viernes, abril 09, 2010

La broma infinita de Gorillaz

IÑIGO LÓPEZ PALACIOS / JAKE SHEPPARD 09/04/2010


En 2001, la banda virtual creada por Damon Albarn era una parodia de los grupos prefabricados. Ni siquiera él intuyó su carácter profético. ¿Era este el futuro del pop?
Cuando en 2001 Damon Albarn y Jamie Hewlett sacaron a la luz pública Gorillaz, ni ellos esperaban que el proyecto pudiera tener tanta continuidad. En principio, la teoría era sencilla: "En el mundo del pop, en el que la mayoría de las bandas han sido manufacturadas, Gorillaz ha desembarcado como la más prefabricada de todas. Pero ellos tienen credibilidad porque su música no es ninguna broma, va en serio. Es un disco experimental, muy, muy comercial", decía a este periódico Damon Albarn.

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“Soy el auténtico padre de los Horrors. Cinco críos de cinco madres” (Murdoc)

Eran años confusos: en marzo, cuando se publicó el debut de Gorillaz, en el Reino Unido comenzaba el reinado de Coldplay tras el naufragio del britpop. Blur, la banda de Albarn, después de 13 (1999) había entrado en un impasse de incierto futuro que aprovechó para sus proyectos personales. En España, la primera edición de Operación triunfo entregaba la década a una generación de superestrellas efímeras, mezcla de marionetas y cantantes de karaoke. Eso era precisamente Gorillaz, una banda compuesta por dibujos animados salidos de la pluma de Hewlett, conocido comiquero británico.

Lo que nadie había previsto es que fueran tan exitosos: su debut vendió 5.346.000 copias. Su continuación, Demon days en 2005, 5.901.000, dos de ellos en Estados Unidos, donde eran un fenómeno.

Sobre el tercer disco se especuló mucho. Parecía que sus autores estaban cansados del modelo. Sobre todo porque su despedida fue a lo grande, con una serie de conciertos en el mítico Apollo Theatre de Harlem (Nueva York). Incluso a principios de 2008 Albarn habló de algo llamado Carousel, un proyecto también con Hewlett, que en principio iba a ser electrónico y para el que tenían compuestas alrededor de 70 canciones. Si hacemos caso a la entrevista de Murdoc, el salvaje líder virtual del grupo, que ofrecemos aquí (un extracto de una mucho más larga que concedió en enero a una emisora de radio británica), Carousel es la base de este Plastic beach. En el que, además de los miembros clásicos del grupo (el ya mencionado Murdoc; 2D, el cantante simplón; Russell, el enorme batería, y Noodle, la pequeña japonesita), participan una pléyade de colaboradores de primera entre los que se cuentan Bobby Womack; los raperos Mos Def y Snoop Dogg; el ex miembro de The Clash Mick Jones; Gruff Rhys, líder de Super Furry Animals, o Lou Reed.

Locutor. Vuestra última aparición pública fue en abril de 2006 con los directos en Nueva York de Demon days. Después, la banda se separó. ¿Instigaste tú esa desaparición?

Murdoc. Bueno, yo instigué mi propia desaparición. No me importaba lo que los otros tuvieran en mente. Terminaron los conciertos, saludé a los invitados, me tomé un par de copas de ron y me desvanecí en el éter. Cuando la puerta se cerró esa tarde, para mí se acabó. Estaba harto de ver y oler a la banda. Quería tomarme un largo fin de semana… y de alguna manera me las arreglé para que durara tres años. Es increíble lo que puedes hacer con una tarjeta de crédito y una botella grande de absenta.

L. Hemos oído que te metiste en algunos negocios que no funcionaron demasiado bien.

M. Cuando Gorillaz se disolvió, empecé mi fiesta alrededor del mundo. Pero el dinero se agotó. Me dijeron que la forma de hacerme rico fácilmente era invertir en negocios de pirámides. Compré un montón de pirámides en Giza, allí en Egipto. Pero resultó que el tipo que me las vendió, Bernie Madoff, era un timador. Y los contratos no valían ni el papel en el que estaban escritos. Estaba arruinado, así que probé con otras cosas, y una de ellas fue el tráfico de armas a nivel amateur. La pena fue que tuve unos cuantos, digamos, "clientes insatisfechos"; entre ellos, un grupo underground que responde al nombre de Las Nubes Negras.

L. Así que necesitabas escapar de cierta gente.

M. Desde luego, necesitaba un lugar aislado. Un sitio que no pudiera encontrarme ni Google. Lo busqué por todas partes y al final lo encontré: Plastic Beach, basicamente un enorme pedazo de plástico pudriéndose en medio de la nada.

L. ¿Y cómo conseguiste llevar allí a los colaboradores?

M. Diferentes métodos. Puedes llamarles y pedírselo. Recuerda que Gorillaz tiene un nombre y puede hacer esas cosas. Para algunos, colaborar con nosotros es como un billete a Disneylandia. Pero para aquellos que no, tengo otros métodos. Bueno, cloroformo básicamente.

L. ¿Es cierto que empezaste en 2009 con la banda británica The Horrors y que esa sesión te inspiró a hacer un disco que eclipsase cualquier cosa que hubieras hecho antes?

M. Bueno, recibí una llamada de la Agencia de Apoyo a la Infancia. Querían hablarme de estos chicos góticos, The Horrors. Resultó que, después del test de DNA, soy su padre biológico. Cinco chavales de cinco madres distintas. ¿Quién lo hubiera pensado? De tres de ellos ni me acuerdo. En fin, el caso es que crecieron y se encontraron, y formaron una banda, y les debía un montón de pasta de pensiones impagadas, así que les dije que no se la iba a dar y que a cambio podían colaborar en mi disco. Fueron los primeros invitados a Plastic beach. La canción creció y creció hasta convertirse en una ballena, en un monstruo, y fue la inspiración para todo el disco. Esa pista, música de orquesta árabe y las cosas que robé de Carousel me dieron tres visiones distintas. Tres ángulos desde los que partir. Mi Triángulo de las Bermudas.

Plastic beach está editado en EMI.

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