La modernidad tardía en la que vivimos nos obliga a reestablecer de modo urgente cualquier desvío o alteración de la conducta o del estado de ánimo de un sujeto. La violencia y los trastornos de ansiedad ganan terreno entre los más débiles de nuestra población: los niños. Debemos reintegrarlos, a cualquier costo, al circuito productivo: proceso escolar o laboral, según la edad. Se trata de una carrera contra el tiempo. Pero lamentablemente en esta desenfrenada carrera se pierde algo irrecuperable: la subjetividad, el deseo. Estamos en la era de la medicalizaciòn de los niños y de la formulación de diagnósticos fenomenológicos. Y ya no quedan dudas de que se trata de una ideología de control social que privilegia la productividad económica. Esta “nueva” mirada sobre el sujeto trata de sumar signos y síntomas “observables” que luego permitan definir un trastorno de la conducta. Esta modalidad tipifica a los sujetos por lo que muestran en su conducta, no por lo que les pasa verdaderamente. La modernidad de estas clasificaciones estigmatiza y neutraliza el curso de los acontecimientos. Posterga la resolución de la problemática infantil anestesiando su manifestación, hasta nuevo aviso. Generalmente la reaparición de dichas problemáticas irresueltas suele ser más virulenta. Sobre todo cuando intentaron resolverse de modo urgente o con paliativos farmacológicos, que no son más que una especie de ortopedia transitoria. La problemática de un niño no es un fenómeno, sino un hecho que pertenece a una trayectoria en la que están involucrados todos los personajes de su entorno y su propia subjetividad. Medicar cuando no se lo requiere, o condicionar con métodos “terapéuticos” de reeducaciòn, la conducta de un niño, es postergar y cronificar dicha problemática.
Fernando Osorio es escritor y psicoanalista (UBA), con formación en el área de Psicología Forense y Criminología. Se desempeñó (1992/2000) como coordinador del Equipo Interdisciplinario del "Programa de Rehabilitación Psicosocial Infantil-juvenil para Menores en Conflicto con la Ley Penal" (Consejo Nacional del Menor y la Familia). Realizó estudios de posgrado en la Facultad de Derecho (UBA) y en la Facultad de Psicología (UBA). Es autor de "Violencia en las escuelas. Un análisis desde la subjetividad", noveduc, Buenos Aires-México, 2006.
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