Mario Molina habló en una conferencia sobre calentamiento global en México, sobre las consecuencias globales del fenómeno.
El Nobel mexicano, distinguido en 1995 por sus investigaciones sobre el Calentamiento Global, pronunció hoy en Bilbao una lección magistral sobre la influencia de la actividad humana en el denominado «efecto invernadero», con motivo de una conferencia internacional sobre el Cambio Climático.
Ante más de 500 colegas científicos que asisten a la conferencia, Molina afirmó con ironía que «hemos entrado en el antropoceno», una era geológica, la más reciente, en la que la actividad del hombre preside el orden terrestre y condiciona cambios y extinciones.
La Conferencia Internacional sobre Cambio Climático, impulsada por el Gobierno vasco e inaugurada hoy por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, pretende ayudar desde el País Vasco al objetivo de los científicos de diseñar estrategias para frenar el deterioro ambiental.
Mario Molina expuso algunos hechos constatados, como que 2005 fue el año más caluroso del último milenio, el incremento en las mediciones de CO2 (dióxido de carbono) y el aumento de los periodos de sequía y las inundaciones, para afirmar que «el cambio es global».
«No importa dónde se libera un gas contaminante, porque afectará a todo el planeta», señaló el científico, que imparte clases en la Universidad de San Diego, en California, y preside un centro de investigaciones medioambientales en México.
Según sus cálculos, un gas emitido en un punto de Europa tarda aproximadamente un mes y medio en difundirse por todo el hemisferio norte. En poco más de un año, se habrá esparcido por ambos hemisferios y afectará por tanto a todos los habitantes de la Tierra.
Entre los numerosos datos que aportó, suyos y de otros científicos, Molina puso el acento en las proporciones actuales de CO2 en la atmósfera, de unas 400 partes por millón en volumen de aire, y calculó que en 2099, si no se hace nada para impedirlo, la proporción será de 650 partes por millón.
«Aunque no existen certidumbres de nada, la comunidad científica sí entiende que hay cambio climático», dijo el científico, para quien la atmósfera de la Tierra es una frágil y delgada capa, cuyo tamaño y forma describió con el símil de la piel de una manzana.
«No hay certidumbres, pero la probabilidad de que la temperatura aumente 4 ó 5 grados para finales de siglo es del 90 por ciento y la sociedad debe decidir lo que hace, porque, según los casos, puede suponer hasta un aumento de un 10 por ciento en las temperaturas actuales», manifestó.
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