El equipo de biólogos y veterinarios del Centro de Estudio de Rapaces Ibéricas (CERI) de Sevilleja de la Jara (Toledo) ha logrado, por primera vez en la historia del centro, que un polluelo huérfano de búho real sea adoptado por otra rapaz de su misma especie.
EFE "Nadal", el polluelo que fue bautizado con ese nombre en referencia al tenista Rafa Nadal "por ser el primero" que ingresaba en el centro toledano en 2009, ha logrado también ser "el número uno" en una nueva clasificación, puesto que se trata de la primera cría que ha sido adoptada por otra ave en el CERI.
El pasado 1 de abril, veterinarios del centro de estudios sustituyeron dos huevos fecundados de una hembra de búho real que se encontraba en uno de los voladeros del CERI por un huevo inmaduro (no fecundado) y por "Nadal", el pequeño que fue trasladado al centro de Sevilleja el pasado 20 de marzo, después de que fuera encontrado por un particular tras caerse de su nido.
Los dos huevos originales de la hembra fueron depositados en una incubadora y allí se encuentran a la espera de que el búho adoptante "saque adelante a este polluelo (Nadal) y cuando nazcan los otros, que los saque también" por lo que "se los meteremos poco a poco", afirma esperanzada la bióloga del CERI Pilar Cervera.
Tan sólo diez días después de realizar el experimento, el polluelo ha ganado peso (más de 600 gramos) y se alimenta gracias a su madre adoptiva, quien caza perdices, ratas y codornices para alimentar a su pequeño y bufa a todo aquel que osa a acercarse a su cría.
"Era un riesgo porque podría haberlo rechazado y haber dejado que otros le mataran", explica la veterinaria Amalia García.
El experimento, que ya se ha llevado a cabo con anterioridad en otros centros de recuperación de fauna silvestre en España, supone la posibilidad de emplear ejemplares "irrecuperables" como la hembra de búho real que adoptó a "Nadal" como "madres nodrizas" o adoptantes de crías huérfanas.
De esta forma, el polluelo podrá ser reinsertado de forma satisfactoria en el medio natural, puesto que el contacto directo con seres de su misma especie impedirá que se "troquele", es decir, que se identifique a sí mismo como si fuera humano y, por consiguiente, evitará que pase a ser considerado como un ejemplar "irrecuperable".
La "nueva nodriza" del CERI ingresó en el centro hace aproximadamente diez años, después de que fuera decomisada por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) de una vivienda en la que vivía como si se tratara de un animal doméstico.
Se trata de un animal que, al haber convivido durante un largo periodo de tiempo con humanos, no tiene comportamientos intrínsecos a su especie, por lo que se entiende que no podría valerse por sí misma en el medio natural.
No obstante, el marcado instinto maternal de esta rapaz nocturna evitará que "Nadal" se troquele y posibilitará con ello que el polluelo pueda empezar a cazar presas vivas en un plazo de aproximadamente dos meses y pase a otro voladero en que pueda empezar a muscularse y preparar, así, su vuelta al medio natural.
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