domingo, abril 04, 2010
Imágenes tomadas desde la cabina de un avión - Postales de la Tierra desde el aire
El piloto y geólogo Carlos García Royo fotografía los lugares que sobrevuela
Casi todas las imágenes han sido tomadas entre los 11 y los 14 km. de altitud
Su vasta colección recoge instantáneas de los últimos diez años
Considera que los viajes en avión son una oportunidad para aprender Geología
Los geólogos proponen que los viajeros tengan folletos sobre el trayecto
Si cuando viaja en avión, usted es de los que prefiere sentarse junto a la ventanilla, estará acostumbrado a las espectaculares vistas que se disfrutan durante un vuelo. Imagínese entonces el paisaje que se contempla desde la cabina del avión.
Carlos García Royo es piloto y ha aprovechado su privilegiado asiento para retratar algunos de los lugares más impresionantes del planeta a 14 kilómetros de altitud. Las imágenes que acompañan este artículo son sólo una pequeña muestra de su vasta colección de fotografías, que ha ido recopilando durante los últimos diez años.
Para hacer mejores fotos desde un avión, recomienda utilizar un filtro ultravioleta y un polarizador para quitar brillos
La belleza de las imágenes hace innecesario cualquier comentario, aunque su autor podría ofrecer mil explicaciones de cada una de ellas. Y es que, además de piloto, García es geólogo y una de sus pasiones es estudiar cómo se han formado y se han transformado los lugares que a diario sobrevuela. De hecho, antes de ser piloto profesional, trabajó durante varios años como geólogo en varios países de Oriente Medio.
A mil kilómetros por hora
La mayor parte de las fotografías han sido tomadas entre los once y los catorce kilómetros de altitud, que es por donde transcurren los vuelos comerciales (en la troposfera y la tropopausa), a unos mil kilómetros por hora, un 80% de la velocidad del sonido.
Atardecer en los Andes. | C. García
Carlos García es piloto de Iberia y hace, sobre todo, vuelos transoceánicos en un Airbus 340. Su cámara fotográfica ha retratado numerosos rincones de España y América del Norte, los procesos glaciares y de fracturación en Canadá y maravillas de Sudamérica como el cruce de los Andes, el Cerro Mercedario, el Aconcagua, el río Amazonas...
Si como decíamos al principio, usted suele volar junto a la ventanilla, es probable que no se haya resistido a tomar fotos, quizás con un decepcionante resultado.
Desde luego, no es lo mismo fotografiar desde la cabina del avión que, además de estar limpia, cuenta con un gran cristal translúcido de varias capas. Sin embargo, el piloto ofrece algunos consejos para hacer mejores fotos desde la minúscula ventanilla de 'ojo de buey' que tenemos los pasajeros: utilizar un filtro ultravioleta (F1) para evitar la tonalidad azul intensa y un polarizador para quitar brillos.
'Vuelos geológicos' para los pasajeros
Bahamas es uno de los lugares que más le impresionan cuando vuela, por sus aguas cristalinas y la multitud de especies que habitan en ellas. Los Andes, cuando están limpios, "parecen cuadros de Miró", afirma. "También cuando sobrevuelo la mina de hierro de Zouerat, en Mauritania, una de las más grandes. En general, disfruto muchísimo de todos los paisajes cuando hay buena visibilidad. Soy un fisgón", afirma el piloto.
Los geólogos proponen que haya folletos para los pasajeros con información sobre los lugares que sobrevuelan
Cuando está en tierra, le gusta perderse por las librerías de viejo de Buenos Aires y Montevideo y en los cafés cercanos. También le encanta Nueva York y los mercadillos de Zimbabwe. Aunque va con frecuencia a Sudáfrica, los vuelos suelen transcurrir por la noche por lo que no puede hacer fotos. Asia y Oceanía son sus asignaturas pendientes.
El piloto dedica buena parte de su tiempo libre a divulgar conocimientos de Geología e imparte charlas a estudiantes y profesionales organizadas por el Colegio Oficial de Geólogos. Considera, asimismo, que los viajes en avión pueden ser una buena ocasión para aprender Geología.
Así, García se muestra partidario de realizar 'vuelos geológicos', una original propuesta que consistiría en que los pasajeros tuvieran un folleto con información sobre los lugares que sobrevuelan. Aunque algunos pilotos explican de vez en cuando por dónde transcurre el trayecto, las dudas asaltan con frecuencia al viajero que se asoma a la ventanilla. El piloto cree que, además de entretener a los pasajeros, serviría para despertar la curiosidad por la Geología.
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