sábado, abril 11, 2009
Contradicciones sexuales árabes
MÓNICA G. PRIETO desde Beirut
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/04/10/orienteproximo/1239385822.html
11 de abril de 2009.- El cineasta tunecino Nasser Khemir suele recordar que en árabe existen no menos de 60 palabras para referirse al amor, "como los esquimales tienen 60 para referirse a la nieve". La tradición islámica califica de mártir a quien muere por amor y el Islam glorifica el sexo dentro del matrimonio como un derecho y un deber sagrados. Entonces, ¿por qué el cliché occidental que hace pensar que los musulmanes son puritanos y consideran el sexo como algo pecaminoso, desprendido de tantas encuestas europeas?
En Egipto, los grupos en defensa de los Derechos Humanos denuncian en estos días la sentencia que la Corte Criminal de Agouza ha dictaminado contra una pareja egipcia. Tolba Abdel Hafez, funcionario de 48 años, y su esposa Salwa Hegazi, una maestra de 37, han sido condenados a siete y cinco años de prisión respectivamente por mantener sexo con otras parejas de forma consentida.
El matrimonio fue detenido en octubre del año pasado. La policía había dado con un anuncio que Abdel Hafez puso en Internet, solicitando parejas liberales interesadas en intercambios sexuales, y comenzó a rastrear sus e-mails personales para dar con los contactados.
Al margen de la violación al derecho a la privacidad en la que incurrieron las fuerzas de Seguridad –desgraciadamente algo habitual en Egipto-, la legislación local, cuya fuente es la Ley Islámica, considera ilegal el sexo extraconyugal e incluso lo tipifica como un tipo de prostitución, aunque no haya dinero mediante.
De ahí que las penas hayan sido tan severas contra todo pronóstico, dado que según informaba la prensa egipcia tras la detención, la pareja se enfrentaba a tres años de cárcel como máximo.
El juez de Agouza ha resultado ser especialmente puritano, dado que ha descrito el delito como "uno de los peores que se pueden cometer desde el punto de vista religioso. Ofrecer a tu esposa, a la madre de tus hijos, a otro hombre sólo puede hacerlo un enfermo. Ni los animales lo hacen", se puede leer en la transcripción de la sentencia.
El matrimonio condenado ha insistido en que sólo buscaba diversión y ha recurrido el veredicto, ya que según su abogado defensor, Ayman al Saadi, "ni siquiera los acusados de apostasía reciben condenas tan duras". La sociedad conservadora egipcia ha seguido entre morbosa y escandalizada el desarrollo del caso, lo cual lleva a interrogarse sobre la involución de los árabes en lo que al sexo se refiere pese al aperturismo de su religión –digan sus jueces o líderes lo que digan- en esta materia.
El sexo, según el Islam
Según el Islam la sexualidad es un acto de fe y el placer, un derecho absoluto. La religión islámica reprueba el celibato –a diferencia de la cristiana- y anima la excitación de la pareja previa al coito, siempre en el contexto del matrimonio, alentando así los juegos sexuales. La siguiente frase se le atribuye al Profeta Mahoma: "Es bueno que el creyente juegue con su esposa antes de mantener relaciones para aumentar el deseo y que ella obtenga tanto placer como él".
Sin embargo, la interpretación patriarcal del Islam ejercida por parte de regímenes y líderes religiosos ha transformando, con el transcurso del tiempo, al sexo en una suerte de pecado, convirtiéndolo en una de las grandes contradicciones de las sociedades islámicas.
Hubo un tiempo en que la sexualidad era enseñada en las mezquitas y en que los manuales sobre sexo, a veces incluidos en tratados científicos o médicos, eran habituales. Entonces la literatura contaba con numerosos títulos que se podrían calificar de eróticos –desde 'El Jardín Enamorado', del sirio Shamseddine Ibn Qayim al Jawziya, hasta 'El Jardín Perfumado' del tunecino Mohamed al Nafzawi, pasando por los consejos de Ahmed Yusef Tifachi, los 'Cuentos de las Mil y Una Noches' o los versos del poeta iraquí Abu Nuwas- mientras que hoy las obras escritas por árabes sobre la materia suelen ser proscritas.
Como explica la poetisa y periodista Joumana Haddad, directora de la revista 'Jasad' –la primera publicación árabe dedicada al cuerpo humano y en cierta forma al sexo, con especiales sobre la homosexualidad o el pene- "el simple derecho a hablar abiertamente sobre sexo es una lucha en Oriente Próximo". "Es una de las grandes esquizofrenias de nuestra sociedad: se acepta el sexo como lo más normal del mundo pero se impide que una joven salga a cenar con un amigo", incide.
Hoy, a Joumana Haddad se le tilda de 'puta' en algunos círculos y tiene que soportar amenazas de muerte que le han llevado a dejar de utilizar su propio vehículo (en el Líbano, su país, son trístemente comunes los coches-bomba) confirmando el retroceso social en materia sexual. Pero, ojo, el hecho de que no se hable de ello con la naturalidad europea no implica que no sea así de natural. Solo que se hace a escondidas.
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