Pío García-Escudero (Madrid, 1952) ha echado el ancla en el Senado y allí combate el oleaje que se sufre cuando uno está en el mar abierto de la oposición. Repite como portavoz en la Cámara Alta: ya lo fue de 1996 a 1999, la primera legislatura de Aznar, de quien pasa por ser amigo personal; casi de la familia. Y aunque él no quiera adscribirse a ninguna familia política dentro de su partido, sus palabras delatan que donde mejor se mueve es en la centralidad. Su discurso, aunque suave, tiene pocas puntillas. Va a lo mollar. Y con ETA, que vuelve por los fueros que nunca abandonó, más. Su indignación el sábado, tras el atentado, era indisimulable.
-ETA ha vuelto a atentar. ¿Es hora de decirle a Zapatero aquello de «se lo advertimos»?
-Lo triste es que haya tenido que suceder el terrible atentado de Barajas para que Zapatero se haya tenido que dar cuenta de que ETA no está dispuesta a abandonar la violencia. No le ha bastado la «kale borroka»; la extorsión a empresarios; el robo de las pistolas de Francia; la aparición del zulo lleno de explosivos... y ha tenido que suceder un atentado de esta magnitud para que se dé cuenta de que nunca ha tenido la previsión de dejar la violencia. Yo espero que Zapatero se entere por fin de que ha estado actuando como un ingenuo con ETA pensado que se podía negociar sin darse cuenta de que los asesinos no negocian, sino imponen y exigen.
-El presidente no lo ha querido aclarar pero ¿usted entiende la suspensión del diálogo anunciada el sábado como algo definitivo? ¿Zapatero ha roto con ETA?
-La verdad es que la suspensión del diálogo, de la que ha hablado Zapatero, deja una puerta abierta. Además, a mí me llama la atención la indecencia de las declaraciones de Otegi el mismo sábado que han dejado meridianamente claro que a quien beneficia el mantenimiento de la negociación es a ETA y a Batasuna.
-Ahora ¿la única salida para un Zapatero desarbolado es volver al Pacto Antiterrorista?
-Se lo llevamos pidiendo mucho tiempo; que vuelva a sentarse en el Pacto Antiterrorista; que aplique la ley de partidos; que la única vía es derrotar a ETA; que hay que incrementar la colaboración con Francia y que la Fiscalía tiene que actuar sin consideración.
-Rajoy ha tendido la mano al presidente pero ¿hasta dónde y hasta cuándo?
-Estamos dispuestos a colaborar con él siempre que haya lealtad recíproca y que se apliquen las políticas que eran eficaces hasta que él dejó de practicarlas. Además, es sustancial el mantenimiento de Batasuna en la ilegalidad.
-¿Sin ruedas de prensa como la de Otegi el pasado sábado, sólo una hora antes de que compareciera Zapatero, en una suerte de amedrentamiento?
- Desde luego, lo que no se pueden consentir son ruedas de prensa como esa que describe.
-Pese a todo, ¿conseguirá ETA la impunidad judicial que persigue?
-ETA y Batasuna así lo piden y se quejan de que el Gobierno no está cumpliendo sus supuestos compromisos, uno de los cuales es el cese de la actuación policial y de la Fiscalía. La Fiscalía está cediendo en estas pretensiones: lo vimos en la petición de rebaja de penas a De Juana.
-Hay quien dice que ustedes le niegan al Gobierno el derecho a hacer algo que ya hicieron tanto González como Aznar...
-Lo que venimos diciendo es que el Gobierno se puede sentar con ETA y preguntarle si está dispuesta a dejar las armas, como lo hicieron los Gobiernos de Aznar y de González. Pero tras lo que ha pasado hay que levantarse definitivamente.
-¿Es el momento, con el «proceso de paz» maltrecho, de plantear una moción de censura?
-Ese es un instrumento parlamentario contemplado en la Constitución y que por lo tanto puede ejercerse en cualquier momento. La oposición que viene haciendo el Partido Popular es lo suficientemente dura y, sobre todo, clara como para denunciar en cada momento las cosas que está haciendo mal el Gobierno. De aquí al final de la legislatura perfectamente se puede utilizar, en función de las circunstancias que se den.
-Usted se está fajando con Zapatero una vez al mes en el Senado con broncas sonadas. ¿Lo único que sostiene al presidente es el buen horizonte económico?
-Es lo único que funciona en España: la economía, y es precisamente porque es la única política que no se ha tocado respecto a la que hacía Rato. Aunque a este Gobierno le faltan previsiones de futuro.
-Pero no de pasado, porque fíjese en la memoria histórica. ¿Un error de Zapatero producto de la desinformación, o de un capricho?
-Obedece a deseos de revanchismo, de desprecio hacia la historia más reciente de nuestro país, de la transición, de la reconciliación de todos los españoles... Y 30 años después de aquello, un señor que tiene apenas 45 años, que no ha vivido la guerra y probablemente tampoco la dictadura, reabre una serie de heridas que no nos van a conducir a nada bueno.
-De la decisión de su partido de pactar con el PSOE para aprobar el Estatuto de Andalucía se han dicho cosas buenas pero también muy malas. ¿Usted cuál suscribe?
-Yo lo decía hace unos días en el Senado: modificaciones de este tipo necesitan de un consenso mínimo entre los dos grandes partidos. Cuando PP y PSOE se ponen de acuerdo las cosas funcionan.
-¿Me está diciendo que han hecho un ejercicio de responsabilidad para llegar a un pacto con el PSOE?
-Nosotros hemos decidido por lealtad y responsabilidad participar en la reforma allí donde se nos ha permitido. En el Estatuto de Cataluña no nos dejaron y el resultado es malo. Pero el Estatuto de Valencia y el de Andalucía nos han demostrado que el único camino válido para hacer las cosas bien es el acuerdo entre los dos.
-Zaplana lo criticó duramente, contradiciendo a Rajoy...
-Bueno, pero él aclaró lo que quería decir en ese artículo y la prueba es que votó a favor.
-¿Barruntan un adelanto electoral?
-El presidente puede decidirlo en cualquier momento. Nosotros estamos perfectamente preparados para una convocatoria electoral. El PP ha tenido el gran mérito de saber sobreponerse a perder unas elecciones que no esperaba perder, a un cambio de liderazgo y en estos dos años ha sabido reorganizarse.
-¿O sea que han digerido el 11 y el 14-M?
-No sólo lo pienso sino que además lo ejercito. Y como yo, todos los afiliados y cargos del PP. El 11-M es una cuestión que está ahí, que está en manos de la justicia, que quedan puntos por aclarar y que yo espero que con el tiempo se sepan. Pero creo que son muchos más los problemas reales que hay planteados en España, de indudable gravedad; el PP está proponiendo alternativas de solución y lo que hay que hacer es mirar hacia el futuro y hay que trabajar para que el PP vuelva a gobernar España con Mariano Rajoy.
-¿El 11-M entonces no debe ser el eje de la oposición del PP?
-En absoluto. Si se van sabiendo cosas que no se conocen sobre el 11-M lógicamente hay que pedir explicaciones al Gobierno, pero eso no significa que todo deba concentrarse ahí. Ya digo que hay problemas en este país enormemente graves, que el Gobierno es incapaz de resolver. Y ese es el auténtico eje de la oposición.
-¿Aceptarán lo que digan los tribunales sobre el mayor atentado de la historia de España?
-Por supuesto. Creemos en la justicia y siempre hemos aceptado las decisiones judiciales. Eso no quita que después de la sentencia, si se siguen sabiendo cosas, se obligue a reabrir esos procesos.
-Rajoy ha dicho que el último CIS lo que demuestra es que los españoles quieren moderación y centrismo. ¿Está de acuerdo?
-Mire, la primera vez que yo oí la palabra centro se la oí a Fraga. El PP siempre ha intentado avanzar en su trayectoria por la vía del centro reformista. Y creo que el éxito de los ocho años de Gobierno del PP precisamente fue el saber conjugar políticas liberales, políticas moderadas y políticas reformistas. Nosotros no hemos abandonado ese escenario.
-Pero alguna familia política se ha creado en su partido al calor del centrismo. Dicen que son la mayoritaria, con Camps, Arenas, Gallardón, Piqué... ¿Usted se alinea con ellos?
-Eso obedece más al cotilleo político que a la realidad. Lo cierto es que hay un fuerte liderazgo de Rajoy, y yo lo veo en maitines todos los lunes...
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