




un torbellino de ideas en una historia contemporánea del caos
Julio Llamazares lamenta los bulos respecto a Irak y el 11-M
El escritor Julio Llamazares lamenta que la mentira política no muriera con la dictadura y que continúe vigente en nuestra democracia, como se pone de manifiesto cuando hay quien falsea la realidad doblemente al hablar primero de la colaboración de ETA en el 11-M y después al negar haberlo mantenido, o con los bulos para justificar la invasión de Irak hablando de armas de destrucción masiva.
El escritor Julio Llamazares alaba en El País, en el artículo Descripción de la mentira, el libro del mismo título de Antonio Gamoneda, publicado en 1977. Cuando apareció entonces el libro del hoy premio Cervantes, Llamazares señala que él y otras personas de su generación identificaron de forma un poco simplista e ingenua “la mentira del título con la que este país había vivido durante años” y tomándolo “no como la visión del mundo, sino el epitafio de una época concreta”.
“Un país sin verdad”
Sin embargo, concluye con pesimismo que aunque el país ha cambiado, siguen vigentes los versos en los que Gamoneda denunciaba en aquel 1977: “Los que sabían gemir fueron amordazados por los que resistían la verdad, pero la verdad conducía a la traición/ Algunos aprendieron a viajar con su mordaza y éstos fueron más hábiles y adivinaron un país donde la traición no es necesaria: un país sin verdad”.
Mentiras agrandadas
Como ejemplo, señala las mentiras actuales de los políticos las difundidas a propósito de los motivos para la invasión de Irak o “como ahora hacen quienes nos niegan que durante varios años han sostenido, incluso contra las pruebas, que los autores de la matanza del 11-M la ejecutaron en coloración con ETA. Doble mentira que ofende aún más, por cuanto la primera se agranda con la segunda, como ocurre con esos errores que se pretenden subsanar con otros”.
Los que aprendieron a mentir entonces
El escritor se lamenta de que aquí descubrir falsedades no conlleva ni dimisiones ni peticiones de perdón de los autores de las mismas, ya que “la mentira aquí no tiene el rechazo que en otras partes, porque en la patria de la picaresca no está mal visto –al revés- engañar al oponente, siempre y cuando se haga con gran cinismo, porque la mentira, en fin, forma parte de nuestra idiosincrasia, especialmente de la de aquellos que aprendieron a mentir en los tenebrosos años” a los que alude Gamoneda.
SARA VELERT - Valencia - 25/05/2007
La decisión de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, de anular el trasvase del Ebro, obra estrella del Plan Hidrológico Nacional (PHN), desencadenó una auténtica tormenta y las relaciones con el Consell no han dejado de empeorar. Murcia y la Comunidad Valenciana, al contrario que Cataluña y Andalucía, rechazaron desde el principio la alternativa del Programa Agua, que para los valencianos promete en menor plazo que el trasvase 460 hectómetros cúbicos frente a los 350 del Ebro con obras de racionalización, reutilización y la desalación, denostada por el PP.
La ofensiva de Francisco Camps por mantener viva la reivindicación del trasvase del Ebro ha combinado presión política con apoyo económico. El Consell ha destinado 700.000 euros de los contribuyentes a sufragar la defensa jurídica de los afectados por la derogación, y un millón anual en los últimos dos ejercicios a la Fundación Agua y Progreso, cuyos congresos ensalzan el trasvase. Consell y PP no han perdido ocasión en agitar la bandera trasvasista. En los tribunales esperan, además, los recursos contra los nuevos estatutos de autonomía de Aragón y Cataluña, que rechazan la obra, y se anuncia otro en cuanto se apruebe el de Castilla-La Mancha, que pretende poner fecha de caducidad al trasvase Tajo-Segura. La defensa de esta transferencia y de la del Ebro ha llenado la agenda de Camps de encuentros con su homólogo murciano, Ramón Luis Valcárcel, para espolear el conflicto. La tensión se redobló cuando el Gobierno cambió el trazado del trasvase al Vinalopó con el respaldo de los regantes del Júcar y un importante movimiento social. El PP levantó ampollas al apoyar con una manifestación a los agricultores de Alicante frente a los de Valencia. Adjudicada la obra, que dará agua al campo alicantino, Camps y la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, su fiel aliado, intentaron sin éxito resucitar una queja ante la Unión Europea, que ha aumentado su ayuda a 120 millones de euros. Tampoco ha resistido a la realidad el fantasma de la pérdida de la aportación europea a proyectos hídricos. El trasvase del Ebro nunca obtuvo dinero de Bruselas, el Programa Agua sí.
Camps insiste en el agua del Ebro al tiempo que proclama que "la Comunidad Valenciana lidera la depuración y reutilización en España". Las cifras revelan que la capacidad de generar recursos alternativos no está agotada: se depuran 500 hectómetros cúbicos de aguas residuales y aunque sólo se reutilizan 175, ya suponen la mitad del trasvase. La cifra de 350 hectómetros se alcanzará en 2010. La modernización de regadíos añade importantes ahorros. Con las actuaciones del Gobierno y la Generalitat casi se gana otro trasvase.
La Generalitat ha asignado a obras de depuración y reutilización 615 millones de euros y prevé que el Plan de Infraestructuras Estratégicas gaste otros 1.000. El Gobierno ha pisado el acelerador tras heredar un PHN en mantillas que asume en parte el Programa Agua, y si bien la adjudicación de proyectos ha consumido tiempo, empieza a ver los frutos con actuaciones como la depuradora de Albufera Sur o la reparación del embalse de Arenós. En un año, prevé tener listas obras para aportar 145 hectómetros cúbicos. El aumento de la inversión es sustancial: el ministerio ha comprometido 509,4 millones de euros en tres años, frente a los 176 de los tres precedentes, con Gobierno popular. Acuamed estima alcanzar los 2.000 millones de euros para obtener 460 hectómetros cúbicos, de los que 160 se ganarán con seis desaladoras en los próximos años. El Consell las ha bautizado como "nucleares del mar" y ha emprendido una cruzada para detenerlas. El caso más rocambolesco es el de la planta de Torrevieja. La Unión Europea, que la apoya con fondos, acaba de rechazar la queja del Consell por infundada.
Donde no parece faltar agua es en la industria del ladrillo. La Generalitat aprueba un plan urbanístico tras otro con dictámenes negativos de la CHJ. La Comunidad Valenciana crece, aun sin trasvase.
PP: Reivindicar el derogado trasvase del Ebro, mantener una "oposición total" a la caducidad del acueducto Tajo-Segura y exigir el proyecto original del Júcar-Vinalopó. Además, promete reutilizar en la agricultura 350 hectómetros anuales y elevar la depuración al 80% del agua abastecida. Rechaza la "desalinización masiva".
PSPV-PSOE: Aumentar en un 25% la inversión en depuración y reutilización de aguas residuales, y un plan de modernización de regadíos y otro de mejora de la calidad del abastecimiento. Propone crear la Agencia Valenciana del Agua para garantizar una gestión integrada de los recursos y asumir la competencia sobre los ríos internos.
Compromís pel País Valencià: También propone una entidad de gestión de aguas para un uso racional que prime el ahorro, la reutilización y depuración. Incide en la recuperación integral de los ríos, acuíferos y ampliación de zonas húmedas protegidas.
El portavoz del PP hace de la verdad algo increíble
Decía Borges que hay tres formas de mentir: falsear la verdad, ocultar la verdad o manipular la realidad proclamando la verdad para que sea descreída, haciendo de la verdad algo increíble. En todas estas prácticas acredita maestría y pericia el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana ayuno, eso sí, de la genialidad creadora y artística con que Borges se servía del lenguaje como instrumento para la simulación y la creación de ficciones.
María Dolores de Cospedal, muy fiel a la línea de su partido
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La candidata del PP para la presidencia de Castilla la Mancha, María Dolores de Cospedal, se mostró ayer especialmente mordaz a la hora de hablar del Partido Socialista, y particularmente del presidente del Gobierno: “Los socialistas saben que si hablan del tema Batasuna tienen que decir que su jefe de filas es un mamarracho”.
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El presidente de Navarra, Miguel Sanz, al igual que José María Aznar, ha resultado ser una especie de diablo de la carretera. En un mitin hace un par de días, el dirigente de UPN alardeó de haber recorrido más de 50 kilómetros en 20 minutos y presumió de que la policía de tráfico no le había pillado. En otro encuentro celebrado ayer en Pamplona, la vicepresidente María Teresa de la Vega se preguntó: “¿Qué le pasa a la derecha con la carretera?”.
Ya lo decía Julio Camba, te vas de viaje, te tomas el trabajo de mirar el mundo con los ojos bien abiertos, vuelves luego a la patria, y qué. Pues nada. Cuando volvía el señor Camba encontraba en el café a los mismos contertulios enzarzados en las mismas discusiones que dejó la víspera de marcharse.
Tremenda sensación a la que yo añadiría otra: al que ha tenido la osadía de ausentarse se le mirará con desconfianza, como si los paisanos sospecharan que quiere introducir aire fresco allí donde lo que gusta es el aire viciado. Pero no hay que alarmarse, en tres días, el hijo pródigo estará integrado, dejándose la garganta en una bronca sobre la deriva de España. Ésta era una sensación que compartían los viajeros de un país poco viajero. Por fortuna, la experiencia Camba de ponerse el mundo por montera es hoy mucho más común. La repiten cientos de estudiantes, nuestros hijos, que se marchan un año a hacer las europas con el Erasmus, bautizado muy certeramente como Orgasmus, y consistente en una beca estatal tan precaria que acaba estando financiada por los padres españoles, que son, dejando a un lado a la baronesa encadenada, la cantera más importante de mecenas de la Unión Europea.
Dicen que cuando vuelven a casa, los estudiantes orgasmus pasan otro año descolocados. Natural. Descubren la gran verdad de la vida: lo malo del orgasmus es que acaba muy pronto. A lo que de verdad no hay derecho es a hacerles sufrir un erasmus interruptus. Es el caso de Bárbara, que está pasando su orgasmus en Suiza, y a la que avisaron de que tenía que ir a su pueblo, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, para estar en la mesa electoral.
Bárbara mandó un fax pidiendo clemencia, pero el juez fue inflexible, no hay orgasmus que valga, a cumplir con la democracia. Bárbara clama al cielo: "¿Es que no hay un paisano en San Martín del Rey Aurelio para sustituirme?". Estoy con ella. A todo esto, ¿quién corre con los gastos?
Pero hay otra carta que me hace sospechar que, a pesar de que viajar en España ya no es pecado, algo de la reflexión de Camba sigue vigente. La escribe Carlos, un navarro ex orgamus, que decidió quedarse 10 años en Inglaterra y hoy vive en Barcelona. En 10 años, Carlos siente que el país no ha salido de sus cinco asuntos recurrentes. Está harto de oír hablar de naciones, identidades, competencias, lenguas, iglesias y de esas radios que contagian los temas de conversación a la gente.
"En mis 10 años en Londres", me cuenta, "nunca hablé de identidades con gente de otras culturas, ¿es que no puede haber un partido sin adjetivos, que no sea nacionalista de nada ni defienda la España plural 'pero quitando a los que no me gustan', un partido que se enfrente simplemente a los problemas comunes que acechan en el día a día?".
Más claro, agua.
Elvira Lindo bucea en los comentarios de los lectores para su columna. Envíelos a lectores@elpais.es