martes, enero 02, 2007

Un año peligroso en el mundo?

Un año peligroso en el mundo

REALMENTE ES ASÍ PARA LOS Q QUIEREN HACERNOSLO CREER. YO PIENSO Q EL MUNDO ESTÁ MEJOR Q ANTES. NUNCA HE PENSADO Q TENGO Q TENER MIEDO. EL AUMENTO DE LA POBLACIÓN COMO EN LA NATURALEZA HACE MÁS FUERTE A LA ESPECIE, AUN CUANDO HAYAN MÁS HECHOS LAMENTABLES. Q HECHOS NOS PUEDEN MATAR A NIVEL DE ESPECIE? Q NOS ATRAQUEN LOS ETS? Q NOS
abc 02/01/07

EL surcoreano Ban Kimoon ha empezado el año como nuevo secretario general de las Naciones Unidas, igual que han hecho todos sus predecesores, con la misión de contribuir a que el mundo sea un poco más humano y menos caótico. Este diplomático con fama de pragmático tiene ante sí una ingente tarea, para la que va a necesitar todas sus habilidades, porque el año 2007 será sin duda un periodo muy complejo, peligroso e imprevisible. Los dos principales agentes de la política internacional, Estados Unidos y la Unión Europea, tendrán que afrontar cada uno por su lado este periodo en medio de circunstancias cuyos contornos todavía no son posible aventurar. El presidente George W. Bush emprende en efecto su penúltimo año de mandato sin saber todavía cuáles serán los fardos que el conflicto iraquí le obligará a cargar, mientras que en este lado del Atlántico, el cincuenta aniversario de la fundación de la UE se prepara ignorando aún cómo salir de la crisis institucional que desde hace dos años tiene paralizada la maquinaria comunitaria y a la espera de las elecciones francesas, a celebrar en primavera.
En ambas orillas, sin embargo, se mirará forzosamente hacia Oriente Próximo, donde cada vez se perfilan más claramente los contornos de la gran batalla política, cultural y social entre el modo de vida ligado a la religión islámica o a la tradición árabe-oriental, contra los vientos de la globalización que se identifican allí con Occidente. Ese conflicto adopta en ocasiones un rostro de guerra civil, como sucede en estos momentos en Palestina o en el Líbano, geopolítico como vemos en Israel, o caótico como lo que sucede en Irak y se atisba en Afganistán, donde todas las previsiones son a cual más pesimistas. La misión de impedir que Irán consume sus amenazas de dotarse de armas nucleares e introduzca la más grave perturbación a los equilibrios regionales será una de las más importantes durante este año, en el que se calcula que el régimen de los ayatolás puede alcanzar una capacidad tecnológica irreversible.
Se cierra en América una época con la muerte del general Pinochet y se abrirá con toda probabilidad otra en la isla de Cuba, que debería poner fin a casi medio siglo de dictadura. La figura de Fidel Castro se apaga y la del venezolano Hugo Chávez se consolida como el referente de esa izquierda populista e indigenista («racista» la ha calificado el escritor Mario Vargas Llosa) a la que Caracas ayuda a prosperar con sus rentas petroleras en Bolivia, Ecuador o Nicaragua. Las elecciones en Argentina servirán para medir el peso de esta perniciosa corriente política.
Y frente a todos estos problemas se acumulan retrasos en campos como el energético o el medioambiental, el hambre en el mundo y las grandes migraciones, en los que la humanidad entera espera soluciones decididas y urgentes. Desgraciadamente, da la impresión de que este año esos temas vitales volverán a quedar relegados.

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