martes, enero 13, 2009
Paciencia y suero salino para tratar el resfriado
29 de Septiembre de 2008.- El resfriado común o catarro de las vías respiratorias altas es una de las enfermedades más frecuentes y por ello una causa habitual de consulta pediátrica durante los meses fríos del año. Generalmente se trata de una infección vírica que cursa con fiebre, tos, mucosidad nasal habitualmente acuosa y a veces decaimiento, cuya duración es autolimitada, desapareciendo los síntomas catarrales en menos de una semana.
A pesar de ser una enfermedad común y leve, muchos niños reciben tratamiento con medicamentos para fluidificar el moco, disminuir la tos, o antibiótiocs para combatir la fiebre. Aunque existe en el mercado diferentes fluidificantes del moco, el más efectivo es el agua. Una buena hidratación fluidifica el moco mientras que una escasa hidratación deshidrata las secreciones mucosas, espesándolas. El moco nasal se combate con lavados de nariz con suero salino fisiológico que consiste en agua con sal al 0,9%.
La fiebre cuando no es muy elevada es útil para combatir a los virus, temperaturas alrededor de 38ºC son bien toleradas por los niños. El mejor tratamiento para la fiebre es ofrecer agua frecuentemente y quitar ropa para que el cuerpo, más caliente que la temperatura ambiente que le rodea, radie calor al exterior, o paños frescos en la frente, axilas e ingles, cambiándolos frecuentemente porque se calientan.
La administración de paracetamol o ibuprofeno dosificados según el peso, no según la edad del niño, son alternativas recomendables cuando las medidas físicas no son suficientes. No hay que empeñarse en mantener la temperatura por debajo de 37ºC, mejor es alrededor de 38ºC.
Los descongestionantes nasales nunca o casi nunca están indicados porque producen una falsa mejoría con efecto rebote (empeoramiento posterior), además producen hábito y tienen efectos secundarios.
Los medicamentos para suprimir la tos tampoco deben utilizarse porque gracias a ella se limpian las vías respiratorias. Suprimirla en estos casos es perjudicial porque la mucosidad nasal o del resto de las vías respiratorias puede bajar al pulmón al no ser expulsadas por el reflejo de la tos. La administración de una cucharada de miel sola, o con limón o naranja, seda la tos tanto como los medicamentos, también la colocación en la mesilla de noche de una cebolla abierta por la mitad.
Los antibióticos rarísimamente están indicados al tratarse de infecciones víricas; al contrario, son perjudiciales porque no sólo no curan este resfriado, pueden dificultar la curación de futuras infecciones no virales.
El mejor tratamiento del catarro respiratorio alto o resfriado común es la paciencia y el lavado de las fosas nasales con agua con sal (suero salino).
Un estudio publicado recientemente por Ivo Slapak I y colaboradores en 'Archives of Otolaryngology Head Neck Surgery', ha demostrado que el tratamiento anteriormente recomendado, lavados de nariz con suero salino (agua y sal), es mejor que el tratamiento con fármacos fluidificantes del moco, antitusígenos o antibióticos. Esto además de eficaz es barato y no tiene efectos secundarios.
Juan Casado es jefe de Servicio del Hospital Infantil del Niño Jesús y profesor de pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid.
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