

http://s3.amazonaws.com/lcp/puntumarea/myfiles/1a-1.jpg
un torbellino de ideas en una historia contemporánea del caos
Me fascinan las ilusiones ópticas. Y como deduzco que a la mayoría de vosotros también, ahí va, en caliente y todavía encandilado, una que no había visto antes y acaba de publicar la revista SEED Magazine .
Mirad fijamente al punto rojo durante unos segundos, hasta que ocurra algo:
No es impresionante?
Of course no os voy a desvelar qué ha ocurrido… Si alguien no lo ha visto, que repita la acción. Tened un poco de paciencia, el efecto no es inmediato.
Como pista, sólo decir que cuando nos obcecamos mucho en algo, en ocasiones dejamos de ver aquello que está a su alrededor.
Sé lo que estáis pensando! Parece que esto ocurra en otros rincones del cerebro además del cortex visual… ;)
Todo el cielo nocturno, tal y como se ve a simple vista, sin telescopios, desde los que para muchos son los mejores lugares de observación del mundo, se recoge en una única imagen panorámica nueva, en la que destaca nuestra galaxia, la Vía Láctea. La imagen, de la que se ha hecho público hoy un tercio, es un proyecto del Observatorio Europeo Austral (ESO) en el año Internacional de la Astronomía 2009, con el que pretende acerca el cielo que todos pueden ver y el cielo que estudian los astrónomos en el universo único. La segunda entrega (otro tercio) de la panorámica se hará pública la semana próxima.
El proyecto completo, que se denominaGigaGalaxy Zoom, será una foto panorámica compuesta -del cielo del hemisferio Sur y del hemisferio Norte- de 800 millones de pixeles, a la que se puede accede por internet. Un softwareespecífico permite ir profundizando en la imagen y apreciar, por ejemplo, nebulosas multicolores y restos de explosiones estelares. La imagen se presenta como si el espectador observara esta galaxia espiral desde fuera, con el plano de la Vía Láctea atravesando el panorama, de manera que se aprecia el disco, con los conjuntos variados de estrellas, y el núcleo central, así como galaxias satélite próximas.
El trabajo fotográfico ha corrido a cargo del astrofotógrafo y escritor francés Serge Brunier y su colega Frédéric Tapissier, en colaboración con el ESO, bajo Henri Boffin como director del proyecto. "Quería mostrar el cielo con el que todo el mundo se puede identificar, con sus constelaciones, sus miles de estrellas, sus nombres familiares desde la infancia y sus mitos compartidos por todas las civilizaciones desde que el Homo se hizosapiens", comenta Brunier en un comunicado del ESO.
Para tomas las fotografías del GigaGalaxy Zoom, Brunier ha pasado varias semanas en los observatorios europeos en Chile (Paranal y La Silla) entre agosto de 2008 y febrero de 2009. Además ha trabajado una semana en el observatorio de la Palma (Islas Canarias) para fotografiar el cielo del hemisferio Norte. El resultado es la panorámica compuesta por casi 300 campos, que el fotógrafo ha captado individualmente al menos cuatro veces, y unas 1.200 fotos amplias del cielo nocturno.
El ESO informa que Brunier ha utilizado para su trabajo una cámara Nikon D3 digital, con un dispositivo de alta precisión para mantener el seguimiento de cada campo estrellas a medida que el cielo aparentemente se desplaza debido a la rotación terrestre. Del proceso de datos se ha ocupado Tapissier, que ha dedicado 340 horas de computación en un potente PC para completar el trabajo.
Pedro Cáceres | Madrid DIVULGACIÓN | Proyecto 'Wild Wonders of Europe'
¿Queda algo salvaje en Europa? La primera impresión es que, en un territorio tan trabajado por la historia, pocos rincones silvestres pueden encontrarse. Sin embargo, entre ciudades, carreteras y campos de labor hay más de lo que imaginamos.
Eso es lo que han querido demostrar algunos de los mejores fotógrafos de naturaleza europeos, que se han embarcado más de un año en el reto de retratar los rincones mejor conservados del continente.
El resultado es un monumental despliegue de imágenes, compuesto por más de 150.000 fotografías que en breve serán mostradas al público a través de distintos soportes.
El proyecto se llama Wild Wonders of Europe y acaba de llegar ahora al final de su fase de trabajo de campo, tras acabar la última de las expediciones. Durante los últimos 14 meses ha habido 67 fotógrafos recorriendo Europa. Han visitado 118 localizaciones en 48 países, intentando completar un retrato colectivo de la naturaleza europea.
El proyecto es «una primicia mundial», explica Florian Moellers, director de comunicación de Wild Wonders. «Tenemos la colección más completa de las joyas naturales europeas que se haya realizado nunca. Enfrentándose al frío extremo, al calor y a escenarios de todo tipo el equipo ha creado una colección que quita el aliento y que muestra una cara de Europa que muchas veces no es bien conocida, con paisajes realmente salvajes y las especies más carismáticas».
El proyecto nace de la iniciativa privada. No hay una institución ni una organización detrás de la idea inicial, sino que esta surgió de fotógrafos de diversos países, que después lograron el apoyo de diversos socios, empresas e instituciones que actúan como patrocinadores.
En un ambiente especializado como la fotografía de naturaleza, muchos de los autores se conocen entre sí y comparten inquietudes. Así surgió Wild Wonders, con el afán divulgativo y la conservación de la naturaleza como objetivo. Según Moellers, lo que les mueve es mostrar que, pese a la creciente presión sobre los recursos, aún quedan maravillas naturales en Europa y hacer ver que algunas especies y ecosistemas están incluso mejorando gracias a los esfuerzos de conservación.
«El principal mensaje que queremos lanzar», afirma Moellers, es «que podemos todavía disfrutar de lugares y de especies salvajes, y que tenemos que protegerlas». «Sí, juntos podemos; la conservación de la naturaleza funciona», añade.
¿Cómo lo han intentado probar? Recorriendo todos los ecosistemas europeos. Y con una particularidad añadida al trabajo: que nadie diera nada por supuesto. Por eso, una de las condiciones era que ningún fotógrafo trabajara en su propio país. Se trataba de que «cada uno viera las cosas con ojos nuevos», explica Juan Carlos Muñoz, uno de los cuatro españoles enrolados entre los 67 participantes. El equipo hispano lo completaban José B. Ruiz, Iñaki Relanzón y Diego López, todos de sobra conocidos de la divulgación de la naturaleza. En esa dinámica de buscar lo desconocido, a Juan Carlos Muñoz, le correspondieron dos destinos en las islas británicas. Uno de ellos le llevó a Gales tras el milano real. «Hay sitios con condiciones especialmente buenas para ciertas especies. El milano real, por ejemplo, se puede avistar en España, pero en esa zona de Gales se concentran muchos ejemplares», explica.
«Personalmente, acabé muy satisfecho con las imágenes que pude tomar allí, pero lo que más me llamó la atención es que esa presencia de milanos es fruto de los esfuerzos de algunas personas de aquella comarca, que han puesto en marcha desde hace años diversas medidas de apoyo a la especie, que han dado sus frutos», añade.
Muñoz también ayuda a entender cómo es el trabajo de los fotógrafos de naturaleza. ¿Se trata sólo de documentar la fauna o también es una cuestión estética? «Hay una gran parte de arte», responde, «y también se da una evolución en el trabajo. En mi caso, por ejemplo, empecé queriendo documentar, pillar al animal, atraparlo en la foto. Después, vas evolucionando hacia objetivos estéticos y empleando recursos técnicos para buscar la belleza. Es una fusión de todo, de arte y de naturaleza».
Jose Manuel Sobrino – Professor de Direito Internacional Público. Espanha
Anuario da Facultade de Dereito da Universidade da Coruña, ISSN 1138-039X, Nº 12, 2008 , pags. 883-904