Cuenta, Jiménez Losantos, que tu socio y accionista, el Pocero, es uno de los amigos del Rey al que todos los días pones a parir, ¿o no has visto las fotos en los aviones, los barcos, las fiestas y recepciones? Cuéntalo, Federico, y explica que Zaplana condecoró al Pocero y di quiénes fueron y cómo los que favorecieron al Pocero para levantar el monstruo de Seseña. Y si es cierto que Zaplana veraneaba en su yate Clara, con gasóleo gratis total y con toda su banda de amigotes, los chicos de Altea.
Deja en paz, Federico —y no te olvides de lo del psiquiatra—, a las víctimas del terrorismo, que utilizas de una manera infame en contra del Rey o del alcalde Gallardón, o a las familias que sufren el acoso cultural y político del nacionalismo en Cataluña y el País Vasco, porque todo eso es un truco tuyo para que no te quiten el micrófono de fanático insultador de todo y de todos. Porque ya sabemos que tu campaña contra el Rey es para que, si un día los obispos se cansan de tu impostura de falso patriota, puedas decir que el monarca fue quien te cortó la libertad de expresión, o de agresión.
Cuenta lo del Pocero, Federico, y de paso lo de tus negocios sucios sobre la base del tráfico de influencias con ciertos dirigentes del PP como Zaplana, Acebes y Aguirre, a los que sobas el lomo mientras se lo crujes a otros con el garrote de la COPE, mojado en agua bendita. Cuenta, por ejemplo, cómo y por qué te dio Esperanza Aguirre cuatro licencias de televisión digital en un concurso con un pestilente olor a prevaricación y tráfico de influencias, y quién llamó a los banqueros para los avales millonarios de todas esas concesiones. ¿Acaso fue la propia Aguirre, la liberticida del Diario de la Noche de Germán?, o su compañero de póquer y socio tuyo, el otro talibán, el tal Alberto Recarte, miembro del “Club Liberal o te lincho”? Por cierto, ¿tu psiquiatra es también del Club?
Y, de paso, Federico, diles a los oyentes de la COPE si es cierto que Acebes y Zaplana han hecho otras gestiones en comunidades gobernadas por el PP, Valencia, Murcia, etc., a fin de conseguirte más concesiones de televisión digital (y si estás a la espera de otras licencias de radio a pachas con Pedro J.) ¿Cuántas licencias has trincado, pillín, regaladas por políticos del PP? ¿Cuántos avales? ¿Quién los paga y en qué condiciones? ¿Dónde están las cuentas claras de ese tinglado que huele a tráfico de influencias y pestilente corrupción?
No te empeñes, Federico, ni España se rompe, ni el Estado se derrumba, ni el Rey va a abdicar, por más que registres la historia negra de los borbones, en vez de registrar la de la Conferencia Episcopal, desde la Inquisición, la evangelización americana y cruzada franquista con el Caudillo bajo palio, hasta las negociaciones con ETA en el santuario de Loyola, y puede que en la presencia de algún prelado que ha podido hasta guardar las actas de esta última negociación en el Vaticano, como otros intervinieron en los tiempos de Aznar. De todo esto no dices ni pío, mandril de la mañana.
Cuéntalo todo y deja de hacerte el predicador patriota para forrarte el riñón, o hacer de sicario de Aguirre contra Gallardón, previo cobro de licencias y de otros muchos regalos en publicidad y toda clase de ayudas y gestiones. Y cuéntales a los oyentes de la COPE tu ronda de visitas a los presidentes autonómicos del PP pidiendo licencias y ayudas, mientras blandes ante sus narices el garrote de la COPE, o me das o te doy. Y luego te callas lo de la corrupción del golfo Porto en la Comunidad de Madrid, y denuncias que los gobiernos de este o de aquel partido han favorecido a varios editores, afines al PSOE o al PP, un modelo que has copiado en plan trincón que te hace cómplice de un gran tráfico de influencias políticas, malversación de los fondos públicos, prevaricación y corrupción.
Pero ¿cómo te atreves a dar lecciones a nadie, ni a registrar el pasado de otros, tú que has adorado a Lenin, Stalin y Mao? ¿No te ha dicho ya tu psiquiatra que no mires hacia atrás? Federico, gran mandril —o mandil de mandilón— de la mañana, cuéntanos todo lo del Pocero y lo de Zaplana, y explícales a los que tanto esperan del PP que tú, en verdad, lo que quieres es que se estrelle Rajoy y que Zapatero siga otros cuatro años en el poder. A ver si así hacen a Aguirre, tu protectora, la líder del PP y te sigue forrando el riñón. Explica a los del PP que tú estás en contra de Rato y Gallardón porque sabes que ganarían de calle a Zapatero y que tú juegas al “contra peor España, mejor para mí”. Y no hables de libertad de expresión tú que prendiste fuego —con tu compinche Luis Herrero, otro trincón colocado en Bruselas por Aznar— a la “biblioteca plural” de Antonio Herrero que a su muerte juraste preservar, para llenar los programas de la COPE de fanáticos sin el menor pluralismo o diversidad.
Cuenta lo del Pocero, Federico, y lo de Aguirre, Acebes y Zaplana, y deja de hacer el indio neofascista. Y deja en paz a España, deja de manosear la dignidad de las víctimas del terror o del nacionalismo como pantalla para justificar tu infame sermón y para tapar el zurrón de los ruinosos negocios amparados por ciertos sectores del PP, porque para ti eso de competir en el libre mercado es, seguramente, otra idiotez. Federico, trinconcete, háblanos del Pocero. ¿Cuánto dinero te dio? Y confiesa de una vez que eres un enano infiltrado por Zapatero en el equipo de Rajoy, porque tu discurso venal y neofascista le quita los votos al PP y se los regala al PSOE. Y no te olvides —no dirás que no te lo recordé— de acudir a la cita del psiquiatra porque vas de mal en peor, pero antes cuéntanos lo del Pocero, ¿Cuánta pasta te dio?
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