un torbellino de ideas en una historia contemporánea del caos
Dejemos que el mercado asigne todos los recursos, que todo se regule por sí mismo. Hagamos desaparecer el Estado y sus intervenciones totalitarias sobre la vida cotidiana. La libertad fluirá automáticamente, el crecimiento económico no se verá perjudicado por los estúpidos ajustes motivados por el gasto público y otros obstáculos innecesarios, y todos seremos, en definitiva, más felices.
Publicar un comentario
No hay comentarios:
Publicar un comentario