Aunque su coste de fabricación pueda ser más alto, disminuyen la contaminación ambiental, son más saludables y reducen la factura eléctrica
¿Le gustaría vivir en una casa que le permitiera ahorrar en la factura del agua y la luz, que mantuviera el calor en invierno y el frío en verano, y que no causara problemas en el medio ambiente ni en su salud? Todo esto es posible con las casas ecológicas, que a pesar de sus ventajas, continúan siendo una excepción. Unos costes iniciales mayores -que acaban amortizándose en pocos años- y la falta de materiales ecológicos y profesionales disponibles en el mercado explicarían el freno a su desarrollo.
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