La comida evoluciona y las empresas de alimentación apuestan por 'cocinar' trajes a medida
Comemos cada vez más en solitario. Y si lo hacemos en compañía, cada uno come lo que quiere. Eso sí, mejor con la etiqueta de saludable. Si en 2007 había 3,4 millones de hogares de una sola persona, en 2012 ya serán 4,1. La industria de la alimentación se ha lanzado a cocinar trajes a medida. El consumidor pide, ellos disponen. Las últimas tendencias y novedades se han concentrado esta semana en Barcelona, en la feria Alimentaria, que termina hoy (www. alimentaria.com).
Una gallega de 26 años se corona como cocinera del año en Alimentaria
Para solitarios y con pocas ganas de cocinar, la pizza en forma de cono que se prepara en el microondas en dos minutos y evita que uno se ensucie las manos. Incluso la tortilla de patatas con cebolla y pimiento se vende ya en lata. Para vegetarianos, la carne a base de soja o las nuevas pastas para sopa de espelta. Para atrevidos: las aceitunas rellenas de fruta, los pimientos en forma de cerezas, el Butimon, salmón ahumado embutido en tripa de cerdo, y los chicles que aceleran el bronceado, con betacaroteno sin azúcar.
Hay opciones más sofisticadas, como los diamantes de azúcar isomalt y el oro comestible de la empresa Solé Graells. El oro sirve sobre todo para colorear la pastelería, aunque hay quien se atreve con los primeros platos. Un ejemplo aventurero, el pizzero Fabián Martín. Ante un jurado en Nueva York realizó una margarita napolitana clásica y, para darle un toque visual, le puso hojas de oro comestible. Así ganó el campeonato del mundo de calidad. Un gramo de copos de oro de 22 quilates cuesta 60 euros. Junto al oro novedades como el caviar de trufa, que logra, a base de trufa negra, la textura del caviar. Lo promociona la marca Kaspia, y estará a la venta el próximo otoño.
"La tendencia es el rechazo de los consumidores a los aditivos y conservantes. La comida está evolucionando y se imponen las raciones individuales. Se hacen trajes a medida", explica Fernando Abadía, director de Ilpra Systems. Y en estos trajes están siempre presentes los congelados. Los españoles gastaron 3.546 millones de euros en congelados durante 2007, lo que supone un incremento del 4% respecto al año pasado, según los resultados que publicó ayer la consultora TNS Worldpanel.
Perderse el postre es un pecado y peor aún, la merienda. Sobre todo si la propuesta es la crema de chocolate con aceite de oliva arbequina del maestro Enric Rovira. Otro momento dulce fue el del miércoles con la presentación del libro Invitació a la felicitat. La portada que ideó el artista Miquel Barceló para su paisano y periodista Andreu Manresa se transformó en galleta. En definitiva, el libro acabó en boca de todos los asistentes.
Alimentaria también ha presentado el supermercado del futuro, con carritos que van sumando el precio de la compra y balanzas inteligentes que no sólo dan los kilos y el precio, sino que informan sobre las propiedades del producto y ofrecen recetas de cocina.
Y en las cocinas se celebró ayer la gran final del concurso Cocinero del Año. Ésta es la segunda edición. Ocho profesionales, todos muy jóvenes, se disputaron el premio con un menú que no debía superar los 13 euros. Tiempo máximo de cocción: cinco horas.
Beatriz Sotelo era la única mujer participante. Copropietaria de un restaurante en A Coruña, Beatriz se confesaba por la mañana muy nerviosa porque no quería defraudar a todas las mujeres que le apoyaban. Junto a ella, su socio y compañero Braulio. Beatriz no defraudó a las mujeres. Ganó. La gallega, de 26 años, logró seducir al jurado con un canelón de faisán con setas de temporada, jugo de asado y trufa; merluza de Celeiro con limón y jugo de pimientos, de plato principal, y almendra, manzana y albariño, de postre.
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