lunes, diciembre 04, 2006

Me lo leo y l oresumo cuando pueda

abc 05/12/06
La dirección del PSOE defiende el manifiesto que ensalza el laicismo y la República
MARIANO CALLEJA
MADRID. La dirección nacional del PSOE defendió ayer sin ningún tipo de tapujos ni medias tintas un manifiesto que equipara la Constitución de 1978 con la republicana de 1931 y proclama que el laicismo, o «laicidad» como dicen ellos, es la mejor garantía para la libertad frente a «fundamentalismos monoteístas o religiosos». Con su defensa firme del laicismo, los socialistas se enfrentan de manera clara a los obispos españoles, que apenas cinco días antes habían hecho pública la Instrucción Pastoral en la que expresaban su preocupación por la «fuerte oleada de laicismo» presente en la sociedad española, lo que a su juicio es la «antesala del totalitarismo». La pastoral apuntaba que «algunos sectores pretenden excluir a los católicos de la vida pública y acelerar la implantación del laicismo y el relativismo moral como única mentalidad compatible con la democracia».
El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, subrayó que el manifiesto «Constitución, laicidad y educación para la ciudadanía», que presentó públicamente en Málaga horas después el secretario socialista de Política Municipal y Libertades Públicas, Álvaro Cuesta, «es del PSOE» y su contenido es compartido por la dirección federal, «más allá de la percepción individual que siempre puede haber con cualquier decisión política».
Blanco despejaba así las dudas que todavía ayer podía tener alguien sobre la posibilidad de que el manifiesto no fuera un documento respaldado por la dirección del PSOE, sino tan sólo un informe elaborado por Cuesta con el que podían estar de acuerdo o no. El secretario de Organización insistió en que el manifiesto responde a lo acordado en varias resoluciones del partido, incluida una de la última Conferencia Política. Eso sí, quiso circunscribir el informe al debate que ha suscitado la asignatura de «Educación para la Ciudadanía».
Revisionismo histórico
El documento, elaborado con motivo del 28 aniversario de la Constitución de 1978, además de reivindicar el valor del laicismo como «requisito para la libertad y la igualdad», se apunta al revisionismo histórico, en concreto a la época de la República, y sitúa en un plano de igualdad la Constitución de 1978, fruto de la Transición, con la republicana de 1931, a pesar de que en la norma de hace 75 años se establecía, por ejemplo, que a nadie se le podía exigir el uso ni el conocimiento de una lengua regional y se proclamaba que el «idioma oficial» de la República era el español. Para el PSOE, la Constitución de 1978, junto a la de 1931, representan «la más alta plasmación en la historia del pueblo español de su voluntad de vivir en un régimen democrático».
En el manifiesto, los socialistas relacionan el fenómeno de la inmigración con la «laicidad», una palabra que a partir de ahora, previsiblemente, va a usar la izquierda hasta el agotamiento. «Además de la diversidad territorial -empieza explicando el documento del PSOE-, nuestra Norma básica sienta las bases para el desarrollo de otro tipo de diversidad: el que deriva del libre y plural ejercicio del derecho de libertad de conciencia de todos sus ciudadanos».
En un momento como el actual, prosiguen los socialistas acercándose poco a poco a su objetivo, «en el que el fenómeno migratorio está convirtiendo la sociedad española en una sociedad multicultural, es preciso recordar y reafirmar el principio constitucional de la laicidad».
Para el PSOE, la «laicidad se configura como un marco idóneo y una garantía de la libertad de conciencia donde tienen cabida todas las personas con independencia de sus ideas, creencias o convicciones y de su condición personal o social, siendo por ello requisito para la libertad y la igualdad».
El PSOE dedica casi por completo al «laicismo» el manifiesto de dos páginas y media con el que pretende conmemorar los 28 años de la Constitución, sin fijarse en otros aspectos de la Carta Magna, aparte de la «educación para la ciudadanía». Insiste en que la «laicidad es el espacio de integración», asegura que «sin laicidad no habrían nuevos derechos de ciudadanía, serían delitos civiles algunas libertades como la interrupción voluntaria del embarazo, el matrimonio entre personas del mismo sexo, y dejarían de ser delitos el maltrato a la mujer, la ablación o la discriminación por razón de sexo». Y añade que «los fundamentalistas monoteístas o religiosos» siembran fronteras entre los ciudadanos.
Lo que dice la Constitución
En el documento no se cita en ningún momento el contenido del artículo 16 de la Constitución, en el que no se utiliza el término de «laicidad», sino que establece que «Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones».
En ese marco de ensalzamiento del laicismo, y para contribuir a la formación de «conciencias libres, activas, y comprometidas», el PSOE incluye la nueva ley de Educación, hecha a su gusto, pero sin consenso con el principal partido de la oposición, y la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos.

No hay comentarios: