en Madrid y una amplia base social. Durante 25 años, la personalidad más destacada fue Xavier Arzalluz. Arzalluz dijo públicamente que le gustaba Josu Jon Imaz como candidato a Lehendakari, pero que su candidato para presidir el EBB era Joseba Eguibar. Y, a pesar de haberlo dicho, hace 4 años hubo dos candidaturas e Imaz ganó por poco a Egibar. Eso le sentó fatal a Arzalluz, aunque no lo haya querido admitir públicamente.

También hay que tener en cuenta que, en 1986, el PNV se dividió dramáticamente, porque dos personas tan carismáticas como Arzalluz y Carlos Garaicoechea se pelearon y aquello dio origen a EA, rompiendo amistades, familias y partido. La ruptura nos dejó 24 años sin debate interno, por miedo a otra ruptura. Con todo este background, llegó Josu Jon Imaz , un gran político, que habla idiomas, fue eurodiputado, etc. Nosotros, que habíamos estado en la burbuja en la que nos metió Aznar, que nos persiguió de forma terrible… vimos llegar a Zapatero, con otras formas. Hay que decir también que en lo único en lo que se puso de acuerdo con el PP fue en decir “no” al Plan Ibarretxe. El resto de Estatutos se han tramitado y aprobado. Con el Estatuto bloqueado, Imaz decidió hacer política durante 4 años y llegado el momento ha preferido no seguir.

-¿Por qué en este momento?
Porque ha preferido propiciar una candidatura de unidad. Imaz, que pertenece a una generación y ha sido miembro del gobierno de Ibarretxe, no quiere pelearse con él en público. Es un hombre leal.

-¿Es una retirada para siempre o espera su vuelta?
No, aunque haya dicho que se retira de la vida política, creo que volverá. Ya ha dicho que no tira la toalla…y, en fin, le conozco lo suficiente como para poder decir de él que es un político de los que, como decían en Venezuela, mientras respira, aspira.

-¿Cree que Imaz aspira a ser elegido por aclamación candidato a Lehendakari, por ejemplo?
Bueno, la política tiene muchos recovecos y estoy convencido de que esto es sólo un paréntesis en su vida política.

-Con la retirada también de Egibar, parece que ya no hay escollos para que Iñigo Urkullu se convierta en el nuevo presidente del PNV…
Yo creo que sí. Urkullu no tiene una personalidad tan explosiva como Imaz, es más recatado, más silencioso y hermético, pero creo que está cortado por el mismo patrón: misma edad y mismos valores. Con Urkullu las cosas no van a cambiar mucho. Con Urkullu, el PNV va a ir hacia donde siempre fue, poco a poco, como el buey.

-Mire que las comparaciones son odiosas…
No, no… la comparación con el buey la utiliza mucho Ibarretxe. El buey es un animal que antes de pisar, mira la pisada. Es lento pero seguro, como el PNV.

- ¿Le ha pasado factura el partido a Imaz por el hecho de que su relación privilegiada con Zapatero no propiciase, por ejemplo, el acuerdo de Gobierno con Nafarroa Bai, en Navarra?
Yo, que conozco bien a Rubalcaba, que sé lo maquiavélico que puede ser; pese a lo simpático y lo agradable que es siempre quedar a comer con él, creo que en el PSOE han primado las advertencias de Rubalcaba, que les dijo: “Cuidado, que si en Navarra hay un atentado y con este pacto… ¡perdemos las elecciones! Vamos, que Rubalcaba advirtió de que Nafarroa Bai era una opción poco segura. Claro, esto sí nos hace pensar en el PNV que, si tanto cariño tenía el PSOE a Josu Jon, ya se podían haber arriesgado un poco más, porque en el PNV creemos que la solución al conflicto vasco pasa también por convencer a los que usan la violencia de que dejen de usarla y abandonen esa senda violenta. Eso ocurrió con Aralar, que dejó HB, pero no ha servido para que se le permita hacer política en un Gobierno…

-¿Tuvo que oír reproches Imaz por este asunto?
No, en el PNV no nos hacemos reproches, murmuramos mucho en las barras de los bares, pero no nos reprochamos…

-¿Qué se murmura ahora en las barras de los batzokis?
Que es una pena que Josu Jon se haya tenido que ir y que Urkullu, que no despierta ni grandes pasiones ni grandes animadversiones, es un hombre clave para salir de la situación complicada en la que estamos.

-¿Qué pensó cuando oyó al presidente del Gobierno decir que la retirada de Imaz le había dejado “perplejo”?
Pues que no se lo esperaba. Los que estábamos bien informados, no nos quedamos perplejos. Yo me quedé disgustado, pero perplejo, no, porque sabía que algo así podía ocurrir. Debería fiarse menos de Rubalcaba y más de quienes sabemos bien las cosas.

- ¿Le preocupa la reedición de la Guerra de las banderas, que parece haberse desencadenado, como uno de los principales motivos de confrontación en la pre-campaña?
Bueno, esta guerra es consecuencia de una denuncia y de una sentencia abusiva. El Supremo ha dado una patada al avispero y el PP está haciendo una campaña indecente con las banderas y los símbolos. No se puede hacer del cumplimiento estricto de la Ley una cruzada, como están haciendo, porque a toda fuerza se le opone una igual, pero en sentido contrario. Si nos ponemos así de estrictos, adiós país.

-¿Cuál es la solución al conflicto, según usted?
Mirar hacia otro lado en algunos casos.

-¿Y por qué no el cumplimiento de la Ley?
Porque hay momentos en los que es mejor no ser estrictos, para evitar alterar a los más extremistas por ambos lados. Mire, la Ley dice muchas cosas, por ejemplo, las que dice el Estatuto de Gernika, que no se han cumplido. Pero creo que esas batallas son absurdas e inútiles. Espero que llegue el día en el que no nos peleemos por un trozo de tela. Yo tengo todas las banderas colocadas en mi despacho y no pasa nada.

-¿Qué opina de la guerra de las camisetas vivida recientemente en el Congreso, a cuenta de las selecciones nacionales deportivas?
Pues que no es más que el derecho al pataleo. Llevamos mucho tiempo pidiéndolo y no entendemos por qué esa resistencia a que tengamos selecciones deportivas en competiciones internacionales. En el Reino Unido hay selección inglesa, galesa y escocesa y no pasa nada. Además, es mejor que enseñen las camisetas a que enseñen los calzoncillos.

-Sí, pero ese modelo contempla no sólo la existencia de 3 selecciones, sino la existencia de tres ligas distintas ¿Aceptaría que quienes tengan sus propias selecciones en competiciones internacionales no estén en la liga española de fútbol, por ejemplo y que creen sus propias ligas territoriales?
Es que no tiene por qué ser así. Se puede convivir dentro de la liga y con selección propia. Es posible siempre que haya voluntad política.

- ¿Qué opinión le merece la situación que se vive en Lizartza y el papel que está jugando su alcaldesa, Regina Otaola?
Creo que el PNV se equivocó al no presentar candidatura allí. Y debo decir que me fastidia que le insulten y le organicen esas tanganas a la señora Otaola, pero también debo añadir que no me gusta que haya convertido en un fenómeno mediático cada una de sus visitas allí. Mire, mi mujer está en la gestora de Ondarroa, donde existe también un conflicto grave y una situación de amenaza y va allí a trabajar todos los días, sin cámaras ni fenómenos mediáticos. No es solamente ella, son nueve y tuvieron que ir escoltados en el primer pleno del Ayuntamiento. Pero ahora siguen trabajando, sin dar demasiada publicidad y sin necesidad de provocar a un colectivo que está deseando montar el espectáculo a la primera de cambio. Lo importante es gobernar y gestionar los asuntos de los vecinos y no organizar un circo cada mes.

- ¿Le resulta preocupante que dos jóvenes quemen la fotografía de los Reyes, como ocurrió en Girona?
Yo lo que creo es que hay una mala gestión por parte del Jefe de la Casa Real, Alberto Aza. No está haciendo bien su trabajo, porque se comporta como un chambelán de Corte del siglo XIX, cuando la monarquía era intocable. Y los tiempos han cambiado. Cuando ocurren episodios como estos, de la quema de las fotografías, debería moverse para saber por qué ocurren estas cosas y para evitar que ocurran en el futuro. Créame, con respecto a la Casa Real: o cambian o los cambian.

- Este verano lanzó una serie de diatribas contra el Rey y la opacidad –dijo usted- de la Casa Real. Sigue usted con su cruzada…
La verdad es que cada vez están más alejados de la sociedad española. Empiezan a quemar fotografías de los reyes, se empiezan a ver banderas republicanas, etc. y ante eso la Casa Real no hace nada. Ni un solo gesto. Mi crítica de fondo es la opacidad de esa casa. Ahora dicen que van a nombrar un interventor…¡Treinta años después! Pues ya era hora ¿no? Por otra parte, yo tuve un problema serio con el Rey a cuenta de la Guerra de Irak. Me sentó fatal que no nos recibiera. Solamente quiso recibir a Zapatero. Estamos en una Monarquía Parlamentaria y él estaba obligado a recibirnos…

-¿Tuvo ocasión de hablar con el Rey de la Guerra de Irak en alguna otra ocasión?
Sí. Y me dijo que, como él era militar, a él le gustan las guerras y le dije: pues vaya usted a Irak o mande a su hijo, pero no mande a la gente”. En fin, que no entiendo muchas cosas que ocurren con la Casa Real y por qué va todo el mundo a hacerles la pelota diciendo que es la institución más valorada y no sé cuantas cosas más. Todo tiene un límite. Este verano, por ejemplo, se estaba quemando medio Tenerife y no se le ocurrió pasar por allí a ningún miembro de la familia real. Pues uno no puede evitar exclamarse: “pero hombre, vaya allí y anime a la gente, que es su trabajo ¡no sea vago!”.

- Alcanzado el acuerdo con el Gobierno por el concierto vasco ¿están dispuestos en el PNV a echar una mano a Zapatero para aprobar sus últimos presupuestos generales del Estado de la legislatura?
Me imagino que una mano lavará la otra…Tú me apoyas aquí y yo te apoyo allí los presupuestos. Seguramente, aprobaremos los presupuestos de Zapatero.

-¿Y, suponiendo que gane el PSOE las próximas elecciones, habrá seguramente una colaboración del PNV en el Gobierno?
Lo veo muy difícil. En el PNV no tenemos ninguna obsesión por estar en el gobierno de España, como Duran i Lleida y le recuerdo que, en 1993, Felipe González ya nos ofreció entrar en su gobierno y no lo hicimos. La verdad es que la oferta, en realidad, era una castaña: el ministerio de Industria, pero sin concretar con qué presupuesto ni para hacer qué. En todo caso, creo que bastante tiene Zapatero con repartir los ministerios entre las distintas familias del PSOE.

- ¿Continuará la colaboración estrecha del PNV con el Gobierno en materia de lucha contra ETA?
Eso no va a cambiar. El PNV tiene muy claro que el principal enemigo de la sociedad vasca y española se llama ETA y que están enloquecidos, viven fuera de la realidad y que, además de combatirlos democráticamente, hay que deslegitimarlos. Hay que ir a por ellos.

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