Esta característica se relaciona con mayor calidad biológica y reproductiva
MADRID.- La simetría de las caras y el dimorfismo son una fuente de atracción en todas las culturas humanas e incluso entre otras especies de primates.
Científicos de las universidades de Aberdeen y Stirling, ambas en el Reino Unido, han concluido que ambas características están relacionadas con la calidad genética o reproductiva de los individuos, pero se presentan de forma visual para facilitar la elección de pareja.
Para llegar a este resultado, los investigadores analizaron los rostros de 177 europeos y 318 europeas menores de 30 años; de 136 miembros de la etnia tanzana hazda (de cazadores-recolectores) de ambos sexos; y de 216 macacos, también machos y hembras.
En todos los casos, realizaron un análisis de su simetría, tomando diferentes medidas de sus rostros, como la distancia entre los ojos, la proporcionalidad de la barbilla o la anchura de la nariz.
A continuación, eligieron a 50 estudiantes universitarios y les mostraron las imágenes para que eligieran las que les resultaban más atractivas. En toda la muestra resultó que los varones simétricos eran los que se consideraba que tenían los rasgos más masculinos, mientras que las hembras simétricas resultaban más femeninas.
«Debe haber un mecanismo biológico que relaciona ambos rasgos durante el desarrollo», ha señalado Anthony C. Little, uno de los coatores del trabajo que publica hoy la revista PLoS ONE.
De hecho, en su estudio señalan que la simetría en hombres y mujeres está relacionada con la buena salud, dado que sugiere una mejor adaptación evolutiva.
En el caso de los varones, las mandíbulas grandes y las mejillas más prominentes son señas de identidad de la masculinidad y se asocia a mayores niveles de testosterona; por el contrario, en las mujeres los rostros femeninos se relacionan con mayores niveles de estrógenos.
En el caso de la testosterona, según apuntan los científicos ingleses, se trata de una hormona que también actúa como un inmunorepresor, lo que favorecería una mayor resistencia a los parásitos, entre otros males.
Algunos de los autores de estudio también participaron en otro, publicado recientemente en 'Evolution and Human Behavior', según el cual la promiscuidad se puede leer en los rostros de las personas, es decir, de un vistazo se puede saber si a alguien le gustan las relaciones sexuales esporádicas y rápidas o precisan un periodo de flirteo.
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