lunes, marzo 22, 2010

Cómo animar a los niños a comer distintas verduras

El consumo de verduras es muy importante para seguir una dieta saludable ya que son una de las principales fuentes de fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes. Sin embargo, animar a los niños a consumirlas suele ser todo un reto. A continuación, ofrecemos algunas sugerencias para ayudar a los padres.

Muchos padres saben que algunos niños son difíciles y selectivos con la comida. A muchos no les gusta la verdura y pueden convertir la hora de la comida en una auténtica pesadilla. Teniendo en cuenta que las preferencias de alimentación del niño pueden determinar su conducta alimentaria en el futuro, es importante saber que estas preferencias pueden mejorarse.1

Cómo se forman las preferencias alimentarias en los niños

A los niños les gustan de forma innata los sabores dulces y no suelen gustarles los alimentos agrios o amargos.1-3 Pero las preferencias de los bebés también suelen estar influenciadas por lo que come la madre durante el embarazo y la lactancia. En un estudio realizado entre hijos de madres que habían consumido regularmente zumo de zanahorias durante todo el embarazo y la lactancia, se comprobó que estos ponían menos cara de disgusto al ingerir cereales con sabor a zanahoria en comparación con otros sin sabor añadido.4 Es más, las madres percibieron que los niños que habían sido expuestos a las zanahorias antes de su nacimiento preferían los cereales con sabor a zanahoria a los otros. Entre los niños con madres que habían bebido agua durante el embarazo y la lactancia no se apreciaba esta diferencia. Por consiguiente, si una mujer embarazada consume una dieta variada, rica en verduras, su hijo o hija podría apreciar más sabores distintos que un niño únicamente expuesto a un número reducido de alimentos diferentes durante el embarazo y la lactancia.

Las preferencias alimentarias siguen desarrollándose durante la infancia y los padres juegan un papel esencial en el fomento de unos hábitos alimentarios sanos y equilibrados. El ambiente en el que el niño come y se desarrolla está influenciado en gran medida por los padres. Si se crea un ambiente agradable y se van introduciendo nuevos alimentos de forma no coercitiva, es mucho más probable que el niño aprenda a apreciarlos. Además, hay una estrecha relación entre la estimulación por parte de los padres, y el establecimiento de reglas en torno a la conducta alimentaria con el consumo de verduras.5

Niños con neofobia, difíciles y selectivos con la comida

La neofobia es un término que se utiliza para describir la aversión de un niño a probar alimentos nuevos.1-3 A menudo, los padres se esfuerzan para que sus hijos prueben alimentos nuevos y se rinden con demasiada facilidad si el niño no se habitúa a su consumo. Ocasionalmente, los niños pueden reaccionar de forma negativa ante un alimento familiar, es el caso de los niños mal comedores, mientras que los selectivos combinan esta conducta con la neofobia. Este tipo de problemas suele ser más común entre los 2 y los 6 años, disminuyendo en la edad adulta.6

¿Qué pueden hacer los padres para fomentar un entorno positivo en relación con la alimentación?

Los padres desempeñan un papel muy importante a la hora de promover y estimular el consumo de verduras entre los niños presentándoselas repetidamente, dando ejemplo y controlando el entorno alimentario. Cuanto más se presenten nuevos alimentos a un niño, más probable será que los pruebe y se acostumbre a ellos.1 Un niño puede necesitar probar entre 10 y 15 veces un alimento nuevo antes de comenzar a apreciarlo; por ello, si los padres dejan de intentarlo tras unos pocos intentos, en general no lograrán introducir ese nuevo alimento.2 Los padres no deben forzar al niño a consumir grandes cantidades de nuevos alimentos, sino que deben alabarles cuando prueben pequeñas cantidades de uno o dos de ellos. Tras hacer esto durante un tiempo, el niño se familiarizará con las nuevas verduras y tendrá más ganas de comerlas.

Dar ejemplo es un factor importante para motivar a los niños a comer verduras.2,3,7 Si los niños ven que una persona adulta disfruta probando nuevos alimentos es más probable que ellos los pruebe. Además, poner las verduras fácilmente al alcance del niño permite potenciar su consumo.6

Presentar la comida de forma más atractiva, utilizando más colores y formas, puede hacer que los niños tengan una mayor disposición a probar nuevos alimentos.2,3 Por ejemplo, los padres pueden formar caras o dibujos con la comida en el plato y cortar las verduras con formas diferentes. Una opción adicional es servir el alimento crudo o cocinado, siempre que se tenga en cuenta la higiene. Además, implicar a los niños en la preparación de la comida y, cuando sea posible, en el cultivo de verduras en el jardín o en macetas, también puede aumentar su deseo de probar nuevas verduras.3,7

En conclusión

Las preferencias alimentarias de los niños se forjan desde una edad muy temprana y los padres pueden influir positivamente en ellas creando un ambiente organizado en torno a la conducta alimentaria. Presentar a los niños pequeñas cantidades de un alimento nuevo de forma repetida, dar ejemplos de conductas alimentarias saludables, implicar de los niños en el cultivo y preparación de las verduras, además de presentar las comidas de manera atractiva son ejemplos de cómo mejorar el ambiente alimentario infantil.

Referencias:
Benton D. (2004). Role of parents in the determination of the food preferences of children and the development of obesity. International Journal of Obesity 28:858-869.
Wardle J, Cooke LJ, Gibson EL, Sapochnik M, Sheiham A, Lawson M. (2003). Increasing children's acceptance of vegetables; a randomized trial of parent-led exposure. Appetite 40(2):155-162.
Wind M, de Bourdeaudhuij I, te Velde SJ, Sandvik C, Due P, Klepp KI, Brug J. (2006). Correlates of fruit and vegetable consumption among 11-year-old Belgian-Flemish and Dutch schoolchildren. Journal of Nutrition Education and Behavior 38(4):211-221.
Mennella JA, Jagnow CP, Beauchamp GK. (2001). Prenatal and postnatal flavor learning by human infants. Pediatrics 107(6):E88.
Pearson N, Biddle SJH, Gorely T. (2009). Family correlates of fruit and vegetable consumption in children and adolescents: a systematic review. Public Health Nutrition 12:267-283.
Dovey TM, Staples PA, Gibson EL, Halford JCG (2008) Food neophobia and ‘picky/fussy’ eating in children: A review. Appetite 50:181-193.
Heim S, Strang J, Ireland M. (2009). A garden pilot project enhances fruit and vegetable consumption among children. Journal of the American Dietetic Association 109(7):1220-1226.
FOOD TODAY 03/2010

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