La escritora y militante ecologista dialogará con Eduardo Romero este viernes en Cenera, Mieres, dentro de los actos del festival FIASCO. Por Diego Díaz Alonso 10 octubre 2024
El planeta ha llegado a su límite y el decrecimiento ya no es una opción, se ha convertido en una necesidad. La duda es si esta transición tendrá lugar de un modo justo y ordenado, o desigual y caótico, primando el “sálvese quien pueda” sobre lo que debería ser el reparto equitativo en el acceso a la energía, los bienes, servicios y recursos para llevar una vida digna. Esa es la tesis en la que trabaja en la actualidad Yayo Herrero (Madrid, 1965), ingeniera agrícola, antropóloga, educadora, militante ecologista, ex coordinadora de Ecologistas en Acción y autora de un buen número de ensayos, el último de ellos “Toma de tierra”, publicado el pasado año por Caniche.
Para Herrero, que este viernes habla en Cenera, Mieres, en el marco del festival FIASCO, hace falta sincronizar las agendas del movimiento ecologista y del movimiento obrero, porque “economía y ecología son inseparables y la lucha de clases está en el corazón de la transición ecosocial”. La transición es inevitable, pero puede beneficiar a los de siempre, o hacerse de un modo que permita ampliar derechos y profundizar en la democratización de la economía y la sociedad.
La activista y pensadora desconfía de políticas verdes pensadas y desarrolladas desde “las lógicas de un capitalismo verde absolutamente injusto, que se preocupa por la reducción de emisiones, pero no porque la gente trabajadora pueda encender la calefacción en invierno”
“La lucha de clases está en el corazón de la transición ecosocial”
Frente a un “ecologismo pijo”, “totalmente separado de la agenda social”, que ofrece productos bio y coches eléctricos sólo para quienes se los puedan permitir, Herrero aboga por construir un ecologismo popular que se preocupe por lograr alimentación saludable y transporte público de calidad para toda la sociedad.
Herrero asume que esa transición ecológica injusta es hoy, con la actual correlación de fuerzas, la que tiene más posibilidades de triunfar. Para desviar ese curso de la historia considera imprescindible “generar un movimiento por el cambio y una masa crítica que empuje en la otra dirección”.
En opinión de la ex coordinadora de Ecologistas en Acción, esta lucha no se puede hacer sólo desde el ecologismo: “necesitamos que estén también el feminismo y los sindicatos, porque todos los movimientos sociales están de algún modo implicados en la transición ecosocial”. La incorporación de nuevas generaciones al movimiento ecologista, los sindicatos de inquilinos o los movimientos contra la turistificación de ciudades y pueblos son en opinión de la antropóloga destellos de esperanza en un momento de “mucha desconfianza, no sólo frente a la política, sino incluso hacia el otro, hacia el vecino”.
Con respecto a los sindicatos Herrero considera fundamental su participación en el diseño de una transición ecosocial que debería abordar temas como la jornada laboral y la revalorización del trabajo de cuidados. La autora de “Toma de tierra” señala que la labor de las organizaciones de clase es “proteger personas, no proteger sectores”. Es decir, si el sector del automóvil se contrae porque la movilidad cambia y se hace más sostenible, la labor de los sindicatos no debería ser luchar por seguir produciendo el mismo número de coches, sino por generar nuevos puestos de empleo en la industria del transporte público.
“La ultraderecha está sabiendo captar mejor que las izquierdas el clima de incertidumbre permanente que se ha instalando en la sociedad”
¿Cuál es la alternativa si fracasa esa transición ecosocial? “Una ultraderecha que está sabiendo captar mejor que las izquierdas el clima de ansiedad, malestar e incertidumbre permanente que se ha instalando en la sociedad”. “El repunte del racismo y la xenofobia son parte de la respuesta distópica de la ultraderecha a la crisis ecosocial. El discurso de las extremas derechas es cada vez hablar más de poblaciones sobrantes“.
La situación de “desgarro interno” de la izquierda surgida del anterior ciclo político, y el reflujo de los movimientos sociales preocupan a Herrero, una figura bastante “ecuménica” y respetada por todas las corrientes: “No formo parte de ningún partido, creo que los movimientos sociales son fundamentales, pero me preocupa mucho quien gobierna las instituciones”.
“Los nuevos partidos han quedado reducido a una especie de permanente operación de marketing. Hay mucho trabajo en redes, pero muy poca organización por abajo. Si al menos funcionara electoralmente… pero es que tampoco está funcionando como se prometía. Ahora mismo veo al PSOE fortaleciéndose a costa del espacio del Sumar y de Podemos”
Para Herrero las izquierdas no pueden renunciar a las ideas transformadoras y a los movimientos populares para impulsarlas: “Desde la batalla cultural podemos quebrar a una derecha que está girando todavía más a la derecha. Haciendo algo parecido a lo que pasó con Thatcher en los 80”.
¿Nuevo Frente Popular para recomponer la izquierda? “Me conformaría con un pacto de no agresión y articularse en torno a unos principios mínimos. Tampoco creo que sea necesario mucho más” explica Yayo, que en la actualidad compagina su histórica militancia en Ecologistas con la presidencia del Foro Transiciones, un think tank que acaba de terminar el informe “Transición ecosocial justa. Del desánimo a la esperanza activa”.
Vecina en la actualidad del Valle de Cuabérniga , en Cantabria, dialogará este viernes en Cenera con el escritor y militante Eduardo Romero. Será a las 19:30h dentro del festival FIASCO, este año dedicado al mundo y la cultura rural.
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